…durante los primeros meses de la pandemia un tornado casi acaba con todo el material que guardaban en su estudio de grabación. Tal contacto con lo efímero de la existencia y la fragilidad de lo físico, llevó a Welch y a Rawlings a liberar al mundo todo el material sonoro almacenado…
Gillian Welch canta y escribe con la solemnidad de quien está de vuelta de la cara más oscura del alma al mismo tiempo que te arropa, mientras David Rawlings se tambalea agarrado a su archtop, acentuando el tono quejumbroso de sus armonías con sus fraseos a las seis cuerdas. Juntos transforman cada simple giro del destino y convierten en épica cada pequeña historia que pasa por sus manos.
Que suerte para sus seguidores que en este año tan desastroso reafirmen su propia idiosincrasia lejos de cualquier expectativa. Ni en mis sueños más húmedos podía imaginar el movimiento de esta temporada. Cuatro discos en menos de seis meses, el primero All Good Times Are Past & Gone de versiones, al que ha seguido Boots No.2: The Lost Songs, segunda entrega de sus bootlegs oficiales repartidos en tres volúmenes que plasman el viaje sonoro a través del periodo que comprende desde Time The Revelator a Soul Journey, justo después de que fueran popularizados por la banda sonora de Oh brother, where art thou? de los hermanos Coen y que milagrosamente devolvió el country, el bluegrass y el folk a primera línea.
Casi sesenta canciones ni más ni menos. Una locura. Hay aquí material suficiente como para sumergirse en su nube apalache y mantenerse en su limbo de acústicas y folk atemporal por muchos años. Imposible para mí considerar todo este material en una lista de destacados, no sabría que disco elegir.
El primero fue editado en julio. All Good Times Are Past & Gone es una colección de 10 canciones entre tradicionales y versiones de canciones no muy conocidas, interpretadas desde su particular folk austero y con la mirada puesta en aquellas tonadas que les unieron cuando se conocieron en la universidad. Pero más allá que significar un momento de sequía compositiva, nos dejan en esta rodaja alguna de las mejores interpretaciones de su carrera. Favoritas son la titular tanto como Señor y Abandoned Love de Dylan, y Hello In There de John Prine, bonito homenaje y rendición al genio cantautor que se llevó por delante esta maldita pandemia. Una maravilla. Imposible no quererles.
Y si hay algo que pueda superar este disco de versiones es el prominente lanzamiento en tres volúmenes de su Boots Nº2. Según cuenta el propio David Rawlings – fue la necesidad de abrir la caja de zapatos antes de que otro tornado se lo llevara todo por delante –. Y es que según parece durante los primeros meses de la pandemia un tornado casi acaba con todo el material que guardaban en su estudio de grabación. Tal contacto con lo efímero de la existencia y la fragilidad de lo físico llevó a Welch y a Rawlings a liberar al mundo todo el material sonoro almacenado – ¿para qué si no estábamos guardando todo esto? –. Una declaración de intenciones de lo más honesta todo sea dicho, no podía ser de otra manera viniendo de esta pareja de artistas.
…inspirados versos que nos cuentan de nuevo la vieja lucha del individuo contra los malos tiempos, aunque a cada giro de estribillo nos enseñan la salida por la que sentirnos vivos y no perder nunca la esperanza, máximas que se repiten canción tras canción, algo que hace que en un año como este me hayan resultado tan esenciales…
Puede resultar demasiado material como para sacar conclusiones o situar en términos cualitativos entre su discografía, aunque cada volumen esconde oro puro. Por ejemplo el Vol.1 las baladas como Johnny Dear, sobre todo Chinatown y Strange Isabella son fabulosas. Debe ser el tono agridulce de la voz de Welch que parece cantar desde algún lugar entre el desencanto y la esperanza, escuchad sino Wouldn’t Be So Bad con la que abre el Vol.2, segundo capítulo en el que reina Picasso, desde ya una de las mejores canciones de todo su repertorio. Y en este escuchar canciones a manos llenas, tonadas que me fascinan como la conmovedora Papa Writes to Johnny que me desarma.
El Vol.3 empieza con una par de tonadas donde tocan de cerca el country-blues, pero es Strangers Again la que vuelve a subir el listón hasta el punto de que me resulte incomprensible que no la metieran en ningún disco. Al nivel de sus tonadas de folk más ortodoxas How’s About You reluce como uno de esos pequeños caramelos que jalonan su discografía. Magnífica There’s a first time for everything, otra de sus baladas country a ralentí, una maravilla. Tres volúmenes que cierran con One Little Song, broche de oro que también fue incluida en su día en Soul Journey. Una tonada ante la que es imposible no caer rendido desde el primer compás.
Realmente son un misterio para mí, porque por más que ellos se empeñan en no salirse de los senderos más añejos de la música americana aún no he podido dilucidar con certeza que es exactamente lo que me fascina de su música, tan antigua, tan lejana, tan a las afueras de todo. Será porque disfruto sumergiéndome en sus historias sobre perdedores y corazones rotos que aunque parecen haber sido rescatadas de algún viejo libro escrito hace siglos cada vez resultan más actuales, o por sus inspirados versos que nos cuentan de nuevo la vieja lucha del individuo contra los malos tiempos, aunque a cada giro de estribillo nos enseñan la salida por la que sentirnos vivos y no perder nunca la esperanza, máximas que se repiten canción tras canción, algo que hace que en un año como este me hayan resultado tan esenciales.
Estaría horas escribiendo y repitiéndome las mismas cosas con la excusa de sus canciones, porque mientras suenan no me importa más que disfrutar de este gran regalo que es ralentizar nuestra escucha y dejar las expectativas sobre un futuro incierto en la cuneta, dejarse llevar.
Sin lugar a dudas es uno de los acontecimientos no ya de este año, sino de los últimos tiempos en cuanto a música folk se refiere y por supuesto uno de los motivos esenciales por los que este año quedará grabado para los restos en mi memoria aunque no hayan entrado en ninguna lista, y es que no sabría cuál de los cuatro discos podría haber elegido, ellos sí que están fuera de toda categoría.
Un artículo fantástico. Enhorabuena y feliz 2021!
Muchas gracias Miguel. Igualmente, próspero 2021.