Críticas Discos Especiales

La canción más grande que ha parido el rock’n ‘roll y la humanidad. 50 años cumple Like A Rolling Stone, y continua igual de joven. Aunque no podría hablaros con conocimiento de causa del contexto que la vio salir a la luz, tampoco estuve delante el día que Al Kooper rogó por favor estar en la canción aunque fuera con unos acordes de órgano, el sonido al que Dylan otorgó ser el carácter de la canción, acompañada por esa cadencia que camina a tumbos apuntalada por el arrastre vocal de los versos y la harmónica, de manera tan inmensa y única.
No tengo la experiencia como para recordarla irrumpiendo en las ondas cargándose el formato radio-fórmula con su extensión, y que a pesar de todo fascinó al mundo. Ni tengo constancia contrastada como para poner la mano en el fuego afirmando que realmente la canción habla de la actriz protegida de Warhol, Eddie Sedgwick, y del entorno cool y elitista que la rodeaba. Ni siquiera importa que su título saliera de un verso de «Lost Highway», la mítica canción de Hank Williams.
Sólo podría deciros que amo esta canción desde la primera vez que la escuché en un recopilatorio no oficial de un sello italiano de tercera que compré del típico expositor giratorio en la tienda de electrodomésticos de mi barrio cuando era muy joven, uno de los primeros cds que compré y aún conservo, y «Like A Rolling Stone» que desde entonces nunca me ha defraudado, sigue manteniendo su encanto, un atractivo eterno, impertérrito, inmensa, sexy, putoàmica, la prueba que me ha acompañado toda la vida y argumento para todo aquel que me viniera a contar que el rock’n’roll era cosa de la edad.

El «How does it feel? !!» que nos pide ponernos en la piel de una mujer sin lugar a donde ir, castigada por la vida y sin rumbo, y que realmente somos nosotros, versos que caen con todo el peso contra la soberbia de la humanidad, concentrada ésta en una canción, intensos, un punto fijo en el universo que señala hacia todas direcciones, hacia el pasado y hacia el futuro, sin dirección concreta, nunca pasa de moda el puto Like A Rolling Stone. Amo esta canción.


Por Chals Roig
Uno de los temas más importantes de la historia de la música y que más ha influído a músicos y artistas es Like a Rolling Stone de Bob Dylan, del cual se cumplen hoy 50 años.

Este tema de 1965 y que empezaba el mítico Highway 61 Revisited lo tiene todo, una letra espléndida que habla de una persona que ha pasado de vivir bien y ser una niña mimada y con dinero a vagar por las calles sin un duro y rodar como un canto rodado, un teclado maravilloso de Al Kooper que acompaña de lujo a la melodía, la harmónica y curiosamente de las que mejor le sienta a la voz carrasposa del de Duluth.

Recuerdo cuando vi a Dylan en el Rock in Río 2008, y tardé un ratito en identificar el tema ya que le daba la vuelta como un calcetín, pero cantarla fue un momento magnífico, sin duda.

Entiendo que es el mejor tema que puedes cantar, o por lo menos sentirte identificado cuando estás desarraigado, fuera de casa, olvidado, o estás por una carretera sin saber a donde ir, o te queda mucho camino, porque esa letra es muy definitoria.


Por Savoy Truffle
Qué se siente al escuchar por primera vez algo que cambiará tu vida? Qué se siente al escuchar la canción que lo cambió todo, el disco que sacudió mentes y almas, al autor probablemente más influyente del folk-rock de la historia? Qué se siente? Qué se siente?

El nacimiento de “Like a Rolling Stone” cuentan que no fue nada fácil. Canción alumbrada a partir de un poema escrito bajo el cansancio de una eterna y agotadora gira. Canción larga, de ritmo plomizo y eléctrico con un parafraseado no escuchado con anterioridad. Canción descartada de entrada pero aceptada después con nuevos arreglos y el órgano demoledor, mítico y celestial de un jovencísimo Al Kooper.

