Discos Críticas Especiales

Especial 50 aniversario de ‘Lola Versus Powerman and the Moneygoround’ de The Kinks.

…un compendio de reflexiones universales que sirven de reproche al conservadurismo más carca y explotador, y que reivindican la libertad individual frente a la inmoralidad y el fariseísmo humano…

Pues hoy, 27 de noviembre del 2020, se cumple la friolera de 50 años de «Lola Versus Powerman and The Moneygoround, part One« de los Kinks, una obra legendaria cuyo extenso título tiene tela marinera, pero que si desgranamos su contenido podemos entenderlo con bastante precisión.

De «Lola« —la forma común abreviada como se le conoce habitualmente— podemos decir en primer lugar que fue el álbum de la transición entre la década de los sesenta y setenta de los londinenses, y seguramente además el que en aquel momento mejor captó el cambio evolutivo del mundillo rocanrolero musical.

Lola. The Kinks.
The Kinks.

Tras un raudo ejercicio de memoria recuerdo que mi primer contacto con Lola fue gracias a Sade, una banda independiente valenciana de los 80 que practicaba una especie de ska-punk bastante entretenido y que, tras cierta repercusión con dos temas como «Y nos comerán» o «Quiero ir a vivir al Corte Inglés», lanzaron una estupenda adaptación del «Lola» en castellano que obtuvo relativa popularidad en las ondas radiofónicas y en los garitos de la época. Al respecto señalar que, en pasados tiempos sin Internet, era habitual tirar del hilo a través de versiones para llegar a los más variopintos, impactantes y conmovedores hallazgos musicales.

Poco después sería mi hermano putativo del alma y gran Chef dianense del Restaurante For Amur, del que siempre digo que me enseñó que el buey sólo bien se lame, que los postes también juegan y que cada palo debe aguantar su vela, el que me descubriera la grandeza del álbum que nos ocupa, tanta que desde el primer día comprendí que había llegado para quedarse a lo largo del restante recorrido existencial.

Lola. The Kinks.
The Kinks

Profundizando en la idea y concepto que representa esta soberbia creación que, indudablemente, es Patrimonio Cultural de la Humanidad, habría que distinguir tres aspectos concretos e íntimamente relacionados en un momento determinado. Por una parte el dominio, la potestad para mandar en su vertiente déspota u opresora, por otra el dinero como egocéntrica fuente de deseo que impide tener una visión más empática, solidaria y fraternal. Y nos queda la tercera, coexistiendo con las otras y alejándose de sus métodos está Lola u otros ejemplos que representan la parte más frívola y liberada de la vida, con afición por los placeres más profanos, triviales y terrenales.

No ser como un dictador fascista, como un constructor, un barrendero, un matemático, un político, un santo, un pecador… Solamente salir de casa para ver el mundo, para ser libre, como única fórmula para ser un ganador. En esa idea bastante utópica para la mayoría de mortales se sitúa Ray Davies en «The Contenders» y en «Got to be free» para, respectivamente, iniciar y concluir el álbum.

Y todo con el fin de evitar el control, o el abuso laboral que después aparece en esa maravilla titulada «Get back in the line«, aunque después se torne más introspectivo, más profundo, más nostálgico con sus seres queridos, divagando sobre la fugacidad existencial en esa fabulosa melodía que es «This time tomorrow» —la canción donde además brillaba con luz propia el acompañamiento al piano del nuevo miembro de la banda John Gosling, en la balada  «A long way from home» o en la más exitosa por ser single «Apeman»

Incidiendo también en la línea de liberación hay menciones a Napoleón, Gengis Kan, Hitler y Mussolini, presentándose «Powerman« como el gran protagonista, sin necesidad de pelear, sin armas, sin riquezas, pero con el apoyo de su cerebro y de su chica.

Entre la autoexigencia personal y la búsqueda de un lugar donde sentar raíces se retuerce «Strangers«, la gran declaración de amor de Dave Davies. Y sí, claro, aquí está ella, «Lola«, coronándose como el primer himno sobre los transgénero, tan genial como inmortal la mundana historia del chaval de pueblo que llega al Soho londinense y conoce a un travesti con quien bebe champagne, baila toda la noche y le descubre el sexo, y todo con una agitada mezcla de mordacidad, inocencia y pasión.  

Curiosamente suenan más a music-hall los aspectos más enfocados a la avaricia y a la ambición en los estamentos de la industria musical, un contraste que es portador de esa ironía marca de los Kinks, como «The Moneygoround« o como la que considero gran joya semi-oculta «Denmark street«, una atrevida y directa crítica al entorno del proceso empresarial musical a partir de la mítica calle del barrio londinense de Camdem donde grabaron ilustres como los Beatles o Jimi Hendrix. Tremendo cuando entre sus dos minutos de duración se pone en boca del jefazo de turno lo de que «odio la letra, odio la melodía, odio tu música y tu cabello es demasiado largo».

Lola. The Kinks.
The Kinks

A la repulsa de la codicia humana también se unen las dos coplas más rocanroleras del disco: «Top of the pops« con su ácida crítica a la industria y a los músicos que anhelan ser números 1 en las radiofórmulas, y la más hard-rockera «Rats«, composición de Dave, donde pone énfasis en el egoismo y en la hipocresía de la gente.

Al final podemos decir que Lola es un compendio de reflexiones universales que sirven de reproche al conservadurismo más carca y explotador, y que reivindican la libertad individual frente a la inmoralidad y el fariseísmo humano. Y eso es mucho, tanto que por ello, medio siglo después, es y será una de las más extraordinarias obras maestras de la historia del rock.


Un comentario

  1. Espléndido tu repaso, Juanjo, nada que objetar. El que también me parece magnífico es el siguiente disco kink, "Muswell Hillbillies".

    Abrazos.

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