Escuchando por primera vez el nuevo disco de la banda de Colin Meloy, The Decemberists, uno no puede negar quedar algo confundido e incluso decepcionado. Después de unas cuantas escuchas y unos días de maduración llego a la conclusión de que el mayor problema de «I’ll be your girl» no es otro que ser precisamente un disco de la banda de Portland, Oregón. Me explico. Si este disco lo presenta la moderna y nueva banda londinense o de la gran manzana nadie discutiría la calidad de las canciones, su poder, su energía y sí, también su magia. Todo el mundo aplaudiría y colocaría a esta nueva colección de canciones entre lo más interesante del año. Pero no, este disco sí es obra de Colin Meloy y los suyos, quienes venían de firmar sus dos mejores discos hasta la fecha si obviamos aquel «The Crane Wife» del año 2006 que es un favorito personal. Sí, «The King is Dead» (2011) es en mi opinión su mejor disco, su mayor logro, su mejor colección de canciones con una diferencia abismal frente al resto. Luego vino una lógica continuación y un algo más, diferente pero igual. Vino el maravilloso «What a terrible world, what a beautiful world» en 2015 y The Decemberists dejaron claro que estaban en un momento sensacional, en un estado creativo excelente, por eso tal vez extrañaba que tardasen tanto tiempo en sacar a la luz nuevo material, así pues la noticia de «I’ll be your girl» nos dejó a todos entusiasmados aunque el adelanto y la producción, en manos de John Cogleton, nos dejase con el corazón en un puño. No lo niego, yo soy de los que se asustó, se puso las manos en la cabeza y se arrancó los pocos pelos que quedaban en ella al escuchar la primera vez el single de adelanto, single que ahora me encanta y me parece sensacional. Meloy y los suyos cambiaban de ropaje. Abandonaban lo rústico, lo acústico, lo agustito por la épica de lo sintetizadores ochenteros pero las buenas canciones siguen ahí, las fantásticas composiciones de Colin Meloy prevalecen a cualquier vestido y a cualquier arreglo, y su voz sigue estremeciendo porque canta maravillosamente, de eso no hay duda. Ese nuevo sonido, esos nuevos arreglos están muy presentes en el primer tercio del disco pero luego, conforme avanzamos, esas vestimentas van desapareciendo y nos volvemos a encontrar a la banda medio desnuda, puede que más beat y popera que nunca. Sólo hace falta dar más de un par de escuchas a las nuevas canciones para caer rendidas a ellas, y otra vez The Decemberists salen victoriosos. Seguramente no con su mejor disco pero sí con un disco sobresaliente, sorprendente y lleno de buenos y mágicos momentos. Ya sé que ahora dirán que no con la cabeza, que se preguntarán que se ha bebido su extraterrestre favorito, pero si no lo digo reviento, me da igual que casi todos piensen lo contrario. «I’ll be your girl» es un gran disco, un disco cojonudo, ahora no se dan cuentan pero dentro de unos años ya me darán la razón. Quedan perdonados.
La voz de Meloy se apodera de nosotros al inicio de «Once in my life» que abre el disco. La acústica Townshiana, la sencillez y la prodigiosa voz son mágicas. Una vez superamos el primer minuto entran en escena esa nueva vestimenta a base de sintetizadores, esa percusión enlatada, esa esencia ochentera, muy épica, muy Simple Mind, y ese final tan The Breakfast Club (El Club de los Cinco). No lo niego, ni me oculto. El tema me parece un sensacional inicio para el disco. «Cutting Songs» sigue la misma estructura. Inicio a lo trobador, a lo Notthingam Forest, para luego abrirse sin complejos al pop atmósferico de OMD. Sí, así es. Sorprendente pero más sorprendente es que me encante. El tercer corte es para el single del disco, ese que me dejó helado pero que ahora adoro. «Severed» es sensacional. Cuesta porque se desmarca muy mucho de aquello que han estado grabando el último lustro pero el resultado es adictivo. «Starwatcher» vuelve a ahondar en el sonido de los ochenta, si en el tema inicial se acercaban a una de las bandas de referencia en la época en este tema se acercan a sus rivales, a U2, al ritmo militar de su «Sunday Bloody Sunday». El resultado es satisfactorio aunque le falte algo de chispa. «Tripping along» marca un cambio, un regreso a sus raíces, a lo que saben hacer a la perfección y con ella los nuevo ropajes más tecnológicos van desapareciendo. Aquí parece que les ha quedado un tema menor a lo REM, un tema muy de la época de «Picaresque». Es un tema bonito pero sin historia. «Your Ghost» retoma los nuevos teclados pero lo hace de manera alegre y desenfadada, con algo de ácido… y «Evrything is Awful» es sin duda una pequeña joya en la que Meloy va sobrado. El country-rock llega con «Sucker’s Prayer», una favoritísima por su exquisito clasicismo con ecos a The Band y toda su herencia. Maravillosa. «We all die young» es simpática pero no me llega, le falla algo, ese glam que se gasta con los coros al final infantiles no me acaban de engatusar. Tal vez uno de los errores del disco aunque se deja escuchar con facilidad. Un tema de esos que hacía Lennon casi sin querer para divertirse y hacer el canelo. «Rusalka» es bella. Una miniopereta que con las escuchas crece y crece. Y cierran el disco con la estupenda canción que le da nombre, con «I’ll be your girl», demostrando que lo suyo es lo sencillo y lo bonico. No se dejen engañar por las vestimentas, es un disco de The Decemberists y no puede ser malo, es imposible. Necesita de varias escuchas, no se precipiten, no juzguen con urgencia. «I’ll be your girl» es un muy buen disco.
The Decemberists – I’ll Be Your Girl (2018)
01.- Once in My Life/ 02.- Cutting Stone/ 03.- Severed/ 04.- Starwatcher/ 05.- Tripping Along/ 06.- Your Ghost/ 07.- Everything Is Awful/ 08.- Sucker’s Prayer/ 09.- We All Die Young/ 10.- Rusalka, Rusalka The Wild Rushes/ 11.- I’ll Be Your Girl.
Pues lo he afrontado con tremenda frialdad … y me he tenido que comer mis propios pensamientos. No es una obra comparable a su momento Jayhawks en The King is Dead o a momentos mas personales como The Crane Wife por ejemplo … pero esto es mucho mas que digno. Un aplauso …
Pues lo he afrontado con tremenda frialdad … y me he tenido que comer mis propios pensamientos. No es una obra comparable a su momento Jayhawks en The King is Dead o a momentos mas personales como The Crane Wife por ejemplo … pero esto es mucho mas que digno. Un aplauso …