Críticas Discos Especiales

No es descabellado decir que «Station To Station» es el eslabón perdido entre el soul elegante y el sudoroso funky de «Young Americans» y el introvertido viaje plástico y metafísico de «Low» y el resto del periplo Berlinés. (Addison de Witt, en Station to Station para Rock &More)

Una vez muerto y enterrado Ziggy Stardust, y después de un periodo de titubeos en el que sin duda Bowie estaba plantando la semilla de un nuevo sonido, periodo que abarcaría desde aquel mítico pero irrelevante «Pin Ups» hasta mi amado «Young Americans», llega en 1973 el disco que hoy queremos rescatar en el Exilo, un disco fenomenal que curiosamente nunca ocupa los primeros puestos entre los seguidores de Bowie pero que siempre en conversaciones acaba aflorando como lo que es, un gran disco, porque «Station to Station» es más que el nacimiento de «El Gran Duque Blanco», otro alter ego descomunal del Camaleón, otra piel más, otra reinvención. Es mucho más que todo eso, y es diferente, y no sé si mejor pero sí de una calidad pasmosa. Fue su décimo disco de estudio y en las pocas canciones que lo componen podemos observar como va del soul y el funk saboreado en «Young Americans» a sonidos más «berlineses», con algún que otro sintetizador de más pues Bowie siempre ha estado en la vanguardia sonora y camino del krautock con el que seguramente se obsesionó y dio lugar a la ya tripleta bautizada como «época berlinesa». Después de la mega gira acabó Exiliado voluntariamente en Suiza, luego a Berlín donde vivió una temporada con la Iguana Iggy, relación que dio lugar a los dos mejores discos, los dos primeros de Iggy, como no junto a Bowie, hablo de «The Idiot» y «Lust for life», y además gracias a la Iguana acabó conociendo y trabajando con Brian Eno, un auténtico genio en la producción, pero esa ya es otra historia, historia que acabó en forma de «Low» y «Heroes», dos POMS absolutas. Como digo esa es otra historia y no la que hoy nos ocupa pues quería hablar de «Station to Station», el disco bisagra entre Ziggy y Berlín. Una genialidad que estando en medio de todo quedó algo eclipsada, en la sombra. Para nada menor. Vamos pues con este discón de Bowie.
La idea de «The thin white Duke» venía de su aparición en el film «El hombre que vino de las estrellas», film de culto de ciencia-ficción británica dirigido por Nicolas Roeg. Para el disco no contó con Visconti que había vuelto a su entorno pero sí que siguió contando con los músicos Carlos Alomar, George Murray y Dennis Davi quienes ya había colaborado con Bowie en «Young Americans» y en cuanto a la producción, a pesar de que oficialmente consta Harry Maslin es sabido y conocido que Bowie fue el productor de casi todo lo escuchado creando una rutina de trabajo junto a los músicos nombrados que llegó si no me falla la memoria hasta el mítico «Scary Monsters». En cuanto a las canciones, estamos ante algo muy grande. Aunque pocas, solamente seis, estamos ante uno de los grandes trabajos del Camaleón. Hasta la llegada de «Black Star», «Station to Station», la canción, tenía el récord de duración de una canción de Bowie. Y hablamos de un temón increíble, misterioso e hipnótico. Con una melodía inicial rockera adornada con sintetizadores y una voz y un ritmo que apuntaba directamente a «las cabezas parlantes» de Byrne sobretodo de la mitad hacia adelante pues hablamos de una canción río que tenía esa especie de rock progresivo en su ADN. Una canción difícil de catalogar en la que una vez te has metido no te abandonará jamás. «Golden Years» es un tesoro, una joya mágica. Un funky souleado que en la voz de Bowie tomas tintes épicos y bellos, con ese ritmo sexi y endiablado…. «Golden years, gold whop whop whop.. Golden years, gold whop whop whop.. . Run for the shadows, run for the shadows, run for the shadows… «. «Word on a wing» es la tercera canción y la encargada de cerrar la cara A, con un piano precioso y la voz de Bowie haciéndonos tocar el cielo. Precioso tema que invito a cualquier ser humano a redescubrir, otra vez cuando entona el estribillo recuerda a las bellas baladas de David Byrne. Para abrir la cara B Bowie se guardaba un as en la manga, «TVC15» es otro hit imbatible del Camaleón, otra de mis favoritas, puro Bowie, pura carne de frecuencia modulada… «Transmission, Transition,Transmission.. Oh my T V C one five, Oh OH, TVC 1-5 !!!. Percusión africanada y riffs de guitarra punzantes y funkis fruto de ir hasta las cejas de coca en su grabación como cuenta la leyenda para abrir «Stay» que curiosamente marcaría un estilo que muchas bandas explotarían durante los siguientes años. Y para cerrar una de esas canciones que nos dejan el corazón como un guiñapo, un increíble tema al alcance de muy pocos. «Wild is the wind» es otra POM de Bowie. El único delos seis temas que no están escritos por Bowie y que se inspira en esa dama de la canción que es Nina Simone. Nada más que decir, no hay canción para cerrar un disco: Like the leaf clings to the tree. Oh, my darling, cling to me. For we’re like creatures in the wind, and wild is the wind… Wild is the wind…. .
David Bowie – «Station to Station» (1976)
9,8/10
01.- Station to Station/ 02.- Golden Years/ 03.- Word on a Wing/ 04.- TVC15/ 05.- Stay/ 06.- Wild is the Wind


2 respuestas

  1. Uno de mis discos favoritos tras la desaparición de Ziggy, ese puente entre dos lienas casi enfrentadas.
    Me ha encantado la reseña, se la nota el cariño y amor a los surcos de este álbum y por supuesto honrado y orgulloso por la mención.
    Un abrazo.

  2. El disco mas moderno de todos los tiempos. Adelantado, para la época, como casi ningun disco hecho antes. No le falta ni un detalle….Perfecto? Tiene hasta a Roy Bittan a los teclados, que por cierto tocó mejor que nunca….En fin me callo que me caliento….UNA OBRA MAESTRA EN MAYUSCULAS
    Wild is the Wind… no la podré escuchar hasta el mes que viene. Mi corazon tiene limites. Abrazo e increible post.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar