Especiales Críticas Discos

Es rubio, es un principe, es refinado y son tan grandes sus discos de los setenta y primeros ochenta como lo son los de Springsteen, Waits, Parker o Petty o por lo menos, digamos que tiene una primera media docena de discos excepcionales.

Por eso y por mucho más ya iba siendo hora de exiliar a Elliott James Murphy (Long Island-NY-16-Marzo-1949)

Sus colegas, los poetas de la Fender y NY, incluimos ahí losers del tamaño de Forbert, Nile o De Ville, también hicieron sus mejores discos en sus primeros tramos de carrera y en los mismos años. De su quinta, el único que los ha revalidado es Willie Nile; los demás, incluido él, han madurado a piñón fijo con otro tipo de sonido, lo cual es normal pero ninguno ha emocionado igual a este corazón.

Elliott es muy especial, muy original, muy principesco, muy Scott Fitzgerald.
El Coppola del rock and roll, muy detallista y un poeta romántico en toda regla pero si Bruce es de barrio, Murphy es de suburbio, un niño bien al que le enamora el r&roll y tiene las suficientes pelas para comprar buenos discos y asistir a mejores conciertos.

Murphy es como si juntas muchas cosas buenas, muchos libros y películas , fotos y música, a la Velvet con el Bob de Blonde on Blonde y los Stones en Francia, todo con su toque chic, felliniano, europeo..

Nunca lo entenderé. Independientemente de que éste fuera mi flechazo con el rubio neoyorkino hace ya demasiados años, Just a Story from America, su cuarto trabajo, es una obra maestra rotunda tan grande como Born To Run o Darkness On The Edge Of Town.Y no me tiembla el pulso , ni me considero exagerado, para nada.

Añadiria que es el disco más lujoso de todos los de los poetas de la Fender por ser tan equilibrado, estar tan bien producido, resultar tan arrebatador, chic y europeo.
Es el Hotel Ritz del rock and roll y uno de los diez discos que salvaría del incendio, con Night Lights pisándole los talones.
1977 era el año punk y grabar en Londres una necesidad de renovación para los artistas yankees, pues es allí donde entonces se conseguía sonar actual, con punch por la renovación que había supuesto el grito en el cielo de los de las crestas y los imperdibles.
Allí mismo es donde Elliott parió su cuarta y última oportunidad de convertirse en algo más que un maldito unsung hero. Fracasó y nos lo quedamos para nosotros, los elegidos.
 
Esta vez era con la CBS, a lo grande y se ficharon ronaldinhos para la ocasión.La casa por la ventana.
Phill Collins, si lo has oído bien, el batería de Genesis golpeando como si fuera Max Weinberg y además de qué manera más primorosa. Tener entre los músicos a Mick Taylor para que te hiciera algún solo,  lo hacía todo demasiado irresistible.
Elliott optó por el contraste, con un refinamiento en letras  -algo que no lo puede evitar-y unos arreglos made in heaven, conviertiéndose por esta varita mágica que sólo tienen los grandes en el Príncipe Americano Exiliado en la Vieja Europa, para ser más exactos en Francia.

