Avendaño se marca una autobiografía a través de los discos que han marcado su vida. Un libro divertido, ameno y lleno de pasión.
Con Los Profesionales, Reposado, Burro, Bo Derek’s o Siniestro Total muestra siempre Oscar Avendaño una retranca importante, un saber hacer exquisito y un gusto musical estupendo. Ese gusto musical que fue interiorizando a base de escuchar canciones y discos en la época donde las cintas de cassette dominaban el mercado negro y los vinilos eran un placer orgásmico es el que nos va desgranando casi cronológicamente en su nuevo artefacto (esta vez no sonoro) en formato papel «Lo Tengo en Vinilo!».
Avendaño habla de 90 discos que han formado parte de la banda sonora de su vida. Esos discos de esos artistas y sus canciones que le han ido marcando, influyendo, «educando» y descubriendo nuevos mundos. Una historia con la que muchos nos sentimos identificados aunque no hayamos vivido geográficamente en el mismo lugar o las mismas circunstancias pero que son un fiel reflejo de aquella época de la nueva España.
Una biografía sonora llena de humor y sinceridad a través de unos discos que en muchas ocasiones también son indispensables para muchos y otras casi desconocidos para otros. Es imposible no sonreír leyendo algunos de sus capítulos como también es imposible no acabar intentado hacer lo mismo que él en el libro, que no es otra cosa que marcar una línea de vida y colocar nuestros discos indispensables en un momento determinado pues reconoce Avendaño que hay algunos que ya no escucha.
«Lo tengo en vinilo!» es una joya para todos los apasionados al rocanrol, al formato vinilo, y a la cultura popular. Una joya de amena y divertida lectura, que no solo apunta a los discos pues al situarnos en una época concreta también nos recuerda películas, conciertos e incluso comercios míticos. Además cuenta con el prólogo de otro ilustre, Julián Hernández, fundador de Siniestro Total, y a su vez también escritor. Recuerdo disfrutar con «Hay vida inteligente en el rock’n’roll?». Su presencia siempre suma.
Poco más qué decir. Una lectura indispensable para todos aquellos que nos apasionamos con la música, que amamos al vinilo, que compramos luego los CDs y luego volvimos a comprar los mismo vinilos que en su mayoría escuchamos en cintas de cassette grabados por el hermano mayor de nuestro mejor amigo. Uno de esos auto regalos que uno puede hacerse estas navidades en lugar de los calzoncillos, calcetines y el socorrido paraguas.
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