Mi primer acercamiento a Dylan fue con esta canción, tal vez por eso signifique tanto para mí. En aquellos días de mi juventud me parecía algo sensacional y único, me pareció que sonaba moderno y que no había envejecido nada mal. Supongo que en 1965 la gente se quedó con los ojos como platos y el culo prieto. Ese “How does it feel?”…como lo canta, el poso que tiene… esos primeros segundos de órgano, ese órgano que es más rock que el propio rock pero que en su interior contiene puro gospel. Esa sensacional letra, esa forma de recitarla, ese carisma innato del joven de 24 años Robert Zimmerman.

Aquel disco es otra joya insaltable y como no, “Like a Rolling Stone” lo abre de manera mágica y triunfal. La canción tal como la conocemos es un clásico instantáneo pero existen más de una docena de variaciones de aquellas sesiones, las deconstrucciones que el propio Dylan hace de ellas en los conciertos y las innumerables versiones, siendo en mi opinión la de los Rolling Stones la mejor de todas ellas por unir después de muchísimo tiempo “la canción” y “la banda”.
“Like a Rolling Stone” no es folk, no es rock, no tiene nada de ese puto blues como decía Bob, pero es todo eso y algo más, es punk, es gospel, es el futuro, es la poesía, es la vida. Y ahora qué? Cómo te siente? Cómo te sientes?
Por Nikochan
Retóricamente hablando… ¿Qué decir de «Like a rolling stone» -the song… perdón, THE SONG- a estas alturas por mucho aniversario redondo de medio siglo que medie?… ¿No es acaso esta canción -mundial- santo y seña?. ¿No es tampoco la muda sonrisa de la satisfacción, desde la primera nota, por pertenecer a la oficiosa familia de amantes del tinglado este del rocanrol? ¿No es eso y tantas cosas e incontables más?… ¿Quizá no?… Ok, cambiemos tercio…

Alegóricamente siguiendo… Y es que decir que «eso» (esa manera de proceder) empieza con «esto» resulta caer un poco en la trampa de lo absolutista, si vale… Pero, de la misma forma, negar que tanto el empujón eléctrico a lo que más o menos reconocemos como folk (en su acepción popular sixtie) como la visita a la biblioteca -o cuanto menos al kiosko- del ente conocido como rocanrol a fin de ilustrarse un algo, y como nunca hasta entonces se había escuchado, están ahí, resulta un mucho pesaroso (el negarlo, digo)… No hay loas, parabienes o gratitudes suficientes. Sin más… Y sigue, vaya qué sí, sigue y seguirá rodando, porque por si todo ello (y tanto más) fuera poco jamás olvidemos…

Sintéticamente completando… Que está clarinete que más allá de dires, diretes e historietas a miles, estamos ante algo que, en síntesis, es una canción tan de puta madre que echarle la más mínima ponzoña encima es como negarle a jesusito trescientas que no tres veces… Lo fue y lo sigue siendo. Que el folklore y la adoración farandulera tiene su rollo pero sin contenido… Y es ahí, no nos perdamos en laberintos de biografías y textos auto y desautorizados a quintales, donde radica el triunfo final de «Like a rolling stone». Además que y por la parte que me tocas…

Personalmente acabando… Está el siempre recurrente hecho de que para muuuchos, entre los que claramente me cuento, esta canción tiene un innegociable plus de puro cariño al resultar (haber resultados a tantos) una de las puertas de entrada más claras e indiscutibles a las mejores y más añejas formas del arte al que pertenece y que, a su vez, sigue, tan ricamente, atrayendo generación tras generación de nueva savia a esa gran familia que se menciona en el primer párrafo… ¿50 qué dicen?… Esto no tiene edad, joder y tal cual. Aunque, claro, uno no sería uno si, y aún a pesar de todo lo vertido, no se despidiera…

Puñeteramente rematando (que no se pudo evitar ello, claro -tara de fábrica, se siente-)… Porque con todo, qué cosas, resulta que mi disco favorito de Dylan de ese año (o de cualquier otro) ya lo había sacado unos meses antes y con pieza bandera/maestra igualmente de la mano… Sí, escalofrío eterno y gratitud a juego con lo que hoy nos ocupa y se homenajea pero, aprovecho ahora que el mundo entero mira, aplaude y recuerda con nostalgia al inmortal «rodante canto», que -para muchos- de «señor tamborilero» solo hay -y habrá- uno y a todas las demás tracks (o poco menos) las encontré en la calle… ¿Dónde estuvo su cincuenta aniversario específico solo para ella, cabrones/as -y así en general al planeta-?. Dicho he… Bueno, casi: «Hey, Mr. Tambourine man play a song for me, I’m not sleepy and there is no place I’m going to», etc…

Por Guzz

Mira que han intentado veces lanzar veneno al son de guitarras eléctricas, con ruido y desdén desde Dizzy Miss Lizzy a Anarchy In The UK o Seven Nations Army, sin embargo, nunca te han llegado a la suela de tus tacones cubanos.