Él lo califica como un intento impaciente de ser más grande, es decir, más ventas y fama pero, a pesar de que hizo los nueve hoyos bajo par, como lo venía haciendo desde su primer disco, no consiguió la chaqueta verde. Indirectamente, sí obtuvo su premio, convertirse en el ejemplo eterno de maldito del rock, en ese tesoro que pocos saben encontrarlo y apreciarlo en su justa medida.
Muchos hablan de Nightlights como su punto culminante de creación,  lo entiendo y hasta lo comparto pero ¿puede uno elegir entre Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde? Yo no. De ahí , que al ser Just A Story el primer romance, se encuentre mucho más pegado a mi.
Yo buscaba un héroe propio, pertenecer a una secta de elegidos y tuve la suerte de toparme con Just a Story From America. Veamos…
La portada: espectacular, como las tres anteriores, esa inclinación a la izquierda, el abrigo de falsa piel de conejo ala Brian Jones, la camisa de rayas horizontales surf y las letras azules y rojas del artista y  su precioso título. Sencilla, enmarcable, black and white, mitológica,  en esta edición netherlands que compré en 1980 en una tienda de la calle Gran Vía de Bilbao en cajón de Importación.
Primer tema, Drive All Night, de quitar el hipo, de cambiar la vida, Las Ronnetes, las Shangri-las, el rock and roll, hermana de Thunder Road o Born to Run pero también de Runaway de Jackie Del Shannon.
Si ya el lujo era su toque de distinción desde que se planteó su carrera aquí es la pura catársis, el punto culminante, la última oportunidad de quemar el cartucho, después ya Elliott volvería al back to basics: bajo, batería , guitarra y algún teclado.
En Just a Story parece que está el Bolsoi y el coro de la catedral de Viena, es su disco Miguel Strogoff, su Paris 1919, una saga romántica de americano en el viejo continente como sólo puede hacer en canadiense,  Leonard Cohen.
Drive all Night es una de las elegidas, en mi opinión es Last of R&Roll Stars perfeccionada y tiene versos que resuenan como campanas de San Pablo en mi, siendo el principal: and if the sun starts to catch us, we´ll painted the windows black.
Mira baby vamos a vivir una opera rock , monta en el T-Bird porque nos aburrimos en este suburbio de mierda, escapemos donde se mueve la vida, que no nos la joda nadie.
Como Bruce pero ojo, a la vez que Bruce y con ropa elegante.
Elliott se inspiró en el mismo sentimiento romántico pero nació como artista, prácticamente a la vez que el de New Jersey. Tanto monta, monta tanto, el uno como el otro,  otra cosa es los canales de su difusión , la suerte y el llegar al pueblo pero el arte lo tienen ambos por toneladas y su carrera en los años setenta es igual de excelsa.
Tras el torrente que es Drive all Night, llega otra de mi songbook, running so deep: Summer House , el perfecto indian summer, los arreglos dramáticos de cuerda, tratamos de que sea así en la costa de Portugal,  año tras año.
You had bad dreams
You tore your sheets
You’re beautiful when you cry
Caught in rain your sweater ran
Your breasts covered with dye
Your breasts all covered with dye
Threadbare oriental rugs
I love to watch you sleep
I’m drawn to you like an old cliche
And still the waters running deep
Running so deep
Rain was my drummer as I played guitar
I try to squeeze love out of steel
You are the reason I keep looking for
I remember summer meals
Charcoal fires and summer meals
After a week I could finally relax
You laugh at me all of the time
The flowers were dead the winter lay ahead
We laughed and drank Perrier with lime
Drinking Perrier with lime
No hay más comentarios. Glupps, nudo en garganta.
La que le da el título,  Just a Story from America con sus marimbas y ritmos calypso recuerda a cuando Paul Simon te pone la sonrisa en Mother & Child Reunion pero es tan gozosa, tan bonita que entra por derecho propio en su setlist perfecto.
Vamos ya tres emociones: escapada roquera, historía de amor con violines, relato a medio tiempo con aires calypso y cierre de cara A con la balada de baladas, Rock Ballad, imposible de describir.
Con la letra nos hacemos a la idea :
Cuando la luna está en su sitio
podemos apagar las luces y sólo escuchar
y rezamos por la noche
y nos abrazamos
escuchamos el sonido de cristal de las estrellas chocando.
Amantes en vano
a los que gusta caminar en la lluvia
a los que les gusta escuchar la emoción de los trenes en la distancia
y las emisoras de madrugada
las oímos tan bajito
pero nadie debe saber de esta, nuestra devoción.
Balada de Rock,
Balada de Rock
sabes que solíamos mi chica y yo escucharlas durante toda las noche
oh esa lenta canción de rock
hasta que gastábamos todas nuestras lágrimas
Que Mick Taylor haga uno de los punteos más memorables de su vida y que en los ochenta el propio autor la enlazara en directo con I´ve been loving you too long de Otis (Sala The End -Vitoria 1989), la hace cobrar todo el sentido.  Si el rock and roll tiene oraciones-canciones, para el que suscribe,  esta es el padre nuestro.
Seguir con ese nivel parece imposible pero él lo consigue: Think too Hard es ese otro medio tiempo agridulce que está presente en todos sus disco de la época, un tono que sólo lo veo en Big Star cuando se ponen tiernos, la gran epopeya de la adolescencia-juventud americana salvada del tedio por el r&roll. Me es difícil decir qué estilo representan porque son estilo Murphy y aquel que las conoce,  sabe a qué me refiero.
Anastasia es una perla, el cuento de la zarina rusa…your daddy the czar is on the telephone, con unos coros del Volga que te ponen los pelos en punta. Rabia y más rabia al escucharla…por sentir el injusto fracaso.
Darlin´ y Let Go, pueden calificartelas de menores pero no lo son, equilibran intensidades con guitarras hawaianas y harmónicas Honner hasta el majestuoso cierre con Caught Short in the Long Run.
 
Esta última canción es MITICA, su Jungleland y como si se tratara de You can´t always get what you want, es el broche de un diamante de oro nocturno, de conversación con Geraldine, una suerte de One of Us Must Know (Sooner or Later) de los setenta, con sus crescendos, arpegios y plena emoción.

Roll down your window…y paro por emoción, por sentir que cuento un secreto.

Just a Story From America es uno de los discos de mi vida.

Por favor, que me entierren con él , aunque no pueda escucharlo porque es parte de mí,  en pensamiento y en sentimiento. Retirad el vinilo si quereis para escucharlo pero que la carpeta, al menos, se funda en la tierra conmigo.

Publicado en rockandrodri land pero actualizado para el Exile.

Elliott Murphy – Just A Story From America (1977)
10-10


1. Drive All Night 2. Summer House
3. Just A Story From America 4. Rock Ballad
5. Think Too Hard 6. Anastasia
7. Darlin’ (And She Called Me)
8. Let Go
9. Caught Short In The Long Run


3 respuestas

  1. Este disco es una maravilla, y te agradeceré eternamente que me lo descubrieras como lo hiciste, por la puerta grande y con el formato rey. Esa apreciación respecto a el Darkness y Born to run es totalmente cierta, y eso que yo soy parroquiano de Springsteen, Murphy es el gran perdedor en los 70, aunque no pertenezca a mis vivencias es algo que transpira su obra. Gran reseña, apasionada como pocas, aunque sé que el día que te entierren seguro que más carpetillas acompañarán a Story. Saludos master

  2. Elliot en los setenta es de lo mejor que ha habido, este y Lights Night son imprescindibles, que reseña mas bonita my friend.
    Abrazo.

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