Críticas Discos

Reaparecen Carcoma con su tercer disco

…desde el rock urbano de finales de los 70 y hasta el rock más duro asociado a Chapa Discos en los años 80, además de establecer claros vínculos sónicos con las bandas que dominaron la escena más rockera y menos indie de los 90. Podrían considerarse referentes válidos bandas como Burning, 091, Los Enemigos, Asfalto…, y ahora acentuando un poco más su vena punk-rock…

Carcoma no podían faltar en formato reseña antes de finalizar este año. Ya dedicamos unas líneas en este exilio musical con excusa de su sencillo «A la vora del Montgó» excelente himno homenaje al lugar al que pertenecen.

No puedo negar cierto nexo emocional con lo que significa que Carcoma sigan adelante contra viento y marea. Les he brindado todo mi apoyo desde que hace más de 10 años aparecieran en el primigenio No Sé Viure Sense Rock donde empecé a hacer mis pinitos escribiendo sobre música. Y con Juanvi, guitarra de la banda y también redactor en diversos medios con el que, junto a algún redactor exiliado más, compartimos un pasado de conversaciones y música por aquellos blogs antaño vivaces y ahora por lo general perdidos en este mar de la información digital en el que se ha convertido este mundo que transitamos.

Carcoma - Eléctrica felicidad (2023)
Carcoma – Eléctrica felicidad (2023)

El mundo ha cambiado mucho desde entonces, pero Carcoma continúa adelante y una vez más reafirman su devoción por el rock con la actitud que debiera ser inherente a tal palo. Su mera existencia encarna como pocos la resistencia contra los elementos que rodean la música actual, especialmente en el contexto de un grupo underground. Y por tanto es gratificante observar que incluso medios más reconocidos dentro de la escena roquera nacional ahora se hacen eco de tal hazaña en sus páginas, un reconocimiento que indudablemente se han ganado.

Pero vamos a esta «Eléctrica felicidad» que para eso he abierto la persiana hoy. Evidentemente, si contamos que Carcoma llevan un intervalo de unos 6 años entre disco y disco, era de esperar que la evolución fuera más que evidente y sólida, tanto por una producción muy bien enfocada, como en la resolución de canciones, letras y a nivel instrumental.

Musicalmente Carcoma son en esencia un grupo de rock guitarrero, no hay etiqueta que los pudiera definir mejor. Del rock más clásico al hard rock, defienden la imperturbable frase «es solo rock and roll, pero me gusta«. Para mi representan perfectamente la supervivencia de algunos estilos perdidos en el tiempo, desde el rock urbano de finales de los 70 y hasta el rock más duro asociado a Chapa Discos en los años 80, además de establecer claros vínculos de actitud y sonido con las bandas que dominaron la escena más rockera y menos indie de los 90. Podrían considerarse referentes válidos bandas como Burning, 091, Los Enemigos, Asfalto…, ahora acentuando un poco más su vena punk-rock.

Sobre todo me interesaba mucho el contexto del disco, porque si bien el rock’n’roll por lo general hoy en día no suele abordar según que temas o bien por miedo al juicio «social» o bien por el postureo general del sector, Carcoma no tiene problemas en dibujar en sus canciones una crónica directa y sin sentimentalismos de la realidad post-pandémica que vivimos.

Dialéctica clara y sin ambages que después de la declaración de intenciones de la fantástica «Sonrisa salvaje», con «Esclavos del reloj» muestra una de las grandes bazas de Carcoma retratando el punto en el que nos encontramos, el título lo dice todo. En todas sus canciones asoma la crítica tanto al costumbrismo a pie de calle de «Historias para no dormir», también posicionándose claramente contra la violencia de género en la necesaria «Escapa», como a nivel global con «Al garete».

Quizás perdimos la costumbre de protestar o quizás dejamos tan sana costumbre en manos del cacareo en las superfluas redes sociales, y sí! estamos necesitados de himnos y consignas como son «Mala costumbre» y «Buitres» que nos inviten a alzar el puño en alto aunque solo sea para gritar nuestra disconformidad contra la ignominia de esas sombras a veces difíciles de distinguir y que todo lo gobiernan.

El disco termina con una joya como es «A la vora del Montgó», al final somos quienes somos y debemos estar en contacto con nuestro entorno ya sea para cuidarlo, como para luchar por él, y de eso y escuchadas sus canciones, Carcoma saben un poco. En definitiva un disco cargado de actitud y canciones incisivas con sabor a genuino rock guitarrero patrio de los que ya no se hacen. Ojalá esta historia continúe adelante aunque solo fuera cada tantos años, eso significaría que aún no todo está perdido. En cualquier caso recomiendo su escucha.

«Eléctrica felicidad» de Carcoma en <YouTube>

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