Han tardado diez años The Lodger en volver a entregar un nuevo disco, pero no se han desgastado por el camino.
Mantienen su pose de estático y superficial glamour ochentero, fusionando sofisticación y virtuosismo.
Han pasado diez años desde «Flashbacks», tercer y hasta hace unas semanas último disco de la banda de Leeds capitaneada por Ben Siddall, The Lodger.
Esta prolongada permanencia en el stand by se ha terminado con el lanzamiento el pasado mes de marzo de «Cul-De-Sac of love».
Según parece, Siddall tenía compuestas estas canciones desde hacía unos años, pero no fue hasta los primeros compases de 2020 que se decidió a grabarlas, para ello llamó a sus compinches y se encerraron en su estudio de Leeds para confeccionar el disco.
El caso es que llegó la pandemia y el proyecto se paró hasta ver cómo evolucionaban los acontecimientos. Este periodo de tiempo en el que las cosas iban de mal en peor, sirvió a Ben para trabajar más sobre los temas grabados y exprimir todo el jugo que encerraban.
Finalmente, el disco ve la luz y nos descubre, o mejor dicho: nos re-descubre a The Lodger, con todas sus credenciales sónicas y estilísticas intactas.
Siguen practicando ese indie-pop que hace más de una década sorprendió gratamente a muchos. Mantienen su pose de estático y superficial glamour ochentero, fusionando sofisticación y virtuosismo.
Y la verdad es que sin pretender comparar con pasados trabajos, este disco vuelve a funcionar a la perfección. Mantienen sus influencias de siempre: ahí están los ecos de grupos como Orange Juice o James, pero también The Housemartins o Spandau Ballet.
Además nos ofrecen un disco que puede presumir de variado y diversificado. Si bien las guitarras vuelven a sonar punzantes y los bajos profundos y golpeteantes, no hacen ascos a la utilización de sintetizadores y electrónica en algunos temas como «Stop that girl», muy cercana al tecno.
También hay alegatos a ese funky blanco que practicaba Spandau Ballet, a aquella época de los new romantics y su frivolidad juvenil y lírica, escúchese el estupendo «Dual lives» o el single de presentación «I’m over this (get over it)» .
Bandcamp de The Lodger: https://prettyoliviarecords.bandcamp.com/album/cul-de-sac-of-love
Aunque donde mejor funciona el experimento es en los temas de pop clásico, con esencia naif, vigor y sencillez melódica, temas como «Black and white (Pete’s song)», «Former life» o «No No No»; y también en delicias jungle como «I think I’ll star again».
Decía más arriba que la diversidad era un activo de «Cul-De-Sac of love», y eso lo demuestran momentos más recogidos y hondos sónicamente como «Wasting my time with you», piezas de hermosa fragilidad como «I don’t wanna be it» o incursiones más oscuras y febriles pero plenas de intensidad pop como «Perfect Fit».
Tal vez no sea este el disco que muchos esperaban ver en el Exile, pero en eso consiste la independencia en su principio germinal: en deshacerse de prejuicios. Por eso traigo un disco pop, o indie pop si alguien se siente más cómodo con esta etiqueta, que tal vez no resulte lo más celebrado del año, pero que soporta escuchas sin perder comba con otros trabajos mucho más intelectuales y pomposos. En definitiva, que yo lo sugiero, en general: solo se trata de pop, sin prejuicios.
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