Deer Tick vuelven en plena forma con una colección de canciones frescas fieles a su estilo que emanan puro rocanrol y camaradería.
Llevaba un tiempo en un agujero, en un pozo sin fondo de estrés y preocupaciones, que me arrastraban inexorablemente a mi decimonovena crisis nerviosa. Sin dejar de sufrir y sufrir, pues eso creo que forma parte ya de mi nuevo día a día, parece que el nuevo álbum de la banda de rock alternativo, Deer Tick, originaria de Providence (Rhode Island) me ha dado justo lo que necesitaba. Medicina de la buena.
He firmado una especie de contrato emocional con el señor McCauley y Cía. Ellos siempre me han lamido las heridas pero yo a veces me iba con otra y eso no es justo. Mientras ellos recuperan mi estabilidad emocional gracias a su nueva, excelente y vigorosa colección de canciones, he acabado de completar (pasando por caja, obviamente) su interesantísima e imprescindible discografía.
Un servidor les descubrió con ese pelotazo intergaláctico que fue «Divine Providence» del 2011 para retroceder y quedar ojiplático con su «The Black Dirt Sessions» del año anterior. «Negativity» (2013) tardó en llegar, lo que me dio tiempo para repescar «War Elephant» (07) y «Born on a Flag Day» (09). «Negativity» fue el disco realizado bajo los focos, ese en el que todos te miran te juzgan y te hacen dar ese pasito más comercial que puede volverte tarumba. Eso hizo que se replantearan su existencia e hiciesen un largo parón.
McCauley, de culo inquieto, se entretenía con Diamond Rugs pariendo dos excelentes discos, el homónimo de 2012 y el brutal «Cosmetics» de 2015, habiéndonos dejado en 2011 esa joya llamada «Middle Brother«. En 2017 nos regalan dos volúmenes, compilados luego en modo «hits» en el estupendo «Mayonnaise» (2019). Después tocó pandemia, encierro.., edición de concierto «Live from Fort Adams» y así coger fuerzas, calentar y crear esta nueva colección de canciones que son de un disfrute inigualable.
En este nuevo disco la banda se deja llevar, se siente libre y disfrutona. McCauley está excelso como es habitual pero el resto no le van a la zaga. Ian O’Neil que como es habitual se da unos cantecitos y la sección rítmica con Dennis Ryan a la batería y Christoper Ryan al bajo están espectaculares pero además cuentan con amiguetes más o menos habituales en sus proyectos como Steve Berlin de Los Lobos y coros de cantautores como Courtney Marie Andrews, Vanessa Carlton (quien también es la esposa de McCauley), Kam Franklin, y Angela Miller.
El disco suena fresco seguramente por haberse grabado prácticamente en vivo y haber seleccionado sólo 10 temas de 20 que estuvieron en el ajo y que esperamos escuchar más pronto que tarde. Suena divertido reflejo de su camaradería y buen rollo, y suena creíble y fiel al estilo del banda, aquí no hay trampa ni cartón, esto es solo rocanrol pero nos gusta.
Todo empieza con una guitarra fresca y afilada, y la desgarrada voz de McCauley haciendo de las suyas. Lo de «If I try to leave» es de traca. Escrita a pachas con O’Neil es rocanrol de la vieja escuela, bien hecho, bien empaquetado, algo stoniano y con un pianito decorando el cotarro. O’neil se pega un cantecito en la muy radiable «Forgiving Tiles» que es un temazo espectacular y pegadizo, algo ochentero, donde McCauley apoya vocalmente y da trempera a un tema alegre y divertido.
«Grey Matter» es maravillosa. Pegadiza y muy de los «kinks setenteros».. y qué final!! Seguimos de fiesta con «If she could only see me now» que conjuga el rock setentero que nos gusta, jugando al despiste entre Clash y la british del final de los setenta, y qué decir de «Runnig for love»??? madre mía! que «costellada»!!! con ese toque soulero al inicio para avanzar hacia el éxtasis con ese aroma ochentero que quita el hipo.
«Once in a lifetime» es joya. Sonido clásico, rocanrolde alta escuela. Mientras que «Disgrace» tira de acordeón para hacernos mover los pies y las cadera. Excelente! «My ship» pone ese punto de calma casi necesario, ese tema que siempre hay en un buen disco, un medio tiempo juguetón que mira de soslayo a los Fleetwood Mac. Y esa calma la completan con la preciosa «A light can go out in the heart» que parece indicarnos el final.
El auténtico final llega con la espectacular y extensa «The real thing» que es de lo mejor del disco. Madurez, sabiduría y calidad todo en uno. Qué buen sabor nos deja este tema, y qué disco se han marcado estos tipos que incomprensiblemente siguen algo ninguneados por estos lares, siendo una de las mejores bandas de rocanrol de la última década. Disco excelente, no se lo pierdan.
Deer Tick – Emotional Contracts (2023)
01.- If I Try to Leave/ 02.- Forgiving Ties/ 03.- Grey Matter/ 04.- If She Could Only See Me Now/ 05.- Running From Love/ 06.- Once in a Lifetime/ 07.- Disgrace/ 08.- My Ship/ 09.- A Light Can Go Out in the Heart/ 10.- The Real Thing
- The Libertines – All Quiet on the Eastern Esplanade (2024): el retorno de una esencia que nunca se fue - 24 de abril de 2024
- Sam Morrow – On the Ride Here (2024): puro sabor americano - 15 de abril de 2024
- Sierra Ferrell – Trail of Flowers (2024): tradición y brujería - 4 de abril de 2024
