Críticas Discos

Lo más complicado, o eso me sucede a mi al menos, al abarcar un primer escrito sobre esta banda en el espacio es frenar las ansias de sangre (autocomplacientes) con la excusa de ser, precisamente, ese «primer escrito»… Me explico. R.E.M. (que pongo los puntitos por primera y última vez para cumplir y tal) es una formación tan golosa, con tantas aristas y, sobretodo, tan del agrado de uno (merced a una apreciable colección de discos de aquí te espero que, para mi, les exoneran de todo mal y derrapadas habidas -que las tienen, sí-) que no perderse en una visión global sobre la formación es algo que, en efecto, cuesta. Y un huevo y cuarto, además. Y es que, aunque haya quien no comulgue, la banda de Athens es un bicho muy raro y necesario dentro del tingladillo este del Rock.  Tienen que ver (aunque no del todo y más allá de lo obvio de los B-52’s, por generación y lugar) con la new wave yanqui de Knacks y dB’s (etc), también (aunque tampoco del todo) con esa transformación melódica de Mats o Hüsker Dü proviniendo desde el punk/hardcore, su sombra sobre toda la verbena alternativa noventera queda más allá de lo debatible, la pleitesía que les profesan todos o la mayoría de los que realmente son «alguien» en esto del indie rock yanqui añejo ahí queda, el que sean parada obligatoria para entender y comprender el fenómeno «college bands ochenteras» (de ahí saldrán también, algo después, Pixies o Throwing Muses, por rápido ejemplo), su ascensión en el mainstream donde jamás se sintieron cómodos (Stipe llegó a afirmar que si «Murmur» o «Reckoning» hubieran vendido millones de ejemplares está seguro que hubiera hecho «la de Kurt» o, por ej. too, Buck se negó a parar tras el megamillonario «Out of time» encerrándose a grabar el siguiente cuanto antes y parando las actuaciones lo menos posible para evitar mamonadas varias avezadas al «rockstarismo» por parte de la discográfica y demás agentes externos), etc… Mucho etc. ¿Y que la trilogía «up», «reveal», «around» es demasiado inferior al resto?… Para mi sin duda y, digo más, con el añadido de que cada uno es peor que el anterior. Ahora bien, abracé sin problemas esos dos últimos discos de los que, sigo pensando, «merecieron mucha mejor suerte» -sobretodo «Accelerate»-… ¿Qué «Green» y el que le sigue son demasiado abiertamente «comerciales» o «accesibles»? Y qué… Son buenos discos, por melosos puedan resultar a quien toque, aunque no sean (claramente) «automatics» ni formen parte de la sacrosanta pentalogía inicial. Y lo mismo para un «Monster» que adolece de cierta irregularidad, sí, pero que acaba convenciendo en pros y contras… Para rematar, cómo no, un sentido saludo a ese «New adventures…» (ese gran «desconocido»). Para mi su última masterpiece, cronológicamente hablando, y el más reivindicable aún fuera del hat-trick favorito del menda («document», «automatic» y este de hoy son demasiada burrada, ruego se entienda), precisamente por la poca atención que, por lo general, se le otorga… Y hasta aquí (of course) el resumen, -rasurado, a machetazo limpio-,  de la percepción propia con el famoso combo que, está claro, no se pudo evitar (y espero, por cierto, se sepa apreciar el esfuerzo «resumísitco» siendo uno tan dado al rodeo sin miramientos en pista indoor).
En fin, que Berry y Mills se detestaban pero se hicieron inseparables con el tiempo, que Stipe y Buck eran muy fans del «Horses» de Patti y tal y también se hicieron colegas  (primero entre ellos y después con el otro par… para más léanse la biografía de turno que de estos, lógico, hay material)… Con su política (que nunca abandonarán mientras sean el cuarteto original) de «todo al 25%» ya de inicio y no pocas experiencias negativas en algunos directos previos (que su piedra picaron estos), salía al fin este «Murmur», su pistoletazo de salida, en la primavera del 83… Cálida acogida de crítica, ventas discretas de inicio pero en clara dinámica creciente según transcurrían las semanas y, está claro, un reventar la banca en las britanias tras alguna que otra noche para la historia rockera (donde ahí ya sí que todo el mundo -ellos included- se empezó a tomar el asunto muy en serio) y, hale, que pase el agua bajo el puente… Hasta hoy, cuando/donde tratar de ponerle cortapisas a tan despampanante trabajo resulta, permítanme, hacer un algo el gañán de gratis… Esto es así.
