Crónica concierto de Dean Wareham en Loco Club durante la velada del 13 de julio de 2022.
… la intensidad, la característica finura velvetiana y cierta atmósfera hipnótica se abrió paso de manera creciente hasta el último instante de concierto…
Por fin lo pudimos vivir y por fin lo podemos contar. La cosa venía arrastrándose desde septiembre del pasado 2021 en que se anunció la gira de Dean Wareham para revivir en directo una obra maestra monumental como fue «On fire» —perteneciente a los tiempos en que el neozelandés, afincado en Los Ángeles, capitaneaba el trío Galaxie 500 junto a Naomi Yang y Damon Drukowski—. Aquella fecha para febrero del año en curso se tuvo que posponer por motivo de la pandemia hasta el presente y muy caluroso mes de julio.
Cuatro canciones como «The Corridors of power», «Cashing in», «Why are we in Vietnam» y «Under skys», pertenecientes a su última confitura velvetiana, el excelentísimo y más reciente trabajo en solitario «I have nothing to say to the mayor of L.A.», caldearon el inicio antes del galáctico plato fuerte.
A partir de ahí comenzaría con «Blue thunder» y «Tell me» un meticuloso recorrido por la masterpiece de 1989 que, salvo alguna pequeña excepción, seguiría rigurosamente el orden establecido en el mencionado álbum. Pero realmente creo que empezaría una conexión e interacción con los privilegiados espectadores a partir de «Snowstorm» y «When will you come home», donde la intensidad, la característica finura velvetiana y cierta atmósfera hipnótica se abrió paso de manera creciente hasta el último instante de concierto.
Espléndidamente escoltado por Derek See a la guitarra, Roger Brogan a la batería y por su esposa Britta Phillips al bajo, fue con ella con la que se pudo observar la más emocionante armonía en coros y en una sintonía que adquirió especial protagonismo con «Another day», donde a mi gusto y juicio realizó un esfuerzo vocal inconmensurable, tanto que no creo que nadie se acordase de la Yang.
«Leave the planet» o «Plastic bird», más provistas de distorsión eléctrica, o la bellísima «Decomposing trees», donde se intercalaron momentos de mayor sosiego magnético, resultaron un auténtico lujo auditivo, aunque seguramente lo más impactante fue la recta final con la maravillosa versión de George Harrison «Isn’t it a pity» o con ese himno sideral que es «Strange», que tanto nos dejaron con ganas de mucho más.
Ese anhelo mencionado en el anterior párrafo se pudo paliar en parte con el bis que incluyó los dos temas del que fue el primer single galáctico allá por el año 1988: «King of Spain» y «Tugboat». Eché en falta que nos atizasen la versión del «Ceremony» de Joy Division y New Order que, al fin y al cabo, fue cara b del single «Blue thunder». Aún así, un digno broche a un concierto elegante y cósmico, como no podía (ni debía) ser de otra forma.
*Imágenes concierto Juanjo Mestre. Vídeo Alfredo Beltran.
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Bueno, discrepo en lo de Yang…
No se entiende Galaxie sin el cruce naive entre el Wareham y la no-bajista Yang. Pero está claro que ese momento de inocencia no podía durar.
Lo hecho por Wareham después de Galaxie ha tenido siempre una factura impecable, pero le ha faltado el «ánima» ¿naive? ¿soñadora? ¿onírica? ¿idealista? No se bien qué calificativo usar para ese momento mágico del cruce entre tres personas al inicio de algo nuevo.
Fue fantástico escuchar a Decomposing Trees aun sin Yang…. pero fue como asistir a una Primavera con una esquina rota.
Todo ello sin quitarle un ápice de mérito al señor que nos deleitó y nos hizo sentir un tanto de nostalgia en la noche de un miércoles de un barrio de Valencia.