Discos Críticas

Entrar a defender que Richard Thompson es uno de los artistas más influyentes de la música popular contemporánea no debería ser necesario. Tampoco debería serlo afirmar sin que tiemble el pulso que debería situarse junto a los veteranos que siempre cosechan las mayores alabanzas, atendiendo claro está a los hechos, o sea, discos de una calidad tremenda que se extienden sin descanso ni parones durante cuarenta años y con muy buena nota, no sólo por Fairport Convention y los firmados junto a Linda Thompson, además por la calidad demostrada en las últimas dos décadas con títulos de una belleza tan incontestable como poco reconocida, cogeros desde su anterior «Electric» y así hacia atrás hasta el imprescindible «Rumor & Sigh»…
Así que este no podría ser un título más apropiado, Still, pues no se trata ni de un regreso, ni de una vuelta a su sonido clásico, ni de un volver a empezar, y ni tan siquiera la intervención de Jeff Tweedy arroja ninguna gran novedad más allá de lo anecdótico del asunto y de dejar que las canciones fluyan de la manera más natural sin que la producción se note ni sea protagonista, algo que a priori no tiene mucho mérito pero que ojo, bien a gusto me quedaría aplicando su brocha en otros artistas, digamos de New Jersey por ejemplo.
Richard Thompson es uno de los grandes guitarristas de la historia de la música, en este disco hay fraséos realmente tremendos, también un maestro en el difícil arte de hacerte viajar desde la campiña inglesa hasta los apalaches americanos con sus canciones como único vehículo, vamos, uno de los mejores compositores de canciones en activo, así tal cuál. A la pregunta de si merece la pena deternerse en este disco os diría que es indispensable para quienes adoramos al inglés pués resulta otro excitante viaje a través de sus neuras escapistas y sus contradicciones vitales, sus crisis internas vestidas de humor negro y ese fervor casi místico que sabe aplicar a unos personajes y unas canciones en continua búsqueda existencial, y todo sin perder nunca de vista su visión crítica de la actualidad. Y para quien llegue de primeras, cosa que dudo, también, aunque correría a empezar de cero por sus primeros discos junto a Linda Thompson.
«She Never Could Resist A Winding Road» es preciosa y la imagino en versión Linda en su etapa de los 70, no es más el retrato de una mujer que se niega a hechar raices, que su romántico anhelo escapista tan presente en su carrera. Su capacidad para crear canciones redondas con mucho encanto y con sabor a campiña inglesa queda patente en los recuerdos pretéritos que relata «Beatnik Walking». El rock de base blues en «Patty Don’t You Put Me Down» constata su buena forma a la séis cuerdas, esa eléctrica traza una línea melódica fabulosa con el punto justo de distorsión, en la misma línea más cercana al rock americano podemos encontrar la historia del pirata «Long John Silver» y Richard Thompson a proclamar guitar hero inglés de all the times. Ese swamp tan JJ Cale a la british en «All Buttoned Up» está al alcance de muy pocos, un disfrute. Su vertiente más acústica está principalmente presente en «Josephine» donde da rienda suelta a su cruel sarcasmo para retratar otro de sus personajes fatales satinados de amargura.
Se persona folk de pura cepa en «Pony In The Stable» y se explaya como quien no quiere la cosa con una diálogo entre eléctrica y acústica de auténtica exquisitez. «Where’s Your Heart» es triste, sentimiento que en sus manos se convierte en belleza de principio a fin, aquí remite al Thompson de las producciones más refinadas aunque desprovista de su artificio adquiere el halo íntimo del Nick Cave más confesional, digamos que la no-producción de Tweedy favorece estos ambientes solitarios, y en la misma intención años 80 se mueve «Broken Doll», «No Peace, No End» es eso que hace tan bien con el british-folk haciéndolo sonar rock’n’roll. Con la extraordinaria habilidad melódica e intensa que tiene Thompson en «Dungeons For Eyes» trata con angustia la repulsión que siente hacia las figuras públicas que juegan a política pero que verdaderamente son auténticos sociópatas sin escrúpulos, una canción muy grande por todo lo que conlleva. Y finalmente juguetea con sus influencias en «Guitar Heroes» consiguiendo que Django Reinhardt y Scotty More se den la mano, cierra así este tracklist que a mí personalmente me parece que no hace desmerecer en absoluto su grandeza habitual.
Hay aquí ecos de todas sus facetas, el british folk y el rock’n’roll, blues pantanoso y los apalaches, el eléctrico y el acústico, con unos arreglos en las séis cuerdas de auténtico lujo, sin grandes cambios ni giros inesperados, otro disco de uno de los grandes después de décadas en esto de hacer buenas canciones. Sí. Richard Thompson aún permanece en la brecha con un disco exquisito.
 Richard Thompson – Still (2015) 8,5/10
1. She Never Could Resist A Winding Road / 2. Beatnik Walking /
3. Patty Don’t You Put Me Down / 4. Broken Doll / 5. All Buttoned Up / 6. Joesphine / 7. Long John Silver / 8. Pony In The Stable / 9. Where’s You Heart / 10. No Peace, No End / 11. Dungeons For Eyes / 12. Guitar Heroes

Escrito originalmente en NO SÉ VIURE SENSE ROCK


Un comentario

  1. Es un muy señor disco claramente y tiene cojones que alguien que está detrás, o formó parte muy activa, de todas aquellas maravillas que firmaron Fairport Convention hace más de cuarenta años no tenga un comentario en esta fantástica primera intervención desde el Exilio… Este hombre es "un grande", sin peros ni peras, desde luego Chals. Y cuando deja, en mayor o menor cantidad, desbocar su añeja sabiduría folkie (sin desdeñar su reverso más evidentemente blues) es para morirse de gratitud… (Beatnik walking o Pony in the stable son veinte jotas mismamente y por ejemplo). Tremenda reseña, Maese Chals.
    Abrazo.

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