El irlandés Glen Hansard lleva mucho tiempo en el mundillo, y mucho tiempo haciendo cosas muy interesantes y de alta calidad, no obstante, y no me pregunten el motivo, nunca me he vuelto loco por su obra, nunca. Le conocí como aquel tímido flacucho guitarrista de The Commitments, sí, aquella película que no sé si es excelente pero sí es mítica para un servidor donde se respiraba pasión por souleares. Luego le perdí la pista, lo reconozco. Estaba yo en otras cosas hasta que un buen día muero abatido por el romanticismo de otro film donde Glen es su protagonista. «Once», dirigida por John Carney, es una película maravillosa sobre la música, la vida y el amor. Hansard la protagoniza junto a Marketa Irglová, con quién Hansard acabó realizando un disco de esos especiales: «The Swell Season». Entonces recordé que el pelirrojo era el tipo de The Frames, que sí tiene ese buen disco «Fitzcarraldo» pero que nunca me han llevado al huerto. Así que pasan los años y Hansard va sacando discos, y uno los escucha y los abandona memorizando uno o dos temas, sin más. Es el caso de notable músico al que le falta algo y no sabes qué porque reúne todo lo que realmente te gusta y es entonces cuando en 2018 cae del cielo «Between two shores» con una portada que encandila, y le das al play, y escuchas el single, su «Roll on slow», y sabes que el cabronazo ha dado con la tecla adecuada. Muchos me dicen que ni de lejos es su mejor disco, y qué? acaso importa? Yo no soy músico, no soy experto en tonalidades pero sí aprecio cuando la magia está presente y en este disco lo está. Hansard se vacía, canta verdades, sin adornos innecesarios. Estamos ante música de pub, de cantautor trasnochado y herido de amor. Donde el soul se presenta en cada rincón, agazapado, enseñando de lo que es capaz. Emborrachándonos, seduciéndonos, enamorando a todo aquel que esté dispuesto a perder algo más de cuarenta minutos empaquetados en una decena de sobresalientes temas. Es un disco de domingo lluvioso. De copita de tinto en soledad para abrigar nuestra desdichada vida. Un disco excelente del que no niego estar cada vez más enganchado escucha tras escucha, con su supersonido de los setenta. Pruébenlo queridos terrícolas, les aseguro que les acompañará durante todo este 2018.
La inicial «Roll on slow» tiene mucha esencia de los Commitments, al menos en espíritu. Canción de ritmo circular, de aroma setentero con sus metales souleros, su órgano hammond por ahí en medio y la rebosante clase de Hansard que no es un prodigio vocal pero que clava el tema a la perfección. El baladón «Why Woman» nos trae al Glen más íntimo, con una melodía familiar como si Van Morrison entonara el «Wild Horses» de los Stones. Los arreglos son maravillosos. Aquí hay magia. Hay pureza, sencillez, clase….. Irresistible. «Wheels on fire» es otro temazo galáctico. Avisados quedáis que todo el disco es sobresaliente. No sobra ni falta nada en el disco, pero este tema, este tercer corte del disco es un trallazo. Hansard canta fenomenal y el tema se vuelve pegadizo y se graba en el cerebelo para ya no abandonarte nunca. «Wreckless heart» es favoritísima personal. Delicada y romántica. Una canción como las de antes. De esencia folkera de los setenta, de boniquismo, de rompecorazones… con esos metales tan bonitos, tan delicados, tan románticos… «Moving On» es sobresaliente desde su primer acorde. Este tema lleva en su ADN toda la tradición irlandesa, lleva en ella a todos sus grandes artistas, a todas su canciones. Un resumen divino de cinco minutos de duración para enseñarnos como se las gastan en las Islas. En general todo el disco en muy VanMorrinsoniano, muy mucho, pero con ese soul de ahora, ese que por ejemplo se gasta Danny y sus Campeones del mundo. «Setting forth» tiene esa intro tan Nick Drake, salvando claro está las diferencias, pero sí tiene ese toque mágico… a mi su música me recuerda al genio de Warckwickshire, me vienen sus melodías a la cabeza, sus cinco hojas caídas…. su tristeza, su melancolía…. Temón. «Lucky man» retoma el toque setentero, con la vestimenta soul mientras que en «One of us will lose» se retoma algo la esencia de los Beatles, algo del sonido Abbey Road encontramos aquí. «Your heart’s not in it» es la sencillez perfecta. Esa canción que un jovenzuelo se aprende a la guitarra para conquistar a su primer amor, esa que se toca en la calle para recoger unas monedas, esa canción a la que no das importancia pero un día te atraviesa el alma. Y cierra un Hansard vocalmente inmenso con la bella «Time will be the healer», cierra así un disco que es cosa fina, un disco bonico del to, un disco que ya es un favoritísimo personal del 2018, que estará entre los elegidos y que nadie en su sano juicio debería perderse.
Glen Hansard – Between Two Shores (2018)
01.- Roll On Slow/ 02.- Why Woman/ 03.- Wheels on Fire/ 04.- Wreckless Heart/ 05.- Movin’ On/ 06.- Setting Forth/ 07.- Lucky Man/ 08.- One Of Us Will Lose/ 09.- Your Heart’s Not In It/ 10.- Time Will Be The Healer.
Como tu dices bonito del tó … pero es que lleva asi unos pocos el chaval. Y si, es de estar triste, y de que el dia llueva y de esos que te recuerdan a Van Morrison cantando Have I told you … pero resulta perfecto en el tío Glen que se conoce tan bien a si mismo y sabe lo que puede dar y lo que no puede. Al menos de momento.
Como tu dices bonito del tó … pero es que lleva asi unos pocos el chaval. Y si, es de estar triste, y de que el dia llueva y de esos que te recuerdan a Van Morrison cantando Have I told you … pero resulta perfecto en el tío Glen que se conoce tan bien a si mismo y sabe lo que puede dar y lo que no puede. Al menos de momento.