Contigo la parte más inteligente del cerebro musicada salió a la luz desde ese primer segundo mejor grabado de toda la Historia que anunciaba un tsunami.

Pum, se abren las puertas de Jericó y llega un nuevo vitriolo cargado de amor, quedémonos suspendidos en esa décima de segundo.

Y luego ese reproche continuo de ese amigo mordaz que con su crítica te deja hecho polvo pero tú sabes que él lo hace porque te quiere.

Y esas notas del hammond B3 de un Al Cooper novato que escuecen mientras el piano tintineante de Paul Griffin lanza un soplido que alivia entre honky-tonk y de cámara.

Y la fuerza centripeta del Señor de la Pandereta (Bruce Langhorne) llevándolo todo al centro de la plena libertad que sugiere el eterno arpegio-riff de Mike Broonfield ( «Mike, por favor, no me toques como BB King porque se llame Like a Rolling Stone»)

Es en los tambores de Bobby Gregg, en ese golpe certero de caja inicial donde se inventa el mundo de nuevo.

El bajo majestuoso de Joe Macho Jr. palpita ardiente con una fuerza descomunal, generando la fuerza de la más amplia ola del mas inmenso océano.

Me vuelas la cabeza Señora Like a Rolling Stone porque suenas a disparo que despierta, que da vida, que resucita del letargo de las canciones cómodas, a que ya nada fue ni será lo mismo desde que te grabaron, en definitiva, a que te lo debemos casi todo.

En el compás de los mortales, el 4 x 4, el de la Bamba, el de Twist & Shout, clave de sol, del más generoso de los mayores a menores y tu sublime si menor como insistiendo en contar sin respirar porque todo lo tienes que vomitar.

Clinton Heylin lo contó muy bien: “La confluencia de palabras importantes, una melodía familiar de rock, su tenso ritmo lleno de odio, un milagro protagonizado (sin quererlo) por músicos maestros y el productor más hipster del planeta se fusionaron todos juntos y permanecieron unidos por seis sólidos minutos rompieron las reglas para siempre»

Yo añadaría y un timing vocal como el de la voz de dios.

Curioso observar tu desboque sublime en alguna de tus estrofas, que te hace real, eterna, mágica, incombustible, milagrosa.

No estás sin hogar, ni eres una completa desconocida, ni piensas en ti misma porque te has dejado de pertenecer, eres como una piedra rodante que se va haciendo cada vez más inmensa. Eres la mejor y lo sabes y nunca te toseran…

No hay plataformas en el mundo para compensar la altura de tus sólidos tacones cubanos.

Felicidades hermosa!

Por Joserra

Ni me parece la más sobresaliente canción de la historia del rock ni la considero como la más brillante de la extensa discografía de BOB DYLAN. O mejor sería hablar de mis preferidas, y para eso ya ocupan su inamovible lugar respectivo el “Sympatyhy for the devil” de los Rolling Stones por una parte y el “Hurricane” del Mr.Zimmerman por la otra. Ahora bien, ojo, estamos igualmente hablando de otro “pata negra”, con una calidad excepcional, en otro nivel, en otra dimensión, de una canción galáctica con una importancia histórica mayor e incluso más determinante en el devenir evolutivo. En definitiva es como si en cuestión de un sustancioso disfrute alimenticio hablásemos por analogía del jamón procedente del cochino ibérico, ese que es criado en libertad, el que busca la sombra de encinas o robles para papear sus bellotas.