Sin más, «Radio free Europe» con su ya clásico cabalgar, el estribillo que se abría mediante los primeros alaridos stipenianos, los sutiles matices compositivos (facilitados, es de buen suponer, por la capacidad multiinstrumentista de Mills cuyo bajo, ya puestos, lleva el todo resultante de la manita de principio a fin), y demás… El primer single de relumbrón de la banda (visto hoy en perspectiva no hay duda) en resumen y, sin duda igualmente, toda una declaración de a que se ha venido a jugar aquí… Es más, «radio free…» -me atrevo a afirmarlo- es la respuesta definitiva al marciano -invasor o no- que te pregunta «oye, ¿y cómo suena esto de REM?, que es que me han dicho que no están mal y tal». Tal cual. La sigue «Pilgrimage«, otro joyón… Más reposada y enigmática de primeras antes de, nuevamente, iluminarse en un chorus de esos que bien pocos pueden. Y es que, en verdad, Rem tienen una discografía de esas en las que horadar deviene puro placer pues, quién sabe, puede que una de las canciones favoritas del combo asome en la siguiente esquina o la que la sigue (sentimiento vitalicio con ellos, sí, pero mucho más presente, obvio, en esos primeros e imprescindibles cinco studio albums ochenteros). Para el caso «Pilgrimage» o, cómo no, esta «Laughing» que la sucede que es pura crema por lo bonito y que encandilará sin problema a, por ejemplo, cualquier «go-betweenero» que se precie un mínimo (de las favoritas, puestos a todo decirlo). Y por esas, ya que nos tiramos a la mentada piscina aussie, tampoco hubiera quedado nada mal el medio tiempo «Talk about the passion» en el maravilloso (y posterior al disco de hoy) «16 Lovers Lane» por cierto, donde Buck  ya va demostrando, mediante su tan limpio e innegociable estilo, que entre dejar el acorde fijo y rascar cuerdas sin más y enchufar tres millones de voltios y hacer punteos con la punta de la oreja hay cientos y cientos de escalas de grises (es «de esos» sí… un currante de «la otra mano» -que no la del mástil- que se dice). «Moral kiosk«, amén de ser considerada comúnmente como la primera canción con contenido político del grupo, es más nuevaolera que la madre que la parió (esos cambios y tono general son de puro manual) y nos lleva con su vivaracho proceder a las puertas del ecuador del viaje con la preciosura de una «Perfect circle» realmente tremenda y que deja esa controversía por el significado tan distinto que le dan sus co-creadores (para Buck es un intento de retratar un momento del día y para Stipe es una canción sobre una ex… cojonuda en cualquier caso y ni qué decir, eso es lo único que queda realmente diáfano).
El 2nd round empieza la mar de saltarín con «Catapult» y su tan buena melodía (aunque ello roce lo obvio habida cuenta banda y etapa)… Y tanto me gusta ese cambio de guitarra en el chorus que hasta se les perdona, sin pesar mediante, que se limiten a repetir el título en el estribillo y quedarse tan anchos. Aunque, cachís, se me quedará siempre pelín eclipsada al ser sucedida por unos de mis momentos predilectos del disco (y puede que de la banda, qué cojones): «Sitting still«. Debilidad total y qué viva el «bigstarismo» forever. Bonita de arresto y sin palabros que me deja. La rareza, que lo és más por como está registrada que por ejecución, nos llega con «9-9» (grabada para que no se entienda apenas nada de lo cantado  excepto la última frase -«miedo a la conversación»-) que, dicho sea todo, funciona sin problema valedero a encaber (otra bienvenida gominola saltarina, en definitiva). «Shaking through«, también de las movidas, juega la baza pianística del lote y, por supuesto, me gusta… aunque, contraria y seguramente, sea la que menos de esta b side… Injusto de narices con toda probabilidad, sí. Pero en una cara con «sitting» y ese par de dos al final… Complicado, vaya.  «We walk» es tan aparentemente sencilla como enorme, así como el momento «britinvasero» de «Murmur». Otra de esas gemas que antes refería y que nutren, quizá demasiado ignotamente al generalizar, la obra de este personal.  Y, claro, tremendo también el cierre con la ya mas popular «West of the fields«, con otro bajazo de Mills, su inolvidable salida del segundo estribillo y demás… Brochazo y a qué más, en verdad. Primero del quinteto insaltable con el que empezaron, haciendo ya recuento final de posteo. Contando, además y para la ocasión, con la frescura y arrojo -e ilusión- indeleble a toda obra novel que se precie. La honestidad del que «sencillamente» hace canciones sigue teniendo en REM uno de los cuentos de hadas -cumplidos- más satisfactorios (y justos) en todo el circo este del R’n’R. «Murmur», para el caso, no es sino el magnífico e insaltable km.0 de ello.
 
