
Pulp vuelve veinticuatro años después para demostrar que aún tienen ‘más’ que ofrecer.
Entregan una cuidada selección de composiciones presentadas con el pertinente toque de distinción, sibaritismo y savoir faire.
Por lo general, resulta tentador recurrir al pasado glorioso de un grupo que vuelve tras años de silencio, a la hora de hablar de su retorno discográfico.
Pulp grabó su último disco «We love life» en el año 2001, y algunos años antes dejó constancia de su exclusividad dentro del llamado Britpop con la trilogía formada por «His ‘n’ Hers» (1994), «Different Class» (1995) y «This is hardcore» (1998) (reseña).
Hoy pongo en el equipo su nueva creación titulada «More», que llega casi un cuarto de siglo después de «We love life» y me planteo si sucumbir (o no) a la tentación de la que hablaba en el primer párrafo de este texto,
La respuesta es no, pero es un no tibio. Siempre recalco lo injusto que es establecer paralelismos con el ayer, pues el tiempo no solo ha pasado para los miembros de la banda, nosotros también somos veinticuatro años más viejos, veteranos… tal vez sabios, y en cierto modo estamos más acomodados, más cansados.

«More» es un disco que no emborrona el legado musical que Jarvis Cocker y los suyos escribieron en la década de los noventa, y eso ya de por sí es algo que merece ser tenido en cuenta y valorado en su justa medida.
Además suena a Pulp y no a un grupo heredero del sonido de Pulp, y eso también es positivo. Entrega una cuidada selección de composiciones presentadas con el pertinente toque de distinción, sibaritismo y savoir faire que siempre les fue propio.
En el apartado menos positivo, un servidor no siente especial aprecio por la producción vistosa, nítida y exacta, pero de poco peso de James Ford (Fontaines DC, Blur, Pet Shop boys, Arctic Monkeys…). Demasiadas capas que retirar hasta dar con el dulce corazón de la cebolla.
Salvo en la enfática pieza disco-pop «Got to have love», no insisten en dibujar un latido juvenil que ya no corresponde y que no resultaría atractivo a día de hoy por impostado. Por otra parte, el disco muestra diferentes aspectos interpretativos con la voz de Cocker como epicentro de cada tema, pues lo cierto es que ésta sigue siendo seductora y expresiva como pocas.
«Spike Island» abre el tracklist y es – en mi opinión – el mejor momento del disco, seguido de la sugerente «Tina», la encantadora «Grow ups» o la transformación en modo crooner de Travis en la magnética «Slow jam» y la sensual «Farmers Market».
La segunda cara baja, por falta de pulso en algunos temas, el nivel, a pesar de contener una estupenda canción como «Background noise» que incide en el Bowie menos rockero para construir una textura cristalina y etérea que viste un bello estribillo.
Los noventa quedaron atrás, y allí terminaron más cosas nuestras de las que muchos quisiésemos admitir, hoy Pulp nos los recuerda, sin pretender establecer una infructuosa y a la postre frustrante travesía en el tiempo, que los viejos tiempos se pueden rememorar pero no revivir, y en su disco hay algo de eso: recuerdos, ecos y sensaciones, pero dejando constancia de que el siglo XXI ya lleva unos años girando y que nosotros seguimos vivos pero no jóvenes. En cualquier modo, «More» es un muy satisfactorio retorno de unos favoritos en Exile como son y serán los británicos Pulp.
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Para mí, muy buen disco. Honesto como pocos y Background noise uno de mis temas de este año. Si bien, aunque la producción es un tanto demasiado meliflua por momentos, como tú señalas, siguen siendo ellos. Larga vida!
Me alegra que coincidamos. De todas maneras me da la sensación de que el disco está pasando bastante desapercibido, una pena.
Gracias y un saludo.