Dan Baird & Homemade Sin – Rollercoaster (2017)

…auténticas muestras de contundencia, garra y poderío, podríamos definir al de San Diego como la quintaesencia del rock de médula…

Todavía no habíamos digerido totalmente el reciente “SoLow”, cuya fecha de publicación data del pasado mes de febrero, y ya está aquí otra vez. Las cosas que son como son hay que dejarlas claras desde un principio. Dan Baird es una incombustible bestia salvaje a la que algún día se le colocará en el pedestal que merece de la historia del rock. Pocos, muy pocos pueden rivalizar con sus directos, auténticas muestras de contundencia, garra y poderío, podríamos definir al de San Diego como la quintaesencia del rock de médula.

Ahora bien, hace tiempo que sus discos de estudio no me han acabado de enganchar del mismo modo que lo hicieran sus obras maestras ochenteras con los eminentes Georgia Satellites o sus primeros trabajos en solitario de la década de los 90. Ojo, con ello no le quito mérito al resto de su legado, incluído The Yayhoos. Es más, ya les gustaría a muchos mantener a través de las décadas la mitad de nivel que tiene este señor en todos sus frentes y proyectos.

Dicho lo cual, no sé si me ha pillado necesitado de estas cosas, de estos sonidos que beben del mejor manantial stoniano y de la Creedence, o que realmente el nuevo disco “Roller Coaster” con su banda Homemade Sin es una bomba de relojería, de lo mejorcito que ha grabado en los últimos veinte años.

El caso es que aquí, Dan Baird, lógicamente, no está descubriendo la pólvora. Se dedica a hacer lo mismo de siempre aunque quizás, en esta ocasión concreta, todas las coplas que lo componen son explosivas, un auténtico paseo por rebrotes de rock americano, a medio camino entre Tom Petty, la banda de John Fogerty y el cow-punk ochentero de bandas como los Long Ryders o Jason and The Scorchers.

«Shake it til it’s sore« es un pepinazo total que ya nos ubica en los raíles por donde va a rodar el resto del disco. «Knocked out cold«, «It’s allright» o «Can ya hear me now« son dos puñetazos sobre la mesa de blues y hard-rock. Incide en ello, si cabe todavía más, con guitarras desbocadas en «Love gone wrong«, «Licka sense» o «Lay it down«.


«The other side«, «Roll on Chattahoochee« y muy especialmente un himno como «Let it shine» están sometidas  a la fuerza de gravitación marca de la casa mientras que en «Do my worst« pegan la frenada para seguir la esencia del primer disco de los tejanos ZZ Top. Por su parte «Thanks for the memories« es, probablemente, la que más difiere de la línea restante del álbum aunque mantiene la sustancia guitarrera setentera. Cierran con «Bury me standing«, intensa y épica a partes iguales, donde no dejan de lado esas guitarras que penetran hasta los tuétanos.

Se nota que Don Dan Baird es un iluminado que lleva tatuado el rock and roll en el alma y que no pertenece a ese nutrido elenco de grandes estrellas que empobrecen su leyenda con el paso del tiempo. Para verificarlo no hace falta nada más que subirse a esta montaña rusa de rockerío bien ejecutado y disfrutar de su contenido. Ah, y para colmo posee una portada súper, súper, súpercojonuda.

* Texto: Juanjo Mestre. Publicado originalmente en el siguiente enlace del Espacio Woody/Jagger.