…del distrito neoyorkino de Queens tenían que ser constatando sus influencias de Lou Reed o Sonic Youth, a las que se añade el espíritu punk, alternativo e informal de nombres como Iggy Pop, Pixies o The Fall...
Esto es un debut soberbio y lo demás son cuentos. Del distrito neoyorkino de Queens tenían que ser constatando sus influencias de Lou Reed o Sonic Youth, a las que se añade el espíritu punk, alternativo e informal de nombres como Iggy Pop, Pixies o The Fall.
Abre este “So removed” un tremendo “Waving past Nirvana” cual si el espectro de los primeros tiempos de Black Francis y Joey Santiago se hubiesen apoderado del guitarrista Andrew Bailey o del vocalista James Beach en una especie de evolución del grunge que escupe estimulación nerviosa, enajenación, ansiedad y dolor. La influencia de los de Boston es más nítida en “Servants” o “Why is life”.
Dos de los temas estrellas son “The 20 teens”, a medio camino entre la Velvet y la new wave, con un órgano acompañante que de forma intencionada resulta tan crujiente como tabernero, y una espectacular “Hit me up” que parece transitar entre el oscuro post-punk y propuestas actuales como la de Car Seat Headrest.
En menos de dos minutos, y ubicado en el ecuador del álbum, se despachan un himno de surf-punk con ecos ramonianos que titulan ”Whatevr”. La marcada línea de bajo de Alex Crawford y el ritmo percusivo de Adam Sachs en “Even the dead” evocan al post-punk más demoledor mientras que se percibe la influencia de otro paisano neoyorkino como Jim Carroll en “Sold out seatz”.
Mención expresa para mis dos favoritas del disco. Indudablemente por una parte “Workin” que, entre trazas improvisadas, es la que más se acerca a la legendaria banda de Thurston Moore y donde destaca ese enorme e intenso crescendo de distorsión. Y por otra “Hideaway”, entre el pop-rock de los Strokes y la tensión eléctrica de los Stooges. Para colmo resulta ideal una balada ensoñadora como “The Future is a drag”, repleta de emociones fifties pero que también recuerda el rock independiente americano de Deer Tick.
Con ese mencionado contenido resulta un trabajo discográfico sin desperdicio, en general de apariencia novedosa aunque todo suene a algo. Además con cada audición crece la adicción por escucharlo, cosa que lo convierte en uno de los discos alternativos más interesantes del año.
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Discarral de los que necesito este año, un poco harto de folk y americana. Muchas alusiones a cuando teníamos veinte años, al indie iniciático, a la Velvet, a Reed e incluso al grunge.
Un gran descubrimiento.
Abrazos.
Querido Camarada, como tu bien dices, lo que mola de ellos es que suenan a muchos grupos, pero lo que hacen lo bordan. Un puntazo de descubrimiento. Saludos!!!!!