Críticas Discos

Por sus cuidadas texturas y su trabajo de producción puede que las primeras impresiones lleven a valorar este disco como una modernez, si, no lo niego, pero con canciones sobradas de calidad que en el fondo reverencian con atino la edad dorada de los singles y el pop allá por los 60 sin caer en la trampa del revival.

Uno de los grandes mazazos de este año ha sido la muerte de Richard Swift, gran músico y artista que ha dejado un sello personal de calidad en algunos grandes discos de pop hecho en las últimas décadas. Por mi parte fue Damien Jurado quien me descubrió la valía de Swift como ente independiente y libre pensador musical desde aquel no muy recordado Other People’s Songs que compartieron (reseña: https://bit.ly/2E7anPb), disco de versiones en el que ambos artistas se dedicaron simplemente a disfrutar tocando algunas de sus canciones favoritas a la vez que experimentaban nuevas formas de crear en el estudio de grabación, y por supuesto puso su sello en otros discos como Saint Barlett (https://bit.ly/2PcViNb).(Por cierto, menudo discarral el de este año de Damien Jurado).


En este disco Richard Swift deja las guitarras en un segundo plano, por lo que al amante medio del formato rock posiblemente le resbale un poco. Pero como no podía ser de otra manera, Swift se apoya en los teclados y utiliza el estudio de grabación de manera brillante como si se tratara de un instrumento más. Sin embargo, más allá del diseño sonoro de canciones como la titular y inicial The Hex, y otras tal que HZLWD y Kensington! (esta última con una de las guitarras a remarcar en este disco), por poner tres ejemplos y que todo sea dicho: son una pasada; hay otras a considerar grandes composiciones, como Broken Fingers Blues que es un auténtica delicia y donde la interpretación de Swift es totalmente catártica y apoteósica. Así pues deja bastante claro que no se trata tan sólo del diseño sonoro, otro ejemplo es Dirty Jim, tonada pop de calidad incontestable que mira a los 60 descaradamente al tiempo que se materializa en una pieza de absoluta contemporaneidad.
Es inevitable no caer rendido ante Wendy y no acordarse de los éxitos de Phil Spector, incluso de las Crystals más concretamente, al tiempo que Swift crea una pieza única. Continúo con Sister Song que manifiesta su amor por el arte crooner como si de un Scott Walker moderno se tratara, algo que ya consiguió en los discos de Jurado, en esa línea la magistral Nancy recuerda como pocos al último David Bowie con una interpretación vocal grandiosa. Cierra este disco Sept20, una preciosa balada a piano que a mí particularmente por la cadencia y las armonías me lleva directamente hacia los Beatles.

The Hex es un disco que fácilmente te absorbe, parece más una ensoñación donde la interpretación vocal de Richard Swift es uno de los puntos fuertes de unas canciones marcadas por la muerte y la pérdida de su hermana y su madre. Por sus cuidadas texturas y su trabajo de producción puede que las primeras impresiones lleven a valorar este disco como una modernez, si, no lo niego, pero con canciones sobradas de calidad que en el fondo reverencian con atino la edad dorada de los singles y el pop allá por los 60 sin caer en la trampa del revival. Un disco favorito del año en curso y una gran pérdida para la música actual, DEP.

Por Chals Roig

*Escrito originalmente en valenciano para
NO SÉ VIURE SENSE ROCK: https://bit.ly/2E9VvQ1

Richard Swift – The Hex (2018)

1. The Hex / 2. Broken Finger Blues / 3. Selfishmath / 4. Dirty Jim / 5. Babylon / 6. Wendy / 7. Sister Song / 8. Nancy / 9. HZLWD / 10. Kensington! / 11. Sept20

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