Conciertos

Lo prometido es deuda, uno de mis objetivos en la presente campaña era ver a Los Radiadores en directo, Manual de supervivencia me puso la mosca detrás de la oreja,  ojo porque es un buen disco nada valorado, pero la idea se asentó cuando Gasolina, santos y calaveras (entrar aqui) empezó formar parte de mis escuchas diarias, como un eslabón perdido entre los Clash y Joy Divison, entre Parálisis Permanente y Los Enemigos, pero ante todo es su nombre el que viene a la cabeza al primer compás de cada canción, y eso tiene un valor añadido, al menos para mí, pués principalmente admiro la personalidad que destilan, y que además refleja los tiempos que corren. Rock de su tiempo con sus fealdades y con sus posibilidades, con sus pataleos y sus verdades molestas, con determinación, características que no abundan demasiado entre los grandes acabados de las nuevas producciones y los barnices brillantes de corte clásico que también son bienvenidos, pues a nadie amarga un dulce, pero no a cualquier precio.

La noche empezó con retraso, licencia admisible sólo si se trata del sábado. Abrió la noche Punka!, un grupo anclado en el ’77, tres acordes y rock’n’roll, toques de garage y un algo de los Cramps, canciones intensas y breves, buen sonido, pensé al instante en el valor que tendría esta banda si dejara el inglés y abrazara su lengua vernacular, porque lo que hacen lo hacen bien pero el ataque sería más directo y contundente a través de sus versos, marcaría la diferencia, estoy seguro, aunque sólo es una impresión muy personal y puede ser equivocada, nunca les había escuchado y quizás no tengo la perspectiva suficiente, en definitiva me gustaron.
Los Radiadores entraron en escena bajo el auspicio del aullido del lobo y atacaron su repertorio con la espina dorsal de su último disco y algunas jugosas versiones. Abrieron fuego con La voz de los presentes, recuperaron Bienvenidos de su primer disco, y definitivamente entraron en calor y eclosionaron en On y Off y Sin dejar de sonreir, la guitarra del Joven empezó a cortar el aire, y Perrín se sumergía entre sus líneas de auténtica unkonwn pleasure dando cuerpo post-rock al invento, A Cabezazos pongo por testigo, fantástica al natural. Es innegable que Tiempos de destrucción es su hit, una canción con gancho, además Raúl Tamarit tiene presencia escénica para defender tal subversivo alegato, es un frontman nato y lo consigue sin estridencias, con su voz sin domesticar y sus cortantes rascados clashianos, hasta se atrevió a agitar su guitarra con un arco a la John Cale. A todos lo presentes nos recorrió de gusto el espinazo la fantástica versión que se marcaron de los Stooges Quiero ser tu perro, incluso tuvimos un fan alcanzando el éxtasis con sus compulsivos movimientos marca CGBG.
También sirvió el directo para prestar más atención a su anterior Manual de supervivencia, del que rescataron su canción titular y una fenomenal No me achantaré, precedida por Policía detrás la versión de los Equals vía The Clash, de auténtico delirio fue también la versión de Chinise Rocks, la canción de Richard Hell y Dee Dee Ramone, que no deja lugar a dudas de donde habitan sus Santos. No faltó el correspondiente bis, recuperaron Nancy del grupo Zoquillos, olvidado grupo madrileño de los 80, una canción que encasta perfecta en su ideario. En El Hospital se explayaron a gusto, me quité el sombrero y el respetable le hizo una ola al Joven con su catártico solo, me gustó mucho el guiño final a Ziggy Stardust por parte de Raúl. Cerró el concierto uno de los retos de la noche, llevar Círculos concéntricos al directo no era tarea fácil, y más prescindiendo del teclado que en la grabación da su punto orquestal, tras una salida en falso despejaron la incógnita a tonada más directa y cruda.
Fue un gran concierto con muy buen sonido, por una parte por la sonorización maestra y clara, algo que a estos niveles no suele ser habitual en la capital del Turia, y por otra parte es encomiable en un grupo de estas características el fino equilibrio y el empaque, sobretodo porque las dos guitarras se  entrelazaron sin perder fuerza y sin esconder la voz y la letra, parte importante en canciones de este calado insurgente, mención especial al seguro de vida que supone tener detrás a Metralla Vila y unas líneas de bajo no menos protagonistas y esenciales, partes de un todo que les confiere una voz propia, puede que estemos ante un sonido «radiadores».

La guinda del pastel la puso el ilustre exiliado madrileño Dj Savoy Truffle (en ilustre custodia valenciana), en una sesión antológica, moldeó su sesión proporcionando un epílogo cargado de clásicos del rock’n’roll, r&b, punk y garage, superó con creces el repertorio elegido la última vez en la Konvencion Kinks a base de canciones menos obvias y no menos grandes, bailamos y reimos en la noche que, al fin, Los Radiadores tomaron Valencia i encendieron la mecha de la gran traca final que se acerca a finales de mayo.

Setlist Los Radiadores

La voz de los presentes
Bienvenido
On y Off
Sin dejar de sonreir
Manual de supervivencia
Hasta el final
A cabezazos
Tiempos de destrucción
Quiero ser tu perro
Gasolina, santos y calaveras
Un viejo robot
Policía detrás
No me achantaré
Un nuevo imperio
Chinise Rocks

Nancy
El hospital
Círculos concéntricos


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