
Michael Kiwanuka nos regala un concierto emocionante, emotivo y de una calidad sonora incuestionable. Kiwa tiene el mojo.
Al fin pudimos volver a ver al cantautor de Muswell Hill por nuestras tierras. Varias anulaciones debido al Covid retrasaron su visita más de dos años pero Kiwa volvió y salió victorioso de la puesta en directo de su magnífico y último disco «Kiwanuka» (2019).
Lo hizo Kiwanuka con una banda de postín y un sonido excelente. Una sección rítmica sobresaliