Especiales Críticas Discos

Llevamos luto , en forma de camisa de topos negros por Lou Reed, sin embargo no soy capaz de escucharle para pasar el duelo, me voy al Five Leaves Left porque es todopoderoso, celestial, gospel inglés atemporal, como la llamada desde el cielo de un ángel protector que ha visto su vida pasar sin importarle y que se ha marchado pronto con toda la sabiduría que da una observación concentrada e intensa.
Hoy me ha llegado por fin la edición en vinilo 180 grm., lo han hecho a la inversa con Nick Drake, comenzaron por Pink Moon, su tercer obra maestra y han acabado con el primer disco del cantante de la campiña, no sin antes editar unas cajas carísimas con el producto lleno de recortables entrañables pero totalmente prescindibles en tiempos de crisis económica.
Pero había que agenciarse los álbumes sencillos,  tal y como fueron editados , con su apertura y esas fotos paradigmáticas del tímido bardo. Y ahí están los tres resplandencientes, orgullosos, mirándome desde su punto de apoyo.
Al pincharlo me ha recorrido ese escalofrío punzante que me faltó ayer sentir por la muerte de Mr Reed, el cual no me pega que fuera muy fan de Nick o quizás sí , quién sabe, pero es que Drake desde que abre la boca e incluso antes,  nos cuenta el misterio de la existencia y lo chungo que es morirse sobre todo para los que no se mueren, el vacio que se deja, la muerte es una caida libre de más de ocho mil metros.
De sus tres obras maestras , cuatro si contamos el maravilloso Time of No Reply, me quedó con Five Leaves Left, simplemente porque es el que me da más esperanza a pesar de su pronunciado halo de tristeza y también porque no se distrae en bellos instrumentales como el segundo o acaricia descaradamente el momento final de tirarlo todo por la borda como la Luna Rosa.
Five Leaves Left siempre me ha parecido perfecto, como Blood on the Tracks, ese tipo de disco que te cuenta la pelicula completa con todos los detalles y demasiado prodigiososo porque como Grace de Jeff Bucklet es un disco debut y no pueden ser ambos trabajos más maduros e insuperables.
El verde de la portada es como el de los tapetes de los billares o los campos del countryside en primavera, la foto principal velazqueña con los dos ventanucos, siempre ves algo nuevo tras ellos pese a su austeridad como en los planos de Victor Erice. El chico es el colmo de la elegancia y la sensibilidad y además es apuesto y esbelto como si fuera un estudiante, que lo era, con gusto, de buena cuna, que lo era también, eligiendo elementos del vestir del rock and roll sutiles y hermosos, como un Jagger controlado por los efluvios del Dylan de The Freewheelin´, el eterno masculino del songwriter, la rebeldía más culta.
La contraportada es memorable: esa foto de la sesión callejera de turba y ladrillo rojo te lo cuenta todo sin haber escuchado nada. Así se ven las cosas bajo los antidepresivos o ansiolíticos: al resto en movimiento y tú a ti mismo enfocado en la nada, lo cual tiene su punto y es , en ocasiones, necesario. Me hipnotizan esas fotos y admiten el calificativo de míticas.
Ese oficinista con gabardina negra que corre para pillar a tiempo el double-decker y el hipster con botines y americana de terciopelo berenjena aunque se vea todo en blanco y negro.
El cuarto oscuro interior del encarte gatefold es el adecuado con una foto de Nick ensimismado en su vacio existencial sobre una tosca mesa de madera, las sombras de sus dedos tan largos como habilidosos para tocar las seis cuerdas y alcanzar las posiciones imposibles que consigan esos acordes rotos ( Hats Off Fernando Navarro) con los que expresar una impotencia de expresión cotidiana tan grande que pesaba como una losa sobre el alma de este gigante dulce.
La reproducción del sobre interior donde va insertado el disco con ese verde pastel trasnochado que recuerda los días en los que eramos inocentes, las marcas de la taza de café cuando se escuchaba un disco con su ritual y el sello Island en rosa, uno de los más bonitos de la Historía con el de Stax.
Todo es precioso en la edición, todo hace justicia por el tamaño a lo que importa, la música única y eterna que contiene.Miro el cd y me parece un enanito.
El año anterior fue Astral Weeks al que se asemeja en todo y en nada, hasta los hermanos gemelos son diferentes y es que aquí hablamos de artistas desnudos que pretenden arreglar la maraña de sus emociones dentro del caos de su imposible auto-edición. Y eso se nota pero hay algo que los hermana, esos bajos altos de madera y ese espíritu confesional.
Las diez canciones o songs que lo componen son de desmayo en modo Dama de las Camelias ya que el romanticismo barroco minimalista que se inventó este paisano ilustre de Tanworth-In-Arden cuya breve vida y huidizo carácter no hizo que se notarán mucho sus pasos, no se puede aguantar en segun las condiciones en las que te encuentres. Es la esencia de la madre tierra inglesa y de un momento de encantamiento natural y personal, de una visión tan nítida como el despeje mental de un buen café con cafeina.
