The Hanging Stars firman un disco notable y sin fisuras. «Hollow Heart» es precioso y delicado a pesar de no avanzar en su sonido y atmósfera.
La llegada del cuarto disco de la banda londinense, The Hanging Stars, capitaneada por el talentoso Richard Olson debería ser en este mundo imperfecto un acontecimiento de dimensiones siderales. El country cósmico que practican enlaza con favoritos indiscutibles del «Exile» como los clásicos CSN y Byrds, o más de hoy (y de ayer) Jayhawks, Beachwood Sparks y Fleet Foxes. Todo eso bien mezclado y macerado en una atmósfera alucinógena. Pues bien, nada de eso. El eco conseguido es casi nulo a excepción de los cuatro gatos de siempre. Motomami se lo lleva todo.
Tampoco diré ahora que les ha salido un disco redondo que roce la excelencia. Es un buen disco? Es un muy buen disco? pue sí, no se puede decir otra cosa pero la queja, reproche o tocapelotismo nos hace pensar que van un poco en piloto automático y, como son muy buenos y les salen unas melodías maravillosas casi sin querer, hacen del continuismo su modus operandi y entregan otra colección de canciones preciosas y ensoñadoras a las que les falta ese intangible mágico que podemos llamar mojo.
Su discografía habla por si sola: Over the Silvery Lake (2016), Songs For Somehwere Else (2018) y A New Kind Of Sky son tres joyas, y el poker lo completa este nuevo artefacto, este «Hollow Heart» que siendo más de lo mismo, siendo ese «mismo» estupendo, rellena con boniquismo nuestros maltrechos y huecos corazones. Dicho esto y dicho lo anterior quiero aclarar conceptos. El disco es estupendo, es más de lo mismo pero es estupendo. Gustará a quienes gustaron los anteriores. No sorprenderá ni llegará a ser el disco favorito de aquellos que viven del riff orgásmico pues para eso ya está el onanismo de Jack White.
Entrando en el artefacto en cuestión, nos dejan con la boca abierta y el culo prieto con la intro pinkfloydiana de «Ava». Maravillosa de principio a fin pero con esa chulería «de calle» tan inglesa al escupir las palabras para deleitarnos con las guitarras de «Black light night» en un asentir rítmico constante. La siguiente dupla coloca el disco fácilmente por encima del notable. Primero la americana delicada de «Weep & Whisper» y después el single «Radio On» soslayando un algo a los Stones.
El disco comienza como un cañón y a cada escucha enamora más y más pero tiene esa pequeña desventaja de sonar a repetición, a ya escuchado aunque no por ello deja de ser de una calidad pasmosa. Todo lo que queda es estupendo y a un servidor le enamora pero pedíamos un pasito más. Nos conformamos (que se dice pronto porque todo es fabuloso) con la ensoñadora «Ballad of wathever may be» o la «byrdiana» «Hollow eyes, hollow heart» para encarar un precioso final.
«You’re so free» cumple sin más pero «Rainbows in windows» sí gusta mucho por darle una vueltica de tuerca más. «I don’t want to feel so bad anymore» es la joya oculta del disco. Esa canción que debería haber activado el sonido del artefacto hacía algo con más esencia Beatle. Cierran, magníficamente como no puede ser de otra manera, con ese pseudo-villancico que es «Red autumn leaf», un disco que sigue la estela de los anteriores en sonido, atmósfera y calidad pero al que le falta ese puntito para ser celestial.
The Hanging Stars – Hollow Heart (2022)
01.- Ava/ 02.- Black Light Night/ 03.- Weep & Whisper/ 04.- Radio On/ 05.- Ballad of Whatever May Be/ 06.- Hollow Eyes, Hollow Heart/ 07.- You’re so Free/ 08.- Rainbows in Windows/ 09.- I Don’t Want to Feel so Bad Anymore/ 10.- Red Autumn Leaf
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