Crítica del nuevo disco de la maravillosa y dulce cantautora tejana Sarah Jarosz que nos regala belleza y paz en sus 11 canciones.
Luces y sombras. Sombras y tinieblas durante el 2020 con ese fatídico virus que ha puesto en su sitio a la raza humana, y algunas luces, también, un año y medio después cuando parece que controlamos al bicho, lo parece al menos. Durante ese largo recorrido hemos sentido miedo, soledad, aislamiento, pérdidas cercanas…. profunda tristeza y melancolía.. y todo eso, todo, ha hecho mella en la mayoría de nosotros.
Esta extraña circunstancia más propia de un film hollywoodiense (véase «Contagio» de Steven Soderbergh) que de nuestro día a día, aunque se haya demostrado lo contrario, nos ha dejado huella, y a muchos aquellos temores de entonces se les asoman ahora. Nada mejor que las nuevas canciones de la tejana Sarah Jarosz para curar nuestra alma y apaciguar nuestro corazón. El mejor antidepresivo posible.
Esta cantautora oriunda de Austin (Texas) no es nueva en el mundillo. Os recuerdo que en 2020, en plena pandemia, ya deslumbró con un excelente disco que si bien no se encontró en ninguna lista de mejores discos de aquel año, debería. Y la razón de aquello puede que se deba a lo tardío de su publicación lo que siempre penaliza a la hora de seleccionar lo mejor, y sin duda lo fue en cuanto a disco de folk americano.
«World on the ground» es precioso de principio a fin. Claro que todos sus discos lo son. Y con el que hoy nos ocupa ya lleva media docena, siendo destacables el disco del año pasado y «Build me up from bones» del 2013. Lo mejor de todo es que «Blue Heron Suite» barrunta como su mejor disco hasta la fecha. Repleto de bellas y delicadas melodías, de atmósfera melancólica y sanadora, salpicado por el ambiente covidiano, el diagnóstico de cáncer a su madre ( a quién dedica una canción que tal vez sea la más bonita del año) y sufrir las inclemencias del huracán Harvey.
Realmente de las 11 canciones podemos decir que nuevas y originales únicamente hay 5. Hay dos preciosos «reprise» que dan cuerpo y color al disco que toca el cielo cuando decide zurcir todo el entramado con 4 piezas instrumentales que sirven de delicado interludio, repleto de guitarras lloronas que despiertan cierto optimismo y esperanza, a las canciones que forman el groso del disco.
El tema inicial de belleza sideral nace del miedo a perder a su madre diagnosticada de cáncer. «Mama» es una pieza tan bonita… con una voz rota (y preciosa) por ese temor a la pérdida. Musicalmente estamos ante una pieza espectacular que remite a las mejores cantautoras folk de finales de los sesenta principio de los setenta. Claramente con Joni Mitchell en la mente.
Lo de «Morning» ya es para enmarcar. Con esa melodía arremolinada, con ese delicadeza por bandera, con esa maestría que ya demuestra Sarah Jarosz a sus treinta añitos. Otra vez exprimiendo el legado de Joni (la más grande). El tercer corte del disco es para la atmosférica «Across the canyon» donde los acordes de guitarra parecen caernos en cascada y arrastrarnos a un estado de melancolía placentera inigualable.
A partir de aquí se entremezclan los interludios musicales con las verdaderas nuevas piezas. Nostalgia en «Painted Blue» donde Jarosz luce su magnífica voz, su facilidad para la melodía…. Los dos «reprise» de «Mama» y «Across the canyon» dan sentido al disco, lo dotan de cuerpo, de una idea conceptual de la esperanza a través del sufrimiento.
Cierra el disco con la sublime «Blue Heron» que de bonita desarma. Canción sobresaliente donde se recoge la idea principal del álbum y donde aparece un estribillo mágico y unas cálidas guitarras. Sin duda Sarah Jarosz firma su mejor disco hasta la fecha y seguramente el mejor disco de folk del año. Bello, melancólico y sanador.
Sarah Jarosz – Blue Heron Suite (2021)
01.- Mama/ 02.- Morning/ 03.- Across The Canyon/ 04.- Interlude 1/ 05.- Painted Blue/ 06.- Interlude 2/ 07.- Across The Canyon (Reprise)/ 08.- Interlude 3/ 09.- Mama (Reprise)/ 10.- Interlude 4/ 11.- Blue Heron
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