Apunto que soy fan de Suede pero no paso por caja siempre, con el anterior por ejemplo no solté ni un duro, un disco resultón que como puesta a punto me sirvió y lo escuché, pero el disco en sí no tiene una marcada entidad y es un poco tonto en su trasfondo. Mi conclusión respecto a Night Thoughts tras su escucha compulsiva durante semanas en parte es similar en cuanto que es un disco para sus fans, para los que adoramos a Suede y disfrutamos con sus virtudes y defectos, el fraséo melodramático de la voz de Brett Anderson, los estribillos fáciles de tan solo una palabra y los aullidos de pastelito, esos coros casi infantiles, unos riffs de guitarra robados del glam acompañados de ritmos refinados del post-rock de los ochenta, y arpegios que distorsionados y con su efecto correspondiente disimulan su esencia Smith la mar de bien, añadamos una reverb de catedral y un sinte atmosférico estilo Roxy Music acolchando los espacios cuando se requiere, orquestaciones ampulosas, pretenciosas y cinemáticas que Scott Walker pagaría por tener a su disposición si es que un día decidiera querer ser escuchado de nuevo por la ingente masa y lejos de la experimentación.
Como los buenos discos de Suede, Night Thoughts es irregular y eso es algo que siempre me ha resultado muy atractivo, no hay una tónica pero si una entidad general que los recorre. Canciones más vistosas como Outsiders, No Tomorrow y Like Kids se sitúan a la cabeza en las primeras escuchas, el tono de DMS con el pop de Comin’ Up en su justa medida, canciones con más pegada pero que detrás esconden otras que sólo los fans de base apreciarán con la reiterada escucha ya lejos de las primeras impresiones a bocajarro, piezas sonoras trabajadas con un motivo central que te acaba atrapando, la intranquilidad que transmite Pale Snow me lleva a los momentos más introspectivos de sus primeros pasos en Nude, When You Are Young, situada al principio y al final a modo de motivo principal me eriza la piel, Thightrope es puro azúcar, y I Can’t Give Her What She Wants y The Fur and The Feathers son epopeyas sonoras dignas de sus años de esplendor.
Suede son habas contadas, y cuando se amarran al neo-romanticismo glammer de Nude, al dramatismo de odisea londinense de Dog Man Star y al pop pegajoso de Coming Up, salen ganando, es su territorio, no hay más, gustarte Suede es que te gusten estas señas de identidad, cosa que Brett Anderson y compañía parece que entendieron a la perfección después de la gira de reunión de hace unos años, se trata de explotar los elementos sonoros que los definen como grupo y los diferencian de los demás, y en estas coordenadas y a estas alturas todavía siguen siendo únicos, no hay otros que se les acerquen o que destilen sus referencias musicales como ellos lo hacen, no hablo de calidad, algo que según quien escuche podrá cuestionar, hablo de personalidad, algo que debería tener su peso.
Evidentemente ya no son unos jóvenes arrogantes destilando sex-appeal andrógino y actitud, pero su vigor juvenil lo han sabido sustituir muy bien y con mucho oficio al servicio de una trama bien tejida y que profundiza en aspectos como la vida frente a la muerte, la juventud frente a la conciencia de la madurez, la sensación de desarraigo y su relación con el devenir al que nos empujan ciertas convenciones sociales, y desde un punto de vista más personal, sentimientos de nostalgia y estima, angustia y aislamiento, luz y oscuridad, huyendo de los estereotipos más manidos sobre amor y desamor, trama donde Anderson suelta todos sus miedos y neuras interiores hasta puntos insospechados y que al final confiere el carácter al disco y da credibilidad al artefacto situándolo con diferencia por encima de su precedente discográfico.
La obra viene completada por unos vídeos musicales cuidados y en sintonía con el hilo de las canciones, parece ser que es tendencia, con el consiguiente baile de formatos con dvd o sólo con cd, y el ya de moda vinilo. Por lo que a mí respecta no me hacía falta que me descubrieran el oro a estas alturas, a mí me hacía falta que me hechizaran de nuevo y lo han conseguido, ahora puede decirse que dominan como nunca el arte de ser Suede con su mejor disco en veinte años, y eso para mí es un regalo.
Por Chals Roig
Escrito y pensado originalmente en valenciano para
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Me encuentro ante uno de esos casos de un grupo que aunque conozco nunca me he acercado a uno de sus discos, veo que este puede merecer la pena, habrá que intentarlo.
Un abrazo.