El otro día, un amigo, un gran amigo me dijo que no le importaba la muerte a las alturas de nuestra edad. Él es muy inteligente, doy fe, pero en ese momento no sabía lo que decía.Tendría que escuchar Five Leaves Left que para muchos, la mayoría de los mortales sería una experiencia cercana al suicidio sonoro pero para otros es el gospel que sale de no estar contento con la vida y aun así maravillarse con ella.
La muerte es asquerosa amigo ya que como el árbol frutal sólo tiene el sonido de la pera madura que cae, ploc y todo sigue alrededor funcionando y mientras haya seres queridos por los que luchar merece la pena ver un nuevo amanecer cuando el día ya está hecho y el camino a la tristeza llega tras el sol del sábado a otro momento donde seguro tendrás otra epifanía con la cosa más simple, el ruido de una tostada al salir disparada o que alguien te desee pases un buen día cerrando la puerta de tu casa.
El tiempo le enseñó a Nick que hay que pillar al vuelo los hallazgos raros, esos que curan a uno de la imbecilidad reinante, que aislan de la presión social, refugiarse en la belleza infinita de un arpegio y un susurro como el de Joao Gilberto (seguro que Nick tenía el disco de Joao, seguro, junto a los famosos Conciertos de Branderburgo, el fatídico día del exceso de pastillas), era dueño de la poesía precisa y de los violines que sla adornan y suenan a conciencia.
El Hombre del Río (uno de las canciones más escalofriantes jamás compuestas) me contará si a él le da la gana el porqué el río fluye, es decir el misterio de todo el movimiento y así del tiempo pero lo hará si quiere. A Nick le debió gustar lo que le dijo el barquero pero no le llegó a convencer del todo para seguir mucho tiempo más en este Mundo: hacer 34 canciones de oro y marcharse.
Las cara A y B en Five Leaves Left son muy equilibradas y llenas y eso también me gusta mucho de Five Leaves Left.
Time has told me es una de mis cinco favoritas de Nick porque ese bajo de Danny Thompson no es de este Mundo y porque es del tipo de tonada flow river flow, algo modal y es tan dulce su voz como un rastro de vaho humano en el cristal de un coche en día de helada, como un beso fresco bajo la luz nítida de la mañana siendo consciente de recibirlo y contestarlo, es lo más parecido al silencio o al rumor del mar desde lo alto del acantilado, ya nadie te dirá jamás «baja la música del aparato». Y Richard Thompson caracolea country , casi sin molestar, adornando todo el discurso mientras Paul Harris toca el piano como si fuera el día de Nochebuena con todos juntos en casa para cenar.
Y la bella poesia a lo Shakespeare se desparrama por todos sus ángulos en ese efecto péndulo infinito ala Sad Eyed Lady of the Lowlands ( Bob tuvo una influencia crucial en Nick Drake , siempre digo que nace su estilo del Tomorrow is such a long time , que por cierto la grabó con aire bluesy) y uno no quiere que acabe nunca porque desea que el tiempo le cuente todo pero nunca hay tiempo suficiente para nada y eso es lo que hace cada escucha inolvidable.
Quizás sea la canción más bella desde Reason to Believe de Tin Hardin, composiciones que sólo las pueden acuñar seres ausentes, abstraidos, nacidos para sufrir y dar placer al resto de los mortales,  no de una manera pasajera sino para la eternidad. Sacrificios justificados.
River Man tiene la figura acústica más sencilla que uno puede imaginar pero más complicada para cantar pero, sin embargo, como la cola de un pavo real comienza a desplegar su tragedia con el sublime arreglo de Harry Robinson, el barquero cuenta si quiere contar y te deja reflexionando y con el corazón encojido ante el misterio de que habrá en la otra orilla. Apasionante, pieza de museo total River Man a la altura de los grnades maestros de la pintura clásica y quedan ocho.
Three Hours tiene un trabajo de guitarra como para estudiar todo un grado superior en el instrumento y sus tonalidades y afinaciones y ese mantra raga tan del maestro Bert Jansch de la gran escuela de folk inglesa que es como mirar las estrellas el día de San Lorenzo, una apoteósis para los sentidos. Sus cambios vertiginosos, sus recovecos y estancias nunca las conocerás en plenitud. por mucho que te empeñes, el misterio otra vez, como sólo lo ha sabido interpretar Roy Harper.
Way to Blue, el arreglo de cuerda más excelso aplicado a dos minutos y medio de cielo con nubes negras (lo siento, casi tan excelente como el de Eleanor Rigby aunque muy influido por él) con su amigo Robert Kirby a la batuta. Bach on the rocks. Y el camino claro por el que había decidido tirar el inglés, directo al desastre, a la incomunicación , a dejarse crecer la uñas y no quitarse los botines en semanas, el olor a carne joven podrida, lo peor, la sórdida y compasiva depresión.
Y de forma barroca se cierra la cara A, su mejor cara de sus tres L.P. con un Day is Done que es magistral melodicamente y , otra vez , tennemos a Kirby que le entiende e interpreta , ambos como un todo, sin fronteras porque es, en definitiva, su amigo. La canción mejor escrita sobre esa cuenta de pérdidas y ganancias , siempre diferente que nos queda por cuadrar cuando acaba el día.
La cara B , que ahora que la escucho, es igual de increible, rectifico, no hay una décima de segundo de desplome.
Comienza con la subyugante Cello Song con su fingerpicking tan gracioso, de gracia divina no de risa y ese cello de Clare Lowther y unas congas que se marchan en la distancia y que la emparentan con el feeling de Beggars Banquet de los Stones, la época siempre flotando en las grabaciones, como en las cosechas de vino los sabores.Todo en 1968 suena a patchuli , a foulard y a La India.
La ternura se llama en Five Leaves Left , The Thoughts of Mary Jane, con la que te deja neque con esa dulcísima flauta de la que tanto han aprendido Belle & Sebastian pero nada es comparable, Nick Drake en un Museo estaría siempre reservado para las salas principales, los escoceses dan como mucho para una comunal de hijos musicales del maestro.
El sentimiento de enamoramiento adolescente, de observación y respeto es algo que siempre calma los males, las ansiedades, un refugio contra la tormeta.
Alucino forever con esta toma seleccionada ya que las otras que existen no son como este primer polvo. Maravillosa, dulce, tan hermosa es su Mary Jane…
Man in a Shed se basa en un capricho de seis cuerdas inexplicable al que le sigue un piano cortejándole de una manera jazzy, etérea, religiosa (cómo le gustaba John Wesley Harding, también)
Hipnótica, es la gran tapada de Five Leaves Left. Si no os habiais quedado con ella, cosa que me extraña, dadle un repaso. Qué forma de cantar…¿Es la brisa de un día de julio la que canta? Puede que lo sea y la añoro y peno por su espera.
Una de las columnas jónicas de un disco que es como el Partenón es Fruit Tree: la fabula de la fama, que se quiere, que se desea pero que no sirve para nada, no suena, sin embargo, muchos dicen que la falta de reconocimiento le llevo a Nick a su fatal desenlace. Contradicciones que tiene la mente y visiones que este chaval tenía ya asimiladas desde su soledad presentadas como si fuera un viejo de ochenta años, la voz de la experiencia imposible, ya que digan lo que digan vendió cuatro discos y eso es la mayor injusticia y el mayor daño que se puede hacer al talento. El hombre de la contraportada corría a pillar en hora el double-decker como un loco pero ese chico estaba enfocando verdades para siempre lo que le volvió  loco de tanto pensar, de tanto enfocar. …asimiló la tragedia.
Y una obra maestra semejante (de mis diez discos favoritos de mi colección british rock) tenía que acabar con gospel y sí, lo puedo asegurar Saturday Sun es mi canción top de su cancionero corto pero ancho, recogido pero oceánico, esa que quiero que suene el día de mi lo que sea, de mi final para que todo el mundo recuerde que no hay cosa más bonita que el sol del sábado, bajando al Mercado a comprar setas, echando unas monedas al señor de la puerta y escuchar el griterio de las gitanas que venden ajos, oler las calles a recien limpias y llevarte para tu casa unas almejas para hacer un arroz. Es decir que la muerte no es el final para los demás y se debe celebrar el seguir y aprender de lo que ha quedado del que se va.
Porque Nick llevaba la fama pero otros cardaron la lana: él sólo hizo obras maestras porque no sabía hacer otra cosa y su música no era ( salvo sus dos últimos temas) depresiva sino todo lo contrario ( como ahora sucede con Eels que me levanta las nubes de un día gris)
A él es cierto que no le gustaba todo lo que veía como a todos nos pasa pero sus hallazgos raros de magía los metió todos en un bote para que nosotros, los que tenemos la suerte de venerarle, ante las desgracias sepamos salir adelante y vivir en armonia con la belleza infinita se manifieste en formas materiales o espirituales, en paisajes favoritos o en personas concretas. A mi Five Leaves Left es lo que me produce, ganas de continuar viviendo para disfrutar de milagros como Five Leaves Left y como otros muchos más que todos conocemos. Además. esta sinfonía sobre la reflexión y la inocencia me baja la tensión, un remedio natural que siempre es preferible a acudir a la pastilla.

Nick Drake – «Five Leaves Left” (1969) 
10/10
01- Time Has Told Me/ 02- River Man/03- Three Hours/ 04-Way To Blue / 05-Day Is Done / 06- Cello Song/ 07-The Thoughts of Mary Jane / 08- Man In a Shed/ 09-Fruit Tree/ 10-Saturday Sun .


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