50 años de Red Rose Speedway. Cuando el mundo le giró la espalda a Paul McCartney

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Reivindicando a Paul McCartney, a los Wings y a su Red Rose Speedway

Tenemos que dejarnos ya de historias y tirrias y reconocer a Red Rose Speedway como la maravilla que es, y a Paul McCartney como uno de los más grandes que nos ha dado la música popular de todos los tiempos.

Nunca me canseré de reivindacar a Paul McCartney como uno de los artistas más importantes de la historia de la música. Aunque sea un ex-beatle y parezca que no hace falta. Sí claro, Macca también fue un maldito después del final de los Beatles.

Y tengo más que claro que no se puede pretender acabar con la gran tirria que aún hoy se le tiene paradójicamente desde sectores musiqueros y a veces hasta beatlemaníacos, en detrimento de la figura del más popular John Lennon y/o del bueno de George Harrison que con los años ha ido ganando muchísimos más feligreses.

Pero de la misma manera que perdonamos a otros grandes artistas la antipatía con los medios, la acritud en los conciertos o incluso hasta ciertos pensamientos en ocasiones demasiado ultra conservadores, ya es hora de perdonar a Paul McCartney su perfeccionismo repelente, su liderazgo forzado en los fab4 (¿Hubieran acabado antes los Beatles de no ser así?) y todos los errores que pudiera cometer en la fase final de existencia del grupo sea cuales fueran, algo que aún parece que pesa lo suyo.

Paul McCartney & Wings

Aunque bien mirado, por una parte, ya no puede cargársele el muerto de todo a Macca vista toda la información disponible de por medias, documental de marras incluido. Cada uno de ellos intentó largarse de alguna manera o en algún momento. No se soportaban. Y por otra si miramos objetivamente su carrera discográfica poco hay que se le pueda recriminar, tanto en solitario, con Linda o con los Wings.

Tiene auténticas obras de arte de la música pop y rock y no ha resbalado tanto como algunas luminarias de la música que han entregado auténticas mierdas, aunque a Macca no se le perdona nada, ni lo más mínimo. Y eso que últimamente está entregando discos muy buenos.

A la altura de este Red Rose Speedway nadie daba un duro por el ex-beatle, la campaña mediática contra él desde el final de los Beatles le pesó, le sumió en la depresión, no podía luchar contra una imagen que en poco tiempo se había forjado a fuego en el subconsciente de la cultura popular de su tiempo. Hasta él mismo dudaba de sus propios discos. Y eso que su primer single My Love llegó al número uno en EEUU, perfecta balada dedicada a Linda.

Pero daba igual, no había manera. Si bien cada movimiento de Lennon era aplaudido fuera cual fuera, a Paul McCartney se le exigía siempre mucho más, y desde la propia prensa se le criticaba fácilmente y a la ligera. Y la verdad es que si te paras a escuchar bien discos como el que nos ocupa (incluso el anterior es tan reivindicable como este) bien contiene todo el talento que aportó a los Beatles pocos años antes.

El caso es que desde el principio este disco tuvo sus más y sus menos antes de su salida. Paul McCartney tuvo que desestimar la idea inicial de disco doble, ya no tenía el rédito de antaño, y muchas canciones grabadas en la época de RAM fueron igualmente desestimadas.

Y además tuvo que añadir su nombre al de la banda por petición de sus representantes porque consideraban que Wings no era apropiado, siempre buscando un reconocimiento que no se le daba, aún era tratado en los medios como una especie de disidente beatle, además venía de un disco aún más vilipendiado que éste, quizás alimentara el fuego la canción Give Ireland Back to the Irish en la que se metía en camisa de once baras, o el sonido más rústico y sencillo.

George Martin le ayudó a recuperar un algo su autoestima. Se le había encomendado la BSO de James Bond y exigió que fuera Live And Let Die en voz de Paul McCartney pese a las reticencias de la productora acostumbrada a la interpretación femenina vestida de largo. Canción que solo entraría en ediciones ampliadas posteriores. En el aspecto musical fue un hito en la historia de la saga.

