Sigo enfrascado en recuperar discos del año pasado que por lo visto, leído y escuchado son catalogados como imprescindibles del año. Ahora, una vez ya he quedado completamente embriagado del doble disco de Jim Lauderdale, le toca el turno a uno de esos discos que de haberme llegado antes a las manos ocuparía el top ten de preferidos del 2015. Puede o no que exagere un poco pero ando completamente sumergido en la música de Nathaniel Rateliff and the Night Sweats y no sé si es por su inmensa calidad o por su poderío pero hace un par de semanas que no me baja la trempera, ríanse ustedes de las pastillas vigorizantes azules. Después de la primera escucha y de lamerme las heridas autoinflingidas en sesiones nocturnas non-stop de flagelación por lo cenútrio que se siente uno al darse cuenta que casi se le escapa uno de esos discos tapados del año aunque algunos, me atrevo a decir, amigos, me hubiesen hablado muy bien del disco, y que gente de gusto tan respetable como Edu Chinaski o Fernando Navarro en su Ruta Americana de El País hablasen maravillas de este fantástico y excitante trabajo bañado en soulerías rocanrolecidas.
Nathaniel tiene un toque cañí, un toque muy yanki. Barbaza, tatoos. pelambrera corporal, algunos kilitos de más y una voz que debe haber salido de los bosques de Missouri donde duermen los osos y de donde es oriundo, donde se crió y aprendió a rasgar las cuerdas, a componer, y a amar el folk, el rock y el soul. Cabe destacar que el disco que nos ocupa no es el primer trabajo de Nathaniel pero sí es el primero que ha tenido una relevancia considerable. Antes existió, en 2010, «In Memory of Loss» que para seros sincero he escuchado tan solo una vez sin llegar a atraparme y que se mueve más en el folk de pongamos «Bonnie Prince» que en el soul del disco del que hoy hablamos. Luego en 2013 y siguiendo la senda marcada en el disco comentado apareció «Falling faster than you can run»… ambos no son para nada malos discos, son más folkis y al parecer al asociarse con los Night Sweats la explosión provocada y el giro tomado ha sido descomunal y muy de agradecer. Giro hacía el soul, hacía sonidos más calientes, más movidos. Abre por ejemplo el disco con esa maravilla cósmica que es «I need never get old» que ya nos da subidón de primeras y no nos deja, con esos vientos negroides, de mover el esqueleto, de cantar a pechopalomo, de ponerse el traje de Elvis, mover la cadera, agitar el brazo because I love you too much baby.. y es que ese rock & soul del Rey está aquí muy presente, igual que en el increíble tercer corte «Trying so hard not to know», entre medias, la maravillosa «Howling at nothing» con aroma cincuentero. Tripleta del copón bendito. Se nota que ha sido grabado en Stax, se nota ese toque, ese regusto, esa marca de la casa aunque en «I’ve been falling» suene a la competencia soul de antaño, con teclados deliciosos y una base rítmica portentosa para dejarnos en cueros delante de uno de los pelotazos del año, esa «S.O.B», menudo son of the bitch este Nathaniel!!! temón! y requetemón! nada más que decir. Con «Wasting my time» abre el abanico de colores, más a lo que hacía o debería hacer el bueno de Lamontagne y no hace, llamémosle clasicismo, llamémosle acercamiento a The Band. Y el disco sin bajar el nivel, ni la calidad sigue dándonos placer ya sea con la preciosa «Thank You» o con los vientos indomables de «Look it here». Finalizando encontramos ese clásico inmediato de supersonido de los setenta que es «Shake», el pianito juguetón de «I’d be waiting» y el final con «Mellow out» y esa guitarra que nos enamora desde el primer segundo. Como digo, una suerte haber podido disfrutar de este discazo aunque sea tarde, de escucharlo a diario y de disfrutar con él y con los grandes temas de Nathaniel que con valentía y buen tino ha sabido darle la vuelta a su carrera.
Nathaniel Rateliff & The Night Sweats – Nathaniel Rateliff & The Night Sweats (2015)
9/10
01.- I Need Never Get Old/ 02.- Howling At Nothing/ 03.- Trying So Hard Not To Know/ 04.- I’ve Been Failing/ 05.- S.O.B./ 06.- Wasting Time/ 07.- Thank You/ 08.- Look It Here/ 09.- Shake/ 10.- I’d Be Waiting/ 11.- Mellow Out.
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La verdad es que yo lo cogi con ganas y lo exprimí cuando salió, escribi una crónica sobre él y luego lo olvidé un poco, igual es momento de recuperarlo porque es bueno de veras.
Un abrazo.
Me pareció uno de los mejores del año pasado. Si no recuerdo mal lo vi por primera vez en Mi Tocadisco Dual, el blog de Bernardo de Andrés, y me sonó a gloria, mucho mejor que el de Lauderdale. Saludos