Críticas Discos

Hace mucho mucho tiempo que los sonidos que provienen de Portland-Oregón me sedujeron por completo. Hace mucho mucho tiempo que soy seguidor del grupo de Colin Meloy, The Decemberists, pero no hace tanto tiempo que soy un absoluto y enloquecido fan del grupo. Sí, como leen. Vale, su debut me alucinó, su «Picaresque» me parece sublime y su «The Hazards of love» aunque necesitó de insistencia y paciencia acabó por ganarme, pero fue con «The King is dead» que enloquecí por esta banda. En muchas ocasiones, gente cercana, los han definido como una extraña mezcla entre REM y The Kinks, no sé cuanto hay de acertado en esta comparativa pero es sabido que Meloy y los suyos son seguidores de ambas míticas e imprescindibles formaciones, al menos lo son tanto como yo. Lo que está claro es que aquel «The King is Dead» acabó por encumbrarse al número uno de mi top del 2011 teniendo la competencia que tenía pero es que es un señor disco, un disco precioso, bonico del to, más aún al visualizar el minirockumental Pendarvia, una joya que podéis ver vía youtube aquí.

Desde 2011 los Decemberists nos tenían en ascuas mientras sonaba semana sí semana también su excelente disco, eso sí, el bueno de Meloy en solitario nos hizo un regalazo hace un año más o menos, a sus fans y a los de The Kinks, un EP de versiones donde encontrábamos: Waterloo Sunset, Harry Rag, They way love use to be, Do you remember Walter?, y Days….. Sí, sí, ya os digo, tremebundo es poco… y todo eso mientras seguíamos esperando y esperando, pero no en vano. Se anunció nuevo disco para Enero del 2015, disco que aún no poseo como debería pues aún soy uno de los pocos románticos que desean tener los discos en la mano, y luego girando en su reproductor. Sólo he podido escuchar el disco unos cuantos cientos de veces en eso que llaman «streaming», y ya me tienen en la tienda dentro de unos días esperando a que abran para comprarlo y admirarlo, pues además de sonar como los ángeles, de tener a un vocalista privilegiado y a uno de los mejores letristas de la actualidad, a los Decemberists no podemos quitarles la etiqueta del buen gusto, sus diseños de portada siempre son excelentes, y el caso que nos ocupa no podía ser una excepción, la belleza de la portada es incuestionable y en el formato vinilo será un auténtica maravilla cósmica…., pero es que además, y como digo, después de innumerables escuchas, puedo asegurar que estamos ante una colección de canciones notabilísimas que conforman uno de sus mejores trabajos y seguro, os lo digo cuando el 2015 está todavía en pañales, uno de los mejores discos del año que se nos viene encima, el tiempo dicen que da y quita razones, pero como decía Jagger, time is on my side….

La acústica y la deliciosa voz de Meloy abren de manera excelente el disco con «The singer adresses his audience», un tema de esos que ponen los pelos de punta y estremecen corazones. Bonica del to es poco para ella. Es escucharla y saber y tener la certeza absoluta que el disco nos gustará, y joder, si nos gustará, nos enamorará con por ejemplo ese final in crescendo, ese piano desbocado, esos coros, esa guitarraza…. we know we know….  Y entonces, como para dar un golpe sobre la mesa, llega una «marca de la casa», llega la alegría y el agustito total con «Cavalry Captain», una canción pop perfecta donde las haya, con sus metales decorando la melodía y ese estribillo que no podrás sacar de tu cabeza. Perfecta de principio a fin, un remedio para nuestros corazones. Lo de «Philomena» es para aplaudir con las orejas, una deliciosa y maravillosa «cincuentada» que cantada por Meloy nos lleva al paraíso, sus la-la-las la convierten en una de mis favoritas de todo el paquete. y esto, creédme, es un despiporre. Luego ya el single de adelanto, ese «Make you better» es todo lo que necesitaba para empezar el año de forma inmejorable, con esas primeras notas tonwshianas, llenas de tímidas «sparks» y la melodía que se abre paso con tiento, con calma, sin prisa pero sin pausa, creciendo a cada segundo, maravillándonos sin cesar, haciendo de este mundo algo mejor, haciéndome algo mejor. «Lake song» tiene eso que tenían las mejores folkerías de los setenta, todo lo que querría hacer Sam Beam ahora pero que ya no le sale, es muy «semana astral», muy vanmorrisoniana en su esqueleto, en sus formas… Después de darnos uno de los temas del 2015 suena otra delicia, ésta más cercana a Nick Drake de lo que hubiese podido imaginar, algunos soñar, y es que «Till the water is all long gone» tiene esa magia, esa atmósfera que sabía darnos Drake, esa guitarra ensoñadora que nos partía el alma en dos. Llegamos al ecuador con «The wrong year», otro de los temazos del disco, otro de sus singles, con ese inicio más desenfadado y alegre, más british que portlandiano, pero siempre con esa marca de la casa, podría haber estado en su anterior álbum perfectamente, todo está aquí: la supervoz de Meloy, la melodía perfecta, el estribillo pop y el acordeón de la señorita Conlee, precioso.

