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Especial dedicado a ‘Out Of Our Heads’, cuarto álbum de The Rolling Stones en USA, publicado el 30 de julio de 1965, con motivo de su 60 aniversario.

… pronto llegarían los discos maestros del grupo, las obras inmortales y las canciones que harían de ellos leyendas, pero si bien «Aftermath» es la consolidación, «Out of our heads» es el prólogo de la historia que se estaba a punto de escribir…

Tal día como hoy, 30 de julio, pero de 1965, se publicaba «Out of our heads» de The Rolling Stones, ideal para desempolvarlo y recordarlo. El tercer elepé en UK y cuarto en USA de sus satánicas majestades -antes de ser así bautizados- por algún motivo que no termino de comprender, ha sido vilipendiado por parte de la crítica de manera continuada, tachándolo como un ‘disco menor’.

Ciertamente, hay cierto barullo con respecto a la versión inglesa y la americana, con distintos tracklist y diferentes portadas también, no es la única ocasión en que ocurre esto con los lanzamientos de los Stones. Algunos de los temas de la versión inglesa fueron incluidos en USA en el disco titulado «December’s children (and everybody’s)», publicado solo en Estados Unidos seis meses después y con la misma portada que la versión británica de «Out of our heads», un follón, la verdad.

Aquí nos vamos a ceñir a la versión que la banda publicó en USA, que incluía «One more try» cerrando el disco y «(I can’t get no) satisfaction» abriendo la cara B del vinilo. Leer los créditos de este disco da vértigo: la producción a cargo de Andrew Oldham, auténtico creador del concepto de banda Rolling Stones; la participación de músicos como Phil Spector o Jack Nitzsche; Ian Stewart, el sexto stone a las teclas o Glyn Jones en tareas de ingeniero dan una idea de la fauna que paseaba por los estudios durante las sesiones de «Out of our head».

rolling stones out of our heads

Andrew Oldham empezó a insistir en que la banda debía componer sus propios temas, así en este disco combinan versiones -como ocurría con los primeros trabajos del grupo- con temas propios, en una relación de cinco covers por siete canciones propias. El posterior «Aftermath» ya incluiría un pleno de temas ‘Jagger-Richards’.

Pero en «Out of our heads» la banda continua versionando temas de otros, como «Mercy, mercy» de Don Covay, evidente espejo en el que Mick se miraba para confeccionar su estilo a la hora de cantar. Otras canciones que adaptaron sin grandes alardes pero empapando su estilo característico en las mismas, fueron «Hitch, hike» de Marvin Gaye, «Good times» de Sam Cooke; «Cry to me» que popularizó Solomon Burke o «That’s how strong my love is» que interpretó el inolvidable Otis Redding. Todas ellas, canciones con un evidente poso soul, alejándose un tanto de referentes incontestables hasta entonces como Chuck Berry o Muddy Waters, mucho más apegados al blues.

En cuanto a los temas compuestos por el grupo, se empieza a evidenciar la textura sónica que pronto (a partir de «Aftermath», como punto de inflexión) sería propiedad artística de sus satánicas majestades. Con una esencia más rhythm & blues y blues, el grupo empieza a asomar la patita con bombazos como «The last time», el soberbio blues del delta «The spider and the fly» o la genuina «One more try». Por no hablar de «Satisfaction», de la que no creo necesario hacer ningún comentario, por aquello de no ser redundante. Todas ellas firmadas con el mítico (Jagger-Richards).

Pero en el elepé nos encontramos otras tres piezas señaladas como obra de un tal Nanker Phelge, que no es otro que un seudónimo que escondía a los propios Rolling Stones: temas compuestos por el grupo de manera teóricamente coral. Nos referimos a excelentes temas que ya señalan el camino de única dirección que iniciaba la banda: «I’m all right», registrada en (aparente) directo; el rhythm & blues «The under assistant west coast promotion man» y la bonita balada de esencia pop «Play with me», con el órgano de Jones como contrapunto a las acústicas de Keith. Eso si, el disco, a pesar del enorme éxito de «Satisfaction», no consiguió arrebatar el nº 1 a «Help», teniendo que conformarse con un nº 2 de consolación.

Pronto llegarían los discos maestros del grupo, las obras inmortales y las canciones que harían de ellos leyendas, pero si bien «Aftermath» es la consolidación, «Out of our heads» es el prólogo de la historia que se estaba a punto de escribir. Un disco que en mi opinión, tampoco es tan menor.

* Este artículo fue publicado por su autor en Rock and More by Addison de Witt y recuperado ahora por el 60 aniversario y por su plena vigencia.


2 respuestas

  1. Pues querido Addi, digo yo que lo de «satánicas majestades» vendrá por el mismo título de su disco del 67, «Their Satanic Majesties Request», obra que intentó, sin éxito aparente, emular el «Sgt.Peppers».
    Abrazo,

    1. Yo también pensaba eso, pero no recuerdo quien me comentó que no, que era al revés. La verdad es que no lo tengo claro. Lo que sí que es evidente es que aquél disco, que a mi me gusta, no funcionó como la banda pretendía.
      Un abrazo.

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