El disco tiene auténticas joyas además de las canciones mencionadas y que escuchadas hoy en día continúan conservando el gran encanto de los 70. Innegable la calidad y el gancho de Big Barn Red, inconfundible el sello de todo lo que Paul McCartney haría después en tonadas como Get On the Right Thing, como la inocente Little Lamb Dragonfly, únicas dos canciones recuperada del RAM. Y siempre se habla de las puyas «Too Many People vs How Do You Sleep?», pero no de los acercamientos. Ya desde Wild Life, Paul tendió un puente hacia Lennon con Dear Friend, en este disco sería la bonita y conciliadora Single Pigeon. Otra joya olvidada de su cancionero.

Esas canciones compuestas al piano, esos coros, ese aire luminoso de tonadas como When The Night, genialidades más bluesy-reggae como Loup, oigan, una joya como la copa de un pino, o el medley final con ramalazos del mojo beatle de siempre a mi me deja a las claras la calidad incontestable de este disco.

El tiempo le da la razón y la versión doble que no pudo ser, se muestra reluciente en la necesaria y nueva versión deluxe del disco con auténticas maravillas como el reggae Seaside Woman o el caramelo folkie Mama’s Little Girl. Sin lugar para la duda, en aquellos tiempos Paul McCartney continuaba teniendo un gran talento. Enorme, incontestable.

Aunque suele ser relegado a un muy segundo plano muy muy por detrás de Band On The Run, por supuesto otro discazo que publicaría posteriormente ese mismo año y más aceptado, es bajo mi punto de vista un error, pues son diferentes y para mí no son comparables. En conjunto es un disco muy compacto de gran calidad y con auténticas joyas, más especial y particular. Pop, rock, blues, glam, folk, incluso el reggae que empieza a descubrir y que adhería a su música de manera totalmente natural y genial.

50 años, medio siglo. Nunca es tarde. Tenemos que dejarnos ya de historias y reconocer a Red Rose Speedway como la maravilla que es y a Paul McCartney como uno de los más grandes que nos ha dado la música popular de todos los tiempos. Hay que reconocer su gran talento para la melodía y para los arreglos. Reivindicable como un gran vocalista y por su perfección melódica y versatilidad. ¡Larga vida a Paul McCartney!


5 comentarios

  1. Excelente nota. Al fin un artículo sobre Paul McCartney honesto y sin prejuicios. 100% de acuerdo con toda la nota. Nunca entendí tanta resistencia y malas críticas a la obra de Paul, y que algunos hasta el día de hoy lo discuten. Siempre me encantó Red Rose Speedway. Melodías entrañables, arreglos vocales e instrumentales maravillosos, que quedaron en mi memoria para siempre.
    Estimado Chals lo felicito y muchas gracias

  2. Grande Chals por rescatar este gran álbum.

    Adoro a Paul y me encanta su carrera en solitario. Con sus baches y aciertos, como todo el mundo. Un genio que nació para la música y que ha parido varios de los discos de mi vida.

  3. Cuando la gente habla de McCartney como uno de los mejores, me gustaría saber porque no dicen directamente EL MEJOR compositor de la historia de la música, incluyendo a Beethoven, Mozart o Bach. Capaz de grabar canciones increíbles tocando todos los instrumentos. Que alguien me diga de un artista, salvo the Beatles, del que se puedan rescatar más de 100 canciones buenas o muy buenas. En fin, McCartney es el dios de la música

  4. Un grandisimo músico. Perfeccionista? Faltaría más, es una virtud que echamos de menos en los chapuces actuales, que con dos movimientos de cámara y «efectos especiales», creen que tapan la incompetencia de autores e interpretes. Agradecidos a Paul por su Arte y buen hacer.

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