R.E.M. – Murmur (1983) : 9’7/10
01. «Radio free Europe»/ 02. «Pilgrimage»/ 03. «Laughing»/ 04. «Talk about the passion»/ 05. «Moral kiosk»/ 06. «Perfect circle»/ 07. «Catapult»/ 08. «Sitting still»/ 09. «9-9″/ 10. «Shaking through»/ 11. «We walk»/ 12. «West of the fields».

Por Guzz

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4 comentarios

  1. Aquí otro loco por "Sitting still". Murmur (mi favorito de los de Athens junto al Reckoning) me sigue asombrando por resultar tan misterioso, tan lleno de ideas que asombra que sea un debut. Yo descubri a REM con Out Of Time y Automatic pero no fue hasta años después cuando descubrí sus discos para IRS que "conecté" con su música y son a los que sigo recurriendo, escucho Automatic.. p.ej. y reconozco que es un gran disco pero no me tocan la "patata" como aquellos (o DOcument, o Lifes Reach…)

    Un abrazo.

  2. Uf, que grande Guzz. Vd y el disco.

    Murmur de mi vida…:-) Como te comenté ayer, a medida que pasan los años, considero que Murmur supone el punto de partida y a la vez el punto de llegada de R.E.M. Todo parte y todo desemboca de/en él. Todo (o casi todo) esta en Murmur. Hablamos de la pasión, no?

    Disco absolutamente seminal de los 80. Quizás, uno de los dos o tres discos mas imitados en años sucesivos. Desde Los Smiths (si!), pasando por el 90% del indi nacional, media pandilla grunge, hasta Wilco, etc….Es increíble como fueron capaces de crear ese sonido oscuro y a la vez tan melódico (Joy Division tomando copas con los Byrds?) para acabar triunfando a lo grande rescatando el sonido autentico de su tierra. Athens era mucho Athens.

    Sitting still, la extraña 9-9, Talk About The Passion (de rodillas, señores), Radio free Europe, Perfect circle (una de las debilidades d Buck), etc… Es que es enorme, vaya.

    Rompo una lanza tb por Reckoning y Fables, que son tan buenos (o mas) que Murmur.

    Los mas grandes y punto.

    Abrazos

  3. Este disco, como ópera prima, es excelente y marca el comienzo de todo lo que harían en los 80, donde eran grupo de culto auténtico, para luego pegar el pelotazo con aquel Losing my religion, pero claro aquí está toda la base de lo que fue el nuevo rock americano de los 80. Y llevas razón Guzz en eso de que era una banda con muchas aristas, es que amigo, tanto sus influencias como los grupos con los que se emparentan tienen su importancia, pero ellos marcaron un nuevo camino y ¡¡¡qué camino!!!

    Abrazos truferos.

  4. Nunca he hecho demasiado caso a REM, pero esta claro que tendre que empezar dadas las opiniones favorables de tanto sabio, y creo que lo suyo es empezar por aquí.
    Abrazo a todos.

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