Cuando mis “kompis-kamaradas exiliados” me dijeron que deberíamos rendir un oportuno homenaje al medio siglo del dylaniano “Like a rolling stone” me pareció una idea interesante puesto que si hay una canción que se merece esto y mucho más es la que nos ocupa. Además prefiero celebrar la efemérides de una canción, álbum u obra que el aniversario del artista en cuestión. Mola que las estrellas del rock cumplan años pero para solemnizar un acto como el cumpleaños me inclino a dejar de lado mitomanías y distinguir casi exclusivamente el de familiares o amigos.

El legado es el legado, y con Dylan hablamos de palabras mayores, ayer, hoy y mañana, porque “Like a rolling stone” es pasado, presente y futuro. Sí, si, porque le pese a quien le pese Bob Dylan está en casi todos los lados, levantas una piedra y zas, ahí puede estar Dylan, te giras y también, como cuando escuchas música de calidad a fulanito o a menganito. La intensa carga emocional de la melodía o el vistoso teclado de Al Kooper son algunas de las características que dotan a esta copla de atemporalidad y de eterna juventud. Sin duda la gran perla del “Highway 61 revisited”, un álbum tan fundamental como trascendental.

Se podrían decir tantas cosas, tantas opiniones o visiones del “Like a rolling stone” que, sin llegar a “En busca del tiempo perdido”, la obra del francés Marcel Proust que aseveran como la más extensa de la historia, siempre habría algún nuevo y sorprendente detalle a tener en cuenta. Por encima de todo me congratula mucho interpretar su letra como una crítica incisiva y algo mordaz a una chica pija (también se podría aplicar a un chico, claro), esa que se creía el ombligo del mundo, esa que todo le daba risa, esa a la que la gente le doraba la píldora, esa que seguro que conocemos actualmente, esa cuyos días de gloria también tienen fin.
Este tributo a la imperecedera canción de Bob Dylan cuyo aniversario fue el pasado 16 de junio me ha servido para rememorar su hallazgo o revelación, porque a veces una versión cutrecilla es capaz de abrir todo un mundo. Mediados de los 80’s y la adaptación semi-reggae de unos desconocidos Lost Gringos fue el origen aunque, a decir verdad, el detonante real fue descubrir sendas versiones sixties de The Creation y, muy especialmente, de mis siempre apreciados The Remains. Además de las tres citadas vamos a distinguir 47 más que completen la magnitud y envergadura de la original. En total 50 versiones (ninguna de ellas le hace sombra a la de Dylan) de todos los colores en 50 años, todas ellas están más o menos ordenadas cronológicamente: The 4 Seasons, The Gene Norman Group, Dino, Desi & Billy, Billy Strange, The Turtles, The Lee Kings, The Young Rascals, Cher, Sebastian Cabot, Rotary Connection, Calliope, Flatt & Scruggs, Gianni Pettenatti, Maxine Weldon, Jimi Hendrix, The Undisputed Truth, Spirit, Johnny Winter, Taxi Girl, Johnny Thunders, Gang War, Judy Collins, Mick Ronson, The Rolling Stones, John Cougar Mellencamp, The Wailing Souls, Nancy Sinatra, Michael Bolton, Hugues Aufray, Mamá, M-Clan, Patricia O’Callaghan, Robyn Hitchcock, The String Quartet, The Kentucky Headhunters, Drive By Truckers, Anberlin, Mountain, Susheela Raman, Bachaman & Cummings, The Charlie Daniels Band, Green Day, Dan Baird & Homemade Sin, Janet Planet, Pascal Comelade, Peter Viskinde Band, y Seal & Jeff Beck.
Las cosas son como son. Debería ser obligatorio en las escuelas que las nuevas generaciones conociesen canciones populares como por ejemplo el “Like a rolling stone” o, en su defecto, que fuese habitual en cualquier hogar. Tararear su letra siempre produce bienestar emocional. Erase una vez…

Por Juanjo Mestre


2 respuestas

  1. Por su música inmaculada, por su letra siempre válida, por haber quitado el roll al rock and roll a pesar de su título, por las resonancias de éste y porque me acompaña desde los diecisiete años: la mejor canción de la historia.

    Abrazos, ilustres exiliados.

  2. Like a Rolling STone cumple 50, Paul McCartney 73 … las edades ya no son lo que eran sino lo que aparentan ser y estos, cancion y persona, estan frescos como una lechuga. Que cumplan muchos muchisimos mas …

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