La segunda parte del disco empieza con un tema folkie impresionante. «Carolina low» tiene ese toque de pradera, de fogata en medio de la noche, de caballos y vacas, donde la voz de Meloy sobresale por encima de cualquier otra cosa incluso de esos punteos que nos atraviesan el corazón. Sin duda, otra de mis favoritas. Entra a todo trapo el acordeón en la muy celta «Better not wake the baby» que es la perfecta gemela de aquella tremendidad del disco pasado llamada «Rox in the Box». El giro del disco hacia sonidos más ligeros queda claro con «Anti-summersong», muy folkie tirando a raíces celtas, la mejor canción para el verano anti-verano… donde el acordeón sigue mandando pero esta vez la armónica y unos coros taberneros tienen mucho que decir. Y entonces, llega otra vez ese regusto cincuentero con «Easy come, easy go», narrando como nos gusta a los seguidores de la banda… y ese solo de guitarra de lujo. El disco enfila su final a falta de tres temas, primero llega «Mistral» con una genial entrada, ojo!, que es otra de mis favoritas, un tema diferente al resto del disco, otro rollo pero que no desentona, más sonido setenta si queréis, pero qué sonido! con ese organillo de fondo que quita el hipo, un piano galopante, una armónica estelar y una guitarra sublime…., luego enlazan maravillosamente con «12-17-12» que tiene en la armónica otro gran aliado. Temón y punto. Acaban a lo grande, acaban con «A beggining song», sí, ellos son así, unos cachondos. Y nada más. Qué queréis que os diga. Estamos ante un gran gran disco. El primer gran disco de este 2015 que difícilmente se moverá del top 5 y os lo digo ya, totalmente seguro, cuando casi el 2015 no comenzó a andar. Disco glorioso, otro gran disco de Meloy y los suyos, no sé si superando pero sí a la altura de su predecesor, de «The King is Dead» y eso, sin duda son palabras mayores para este mundo tan terrible, para este maravilloso mundo donde nos ha tocado vivir.

The Decemberists – «What a terrible world, what a beautiful world» (2015)
9,5/10
01.- The Singer Addresses His Audience/ 02.- Cavalry Captain/ 03.- Philomena/ 04.- Make You Better/ 05.- Lake Song/ 06.- Till the Water Is All Long Gone/ 07.- The Wrong Year/ 08.- Carolina Low/ 09.- Better Not Wake the Baby/ 10.- Anti-Summersong/ 11.- Easy Come, Easy Go/ 12.- Mistral/ 13.- 12-17-12/ 14.- A Beginning Song.

*post aparecido originalmente en Nikochan Island por Nikochan


2 comentarios

  1. Menudo discarro, y gran reseña Nikochan. Estas canciones de fogata y campamento que suenan tan cool me llevan de calle. grande el señor Colin Meloy y los músicos que se trae, nos vemos en la cola de la tienda. Saludos

  2. Bueno, primer disco de 2015 que meto como de imprescindible escucha y mas ahora que tengo tu fantástica cornica de guia, andan liados con varios proyectos como Black Prairie y se ha retrasado unos años este disco, ganazas de enchufarmelo.
    Abrazo.

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