Discos Críticas

Reseña y crítica de ‘Doberman yoghourt’, el disco con las grabaciones ocultas de Josetxo Ezponda ‘El Bicho’.

…casi como un hecho paranormal, cual si fuese un espectro que atraviesa la frontera entre la vida y la muerte. Digamos que un caso insólito dispuesto a infectarnos, una bendita anomalía del auténtico bicho, aquel que deambuló por pasadizos del subsuelo musical más underground…

Nos ha llegado este artefacto sónico en los tiempos en que tanto se habla del «bicho», en referencia al maldito Coronavirus, aunque poco tenga de bicho esa partícula microscópica de código genético que infecta células. Ha sido justamente también en la fase en que tanto se diserta sobre la nueva normalidad tras el confinamiento y la finalización del estado de alarma cuando se nos ha presentado casi como un hecho paranormal, cual si fuese un espectro que atraviesa la frontera entre la vida y la muerte.

Digamos que un caso insólito dispuesto a infectarnos, una bendita anomalía del auténtico bicho, aquel que deambuló por pasadizos del subsuelo musical más underground y, por supuesto, alejado de ese otro bicho más comercial que se ha popularizado en los últimos años por practicar una fusión de flamenco, pop y jazz.

Dicho lo cual nos queda esclarecer que el bicharraco que nos ocupa no es otro que el admirado Josetxo Ezponda, con el apodo que firmó su grabación «Glitter cobweb» (1995) y con el que se le conocía entre círculos íntimos o de una incondicional legión de seguidores por liderar a Los Bichos después de formar parte de bandas como Tensión o Neon Provos.

El Bicho - Doberman yoghourt 2
Alfonso Asio y Josetxo Ezponda

Por ponernos en más antecedentes, especialmente para aquellos que lleguen al presente artículo y no conozcan a Los Bichos, que los hay y no son pocos, se trata de una banda de culto navarra que podría considerarse como la más innovadora y transgresora de la escena alternativa musical del estado español, al menos durante el período que sirvió de nexo entre la década de los 80 y la de los 90, con una discografía tan escasa como adorada entre una minoría selecta, donde cabalgaban por las catacumbas del pre-punk y del glam-rock más cavernícola, y que comenzó a gestarse con la publicación del single «Anita latigazo» (1988).

Prosiguió después con las míticas obras maestras «Color hits» (1989) y el doble «In bitter pink» (1991), con una rareza de single como «A hell of a girl» (1993) o, bajo el nombre y apellido de Josetxo, con la edición de «My deaf pink love» (1991).

A tener en cuenta sobre el curioso título del nuevo álbum que tiene su origen en una conversación entre Josetxo y Tex Perkins de The Beasts of Bourbon, donde el australiano, viendo el estado enjuto y demacrado del de Burlada, le sugirió que debía cuidarse más y alimentarse con, por ejemplo, yogur de doberman.

Promocionado veinte años después como «el disco perdido de Los Bichos», estamos ante el resultado de las grabaciones realizadas en septiembre del 2000, en los estudios Jamalandruki de Vitoria que regentaba su antiguo compi y bajista bicho Alfonso Asio, tres meses antes de su fallecimiento, y a los que se sumó a la batería Carlos Beroiz.

A lo largo de once canciones (trece en cd si tenemos en cuenta las soberbias St God yDoberwoman) hallaremos rimel, laca, brillos, sobresaltos, flujos, bilis, emoción, ferocidad, tempestad, elegancia… en una especie de enjambre entre Kim Salmon, Marc Bolan, Stooges, Johnny Thunders, Nick Cave y Dave Kusworth. Malditismo puro y duro, melodías de un pozo oscuro, harto difíciles de entender para una mayoría del mundo que no se mezcla con estas propuestas musicales.

hankypankyrecords · El Bicho – A Brighter Pearl

A brighter pearl fue el anticipo, con la que se podía intuir que algo grande se avecinaba. Melting lips” Bored and high suenan a sus mejores tiempos, más próximos incluso a los colores anteriores al rosa amargo. Cos you’re nicees tormentosa yTuareg parece un espejismo, una ilusión auditiva, escuela Scientists que diría mi amigo Imanol.

hankypankyrecords · El Bicho – Baby

Más. Someone bang the door es hija directa del proto-punk, un aquelarre de venerable distorsión. The pork’s revenge tiene un poso bolaniano muy seductor. «Baby« y Pretty bones son dos joyas en toda regla, dos superclases para sentar cátedra, me atrevería a apostar por ellas como mis favoritas. Finalmente, como si estuviésemos en un cabaret de rock instalado en las catacumbas del averno, cierran My bell of gold yLazin by the disco lights.

Hace unos años escuché «No pises jamás mis zapatos de piel de mujer blanca», canción homenaje al Sr. Ezponda de Atom Rhumba y Javier Corcobado, donde decían algo así de que «te echamos de menos en este infierno sin esperanza, por qué no vuelves a torturarnos con tu guitarra». Se ha producido el milagro. A mi gusto y criterio esta publicación, que ha visto la luz gracias a un grupo de amigos y al sello independiente bilbaíno Hanky Panky Records, supera todo lo editado posteriormente al «In bitter pink». Afortunados somos los suficientes de una facción privilegiada porque sabemos escucharlo y disfrutarlo.


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