El cantautor canadiense Ron Sexsmith deleita con canciones que beben de Macca, Ray y el otro Elvis. Etiqueta «Pure & Easy».
Apostar por una recuperada inspiración de Ron Sexsmith no parecía sinónimo de éxito. Sin duda sus últimos trabajos se habían quedado en el aprobado justo, y si bien su estilo no puede variar en exceso, a veces por intentar innovar o a veces por puro agotamiento de la fórmula, no acababa de dar con la tecla. Faltaban las musas. Faltaba el mojo. Faltaba «eso» que sí tiene Ron y que nos ha dado mil veces, faltaban canciones y aquí, en «The Vivian Line» las hay sin duda alguna.
No despachaba con acierto una colección de temas tan fantásticos desde «Forever Endeavour«. Así pues, la reconciliación y el aplauso es, respectivamente, total y efusivo. No supera el nivel de sus imprescindibles joyas. Por supuesto que no hablamos de un nuevo «Retriever» o «Time Being», pero se acerca sin rubor a «Blue Boy», «Cobblestone Runaway» o «Exit Strategy of the Soul», haciéndonos recuperar su obra predecesora, una discografía que realmente está al alcance de muy pocos.
En «The Vivian Line» hay destellos de genialidad y de retomarle el pulso a la inspiración, hay maravillosas melodías que beben de sus ídolos y héroes. Encontramos en los surcos del disco el buen hacer de McCartney, del Kinki Ray y del Godglasses Costello. Sí, todo cabe aquí. Bien ligadito y al punto. Sexsmith está más vivo que nunca y, al fin, ha encontrado la línea a seguir que no era otra que la inicial, y es que, como suelen decir, la primera impresión es la que cuenta.
Sexsmith nos es precisamente la alegría de la huerta, no es el ejemplo de felicidad pero esta vez si consigue esbozarnos una sonrisilla placentera al escuchar su disco. Es escuchar la inicial «A place called love» y saber con certeza que ha dado con la tecla. Esta vez sí. Canción tierna, cálida… bonica del to!.
«What in my mind» es pegadiza y radiable. Es pop en esencia, a la manera Sexsmith. Sonido clásico con su ADN que podría hacerle estar en cualquiera de sus grandes discos. Un clásico propio (algo «costellero»), positivo e imperecedero. «Flower boxes» es maravillosa. Su letra, su belleza, su exquisitez musical… y cómo la canta! Llega entonces un temazo. Llega «Outdated and antiquated» que con algo de sorna se autocritica o define.. muy «ray davies», y ese delicioso «kinkineo» nos lleva a «Diamond Wave», otra marca de la casa. Sobresaliente.
«Powder Blue» es ensoñadora, celestial.. preciosa balada que rememora sus primeros tiempos, sus primeros discos, y que nos lleva en brazos hasta otro gran tema, ese «One bird calling» que abre un póker de canciones que, en mi opinión, es lo mejor del disco. Con la tripleta «Country mile» (la canción del disco!), «This, That, the other thing» (algo soulera y costelliana) y «Barn conversation (puro KINK!), toca el cielo, y demuestra que la inspiración y calidad siguen intactas.
El final llega, primero con la delicada y romántica «When our love was new» y después con la bellísima «ever wonder» que sabe y huele a Macca, repleta de melodías antiguas y redondas, cerrando de manera excelente un disco que, sin exagerar, es lo mejor que ha grabado Sexsmith en una década.
Ron Sexsmith – The Vivian Line
01.- A Place Called Love/ 02.- What I Had in Mind/ 03.- Flower Boxes/ 04.- Outdated and Antiquated/ 05.- Diamond Wave/ 06.- Powder Blue/ 07.- One Bird Calling/ 08.- Country Mile/ 09.- This, That, The Other Thing/ 10.- A Barn Conversion/ 11.- When Our Love Was New/ 12.- Ever Wonder
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