Conciertos

Esperaba este día desde hace demasiados años, fue exactamente hace un lustro que Eilen Jewell visitó por última vez la capital del Túria, también en el Loco Club como en esta ocasión, entonces presentaba Sea Of Tears ante la atenta mirada de media centena de privilegiados (tal cuál este año con The Delines), en ese tiempo la Reina del Acorde Menor se ha convertido en una de las voces más personales de las músicas antiguas americanas, ya con unos cuantos discos que no han bajado el nivel, y con una sala medio llena, cosa que me alegra. Para la ocasión su ya excelso repertorio venía ampliado bajo el auspicio de la presentación de su nuevo disco Sundown Over Ghost Town, ya reseñado aquí (http://goo.gl/IsD8tN), un disco notable se mire como se mire.

Con la sala aún cogiendo calor y el respetable a metro de distancia del escenario, como suele pasar en todo comienzo, se subió Miss Tess a defender su repertorio, artista totalmente desconocida a esta parte del charco pero con cierto nombre en la escena tradicional de chorreras y gorros de cowboy de Nashville. Se presentó en formato dúo, guitarra acústica y eléctrica, subieron al escenario y el flechazo fue instantáneo, enamoramiento a primera vista, les doy la nota de «no lo esperaba y me sorprendió» con una gran voz y una gran técnica en la guitarra, además su compañero Thomas Bryan Eaton hizo gala de una berborréa encomiable y recorrió el mástil de manera vertiginosa con gracia y estilo. Entonces uno se pregunta que les dan de comer a estos hijos de la América profunda, el nivel es altísimo, casi inalcanzable.

Su americana dentro de unos parámetros de corte clásico podría calificarse de ecléctico, y así recorrió con su repertorio desde los años 20 hacia el pre-rock’n’roll, New Orleans, jazz, country, western swing, Jesse Fuller y Django Reinhardt, Hank Williams y Ted Hawkins, del que atacaron un fenomenal «Sorry You’re Sick», y hasta llegar al poderío r’n’r de Chuck Berry, donde actualizar no significa transgredir los estilos sin sentido ni justificación, más bien se trata de imprimirles fuerza, intensidad y mucho savoir faire. Con «If you wanna be my man» calentamos motores, y «Everybody’s darling» nos hizo mover los pies ya con todos en su bolsillo, swing de entre guerras «I never thought I’d be lonely» no bajó el nivel, y que versión se marcaron del «Night Life» de Willie Nelson, de derretirse. Y ojo con su último single «One Match Fire», del que será, ojo al dato, su octavo disco!!!!, una canción que tiene gancho.Con «Ride that train» y «I can’t help myself» contaron con la sección rítmica de Eilen y ya os digo que en mis tiempos de tupe hubiera vendido mi alma por presenciar un show como el de Miss Tess. Puede que esté llegando su momento, o quizás ya llegó y no nos enteramos, esta chica tiene un bagaje importante y lo hace muy muy bien, apuntado y recomendado queda.
Pese a la grata sorpresa que nos brindó Miss Tess, la noche era para Eilen Jewell, llevaba muchos años esperando este momento y desde luego no defraudó, lo que más me gusta de Eilen es su voz dulce de terciopelo y sus canciones que aunque puedan encasillarse en mil y un estilos tiene la gracia de hacer el suyo propio, y entonces podría soltaros el cliché típico «sonaría igual de bien hoy en día que hace décadas» y quedarme más ancho que largo. Pero es que además Eilen lleva una gran banda  liderada por un señor de nombre Jerry Miller que se sacó de la manga la que hoy por hoy considero una de las mejores intervenciones a las séis cuerdas de todo lo visto el presente año encima de un escenario, cuanta grandeza destiló, elegancia sin parangón y una técnica exquisita que no pretenciosa. Hizo que las ya de por si buenas canciones de Eilen se conviertieran en algo más grande, y llenó de fabulosos y multiorgásmicos armónicos roots y r’n’r cada rincón del repertorio, el sr.Miller se marchó al finalizar al backstage como si nada hubiera pasado ante la mandíbula desencajada de todos los allí presentes, afirmaciones fermentadas en la reflexión del día después y para nada sobredimensionadas por el momento, palabrita del niño Jesús que hubo testigos que como a mí nos puso la piel de gallina con el recital que nos ofreció, es más, aún tengo ganas de gritar Jerry Miller is God.

Pero como decía, el foco estaba puesto en Eilen Jewell. Abrió con la relajada y agria «Worried Mind», canela fina para romper el hielo, de su último disco también brillaron «Hallelujah Band» perfecta para poner de relieve que hasta el contrabajo más que cuerpo supo encontrar el latido de cada canción, y con «Rio Grande» me quedó mñas que claro que la perfección de la grabación en las tablas adquiere mayor densidad y frescura, el surf-country de «Sea Of Tears» no podía fallar, una de las fijas de su repertorio que esperaba con devoción mariana, de aquel mismo disco si no me equivoco «Rain Roll In» un medio tiempo nostálgico que destiló toda su gracia, rescató antiguas como la lejana «Mess Around» y la olvidada «Richman’s World», grandes canciones que me han abierto los ojos respecto a sus primeros discos. Del laureado Queen Of The Minor Key se esperaba «Ban Bang Bang»que ejecutó con socarronería, con «I Remember You» mostró que las baladas noctámbulas son una de sus grandes bazas, para derretirse por dios, pero fue quizás la sencillez de «Santa Fe» con Eilen sóla con la guitarra la que me desarmó por completo. No faltó su reverencia a Lucinda Williams con la cover de «Drop Down Baby» y de su querida Loretta Lynn «Fist City». Volvieron Miss Tess y su compañero al escenario para arremeter con «The End Of The Line» de Bob Wills, canción que según explicaron ésta cantó en su disco en solitario (ya en busca y captura) e intercambiando la parte vocal con Eilen, recital vocal e instrumental delicatessen.

Eilen Jewell nos contó el momento tan especial que estaba atravesando por su reciente maternidad, las palabras parecían no salirle pero en la cara se le adivinaba el inmenso amor que siente, un halo de felicidad que estuvo presente en todo el concierto. Así pues se despidió con dos tonadas dedicadas a su pequeña, la deliciosa «Songbird» y una magnífica versión de «My Girl» (a situar junto a la que nos ofrecieron The Parsons Redheads de Surfer Girl hace bien poco) de aborrone total y de nuevo con Miss Tess haciendo las harmonías vocales en un final de fiesta a la altura.

Eilen estuvo perfecta y radiante, cumplió con lo soñado, terciopelo country, garage noir, surf y r’n’r para los domingos y mucha elegancia. Me dejó colgado en una nube vaporosa. Come back soon Eilen Jewell.

Fotos de VikPamNox
(visita su página en https://www.facebook.com/VikPamNox2)

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Un comentario

  1. Que no pasara por BCN ha sido doloroso…. era un concierto que tenía marcado en rojo, otra vez será, espero verla pronto… y algo de envidia sí me das canalla.

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