Reseña de uno de los grandes discos de Richard & Linda Thompson
Richard Thompson es uno de esos genios de la música que nunca defraudaron ni defraudarán, su época con Linda Thompson es magnífica, y el menos conocido Pour Down Like Silver da testimonio de ello. Aun hoy en día está sacando discos de auténtica delicatessen aunque transite los caminos del ostracismo del gran público. Uno de los grandes.
Richard Thompson representa muy bien mi particular debilidad por los genios a la fuga, los huidizos del éxito que dan esquinazo continuo a la fama, los artistas que no dudan en seguir su instinto hacia la expresión artística de aquello que les arde dentro aunque no fuera el camino más fácil, que hacen lo que les sale del rabo sin importarles las expectativas porque para ellos no tendría sentido de otra manera.
Tiene que arder, tiene que existir esa búsqueda continua que remueve las tripas y que da una fuerte sacudida, si no es así, si se trata sólo de replicar las referencias que más gustan con atino o no, con más o menos gracia pero sin profundidad alguna, pues apaga y vámonos. No es el caso de Richard Thompson que siempre llevo en bandeja de plata cuando lo invito a este exilio musical, la primera vez junto a Linda Thompson, su mujer por aquel entonces.
Richard Thompson es uno de esos artistas que saben insuflar a sus canciones esa verdad, y lo hace como si la existencia de cada una de sus canciones fuera necesaria para su propia supervivencia, podríamos decir que su honestidad se podría equiparar sin pestañear a la de Neil Young, y su escritura hace de la abstracción propia de Dylan un camino por donde llegar hasta su propio interior.
Como todo joven de la época sufrió el impacto del rock’n’roll que le empujó a sacudir las séis cuerdas mirando de cerca el Mississippi y el riffario típico del blues, pero dando rienda suelta a sus inquietudes aprehendiendo todo aquello que le ofreciera su entorno, la tradición más familiar y cercana. Y por supuesto con la gran colección de vinilos de su padre que fue una decisiva influencia, una combinación de rock y tradición que tendía puentes transoceánicos y que en él obró de una manera única e irrepetible, que os voy a contar.
Y es que Fairport Convention mamaron de la genialidad de Richard Thompson, que a Sandy Denny no le quito mérito, ni tampoco a Ian Mathews, pero fue dejar el tinglado y el mojo se desparramó. Llega en solitario con Henry the Human Fly, disco en su día vilipendiado y que los años pusieron en su sitio, y allí conoce a Linda, su partenere. Y empiezan la que para mí fue su época más inspirada. Tengo tres discos de Thompson en un altar: I Want To See The Bright Lights Tonight, Pour Down Like Silver y Shoot Out The Lights. Son mis favoritos.
Pero hoy me inclino por Pour Down Like Silver por el simple hecho de haber sido editado después de la que es considerada su obra maestra firmada como Richard & Linda Thompson, quedando ésta en un segundo plano. Pero es que es un disco brillante. Único.
La portada ya da una pista de por donde van los tiros porque los turbantes que lucen sus protagonistas en portada y contraportada no son gratuitos, efectivamente por esa época andaban metidos de lleno en el sufismo, un hecho circunstancial que marcó de manera decisiva el sonido y el trasfondo de este disco que daría paso a su retiro espiritual por unos años, pues su gurú por aquel entonces consideraba que hacer ostentación de cualquier tipo de virtuosismo era una bajeza.
Nada más lejos de suponer una cortapisa, ese condicionante propició un disco más austero y orgánico que su predecesor, con detalles y arreglos instrumentales sencillos y maravillosos con un toque campestre, mandolinas, dulcimer, banjo, violines… pero al mismo tiempo cargado de la genialidad que le caracterizó y caracteriza siempre. Se las apañó para encontrar una vía intermedia, sin ostentaciones, directa, cosa que no sería posible sin su habilidad para componer canciones perfectas y letras realmente buenas de una fina crítica a la modernidad, un azote al hedonismo imperante en aquel entonces, lanzando toda una serie preguntas con un trasfondo espiritual que cuestionaban el punto de vista «occidental» pero sin perder su excepcional agudeza lírica. Interesante.
The tears fall down like whisky
The tears fall down like wine
On an island made of cocaine
In a sea of turpentine
We all need some assistance
But won’t that day be fine
When we’re walking down the Streets of Paradise
Streets of Paradise, vaticinando el final de una época.
Escuchen sino Streets of Paradise con unos versos que cargan sin compasión contra sus compañeros de generación, ¿o es que quizás andaban anunciando el final de una era antes que nadie? una pieza intensa con el regusto folkie que solo él sabía imprimir a los Fairport. Quizás sea ese salirse por la tangente que tenía Richard Thompson lo que me ha llamado siempre la atención. Aunque ojo, este disco no tiene desperdicio con canciones que son auténticas maravillas cargadas de sentimiento como Night Comes In y con el gancho pop de otras como Jet Plane in a Rocking Chair que así lo atestiguan.
Y así hasta un final magnífico como es Dimming of the Day con la coda instrumental titulada Dargai escrita por el escocés J. Scott Skinner, coplas enlazadas y que me ponen los pelos de punta cada vez que las escucho, una delicatessen que por trazar un paralelismo casi imposible me traen a la memoria a los más recientes Gillian Welch y Dave Rawlings, o quizás y lo más seguro es que sea al revés. Atención a la versión del clásico del deep-soul Dark End Of The Street interpretada por Linda acompañada por las armonías vocales de Richard y su guitarra acústica, un placer sonoro absoluto que para nada voy a comparar con la original porque tiene su propio espacio, única, magnífica.
Si señores, Richard Thompson es uno de esos genios de la música que nunca defraudaron ni defraudarán, su época con Linda Thompson es magnífica, y el menos conocido Pour Down Like Silver da testimonio de ello. Aun hoy en día está sacando discos de auténtica delicatessen aunque transite los caminos del ostracismo del gran público. Es un grande de la música y a razón del interés que suscita más allá del grupo que le dio la fama hasta podría ser considerado como un artista ciertamente de culto. Háganse un favor y escuchen este o cualquiera de los discos de su basta y amplia discografía, seguro que no les defrauda.
- MALA – Ep1 (2024). Irresistible debut - 30 de agosto de 2024
- The Cult, todos los riffs, todas las poses. Crónica de un vigoroso recital en los Conciertos de Viveros, València – 14/07/2024 - 15 de julio de 2024
- The Pretenders + Introglicerina (Seguridad Social 1990). Crónica de la inolvidable primera cita del Nits Voramar, València – 16/06/2024 - 18 de junio de 2024
1975 70's Chals clásicos Especiales LPs Richard & Linda Thompson Richard Thompson
Estoy de acuerdo. Un artista y par de cantantes que merece nuestra atención.
Tengo el cd (hecho en Canadá) de Pour down like silver. Es una compra que ha valido la pena.
¡Gracias por tu ‘post’!