Lleno hasta la bandera en la Sala El Loco de Valencia, entradas agotadas como debe ser al tratarse de uno de los mejores grupos de rock en el último cuarto de siglo pero, por encima de todo, un lujo poder ver a un grupo de este calibre en un recinto que por sus dimensiones tiene un aforo relativamente limitado.
Cada uno de los miembros puso las gotas oportunas y necesarias para demostrar cuanta grandeza atesoran, una magnitud que abandera la mejor escuela emocional. Si Karen Grotberg puso con sus teclas y con su voz la mejor de las compañías, Marc Pelman fue junto al fichaje de la mandolina el que aportó la elegancia y el equilibrio. Y si Tim O’Reagan demostró que además de ser un crack con las baquetas es un magnífico vocalista, Kraig Jarret Johnson de los legendarios Golden Smog fue un invitado de lujo mientras Gary Louris dejaba patente por enésima vez que posee una de las voces más emotivas así como una varita mágica a la hora de parir las melodías más artesanales y atractivas.
El buenrollismo reinante era perceptible entre abundantes muestras de mesura y solemnidad con detalles de aparente modestia, espontaneidad y cordialidad que intercalaron dentro de una impresionante sucesión de megatemazos, de esos que la inmensa mayoría de la concurrencia sabía que son perennes.
Vamos con la lista de imperecederos.
«All the night reasons« y los pájaros volaron alto, praderas, cielo y estrellas. «Queen of the world» y sirvió de resorte para contagiar al abundante y admirable colorido femenino allí congregado. «Jennifer save me«, perlita acústica poco conocida a tener en cuenta. «Fools on parade«, otra perlita más de tipo country oculta entre los bonus tracks de los días de lluvia. «If i only had a car«, sorpresa Golden Smog con Kraig de capitán.
Más. «Stick in the mud« y algún fan se arrodilló. «It’s up to you«, melodía imbatible, y algún extraño cuento de humo dorado añadido como «Until you came». «Eyes of Sarahjane«, ojazos y la gente a la que le gusta divertirse. «Life’s ups and down«, otra sorpresa desconocida, al menos para el que suscribe. «I’m gonna make you love me«, para secar lagrimillas de los más entregados.
Más. «The man who loved life«, fantasía. «Think about it«, uh uhuhuhhhh, se veía venir. «Trouble» y las claves de tanta grandeza. «Stumbling in the dark«, delicadeza, elegancia. «Angelyne«, cosa bonita, bonita, bonita, pero bonita del tó.
Más. «Smile«, pues eso, de oreja a oreja. «Somewhere in Ohio«, ba-ba-ba-ba-ba…, al unísono. «Waiting for the sun«, de carretera. «Bottomless cup« Tim al mando sin dejar las baquetas. «Haywire«, vital, existencialista.
Más. «Dying on the vine», momento clímax. «Blue« recordando el cielo sobre la verde hierba. «Save it for a rainy day«, para no olvidar. «Tampa to Tulsa», buff, canela fina. «Big Star«, tenía que brillar.
Y más. «Revolution blues« y Kraig coge la batuta en la playa de Neil Young. «I’d run away«, no se podía escapar. «Tailspin«, tan frágil como resistente en el tiempo
Más de hora y media de grandeza, de palabras mayores y de emoción. Estaba más claro que el agua, estaba cantado, son The Jayhawks.
(Artículo publicado también en el Espacio Woodyjaggeriano).
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Excelente repertorio, menudo disfrute. Para mí una de las más grandes bandas de siempre.
Agradecido, como diría Rosendo, por haber compartido este grupo con todos nosotros.
Feliz descanso.
Hubiese sido la maximosi si hubieses podido venir pero ya sé las circunstancias. Agradecido, también como diría Rosendo, por comentar. Desde el autoexilio vacacional tan deseado, en el pueblo, con el móvil y con poca cobertura. Un fuerte abrazo, my friend.