Reseña y crítica de ‘Sweep it into space’, álbum de Dinosaur Jr.
…una manera de aliviarse y tonificarse mentalmente, rebuscando en el baúl de los recuerdos para no perder inspiración ni autenticidad…
Dudo que algún día podamos saber si la filtración que se produjo hace unos meses del «Sweep it into space» fue intencionada, acaso una especie de maniobra promocional para ir generando expectativas. El caso es que ya está aquí, ya llegó la semana oficial y bienvenido sea cualquier asunto donde se halle el egregio J Mascis.
Entrando en materia y, partiendo del tipo de letra que se ha utilizado en la portada para nombrar a la banda, parece bastante premeditado el propósito de recuperar las formas que les caracterizaron durante la década de los noventa, concretamente entre el «Green Mind» y el «Without a sound». Ese rasgo evolutivo que se percibe en la fachada de este doceavo álbum de los de Massachussets —el de rescatar tiempos de juventud—, es algo lícito que abunda en el mundillo musical y que podría ser calificado como una manera de aliviarse y tonificarse mentalmente, rebuscando en el baúl de los recuerdos para no perder inspiración ni autenticidad.
Sin embargo, estamos ante un caso más complejo de analizar, teniendo en cuenta que el trío volvió como tal en el 2005, elevando el listón considerablemente durante lo que llevamos de nuevo milenio, con menciones muy especiales para un «Beyond» (2007) o un «I bet on sky» (2012) que algún día deberán ser ensalzados unánimemente como clásicos del mejor rock alternativo.
A gusto de un servidor esta «barrida espacial» que nos ocupa no se halla a la altura de los mencionados álbumes del párrafo anterior pero, a buen seguro, es un trabajo digno y honorable, claramente por encima de la media de novedades discográficas que se han publicado durante el año en curso. Seguramente también, en esta opinión subjetiva sin ánimo de ser compartida, esperaba algo más y me dejo influir por cierto desfasado nivel que me produce la totalidad del cancionero.
Además de los dos singles «I ran away» —con la contribucción guitarrera de Kurt Vile— y el «Garden» de Barlow, destacaría la inicial «I aint», «To be waiting», «Hide another round», «And me», «N say», «Walking to you» y, por supuesto, el toque más Stooges de «I meet the stones». El resto, más prescindible, no mengua la solidez de una banda que, como diría el refrán, es más sabia por vieja que por diabólica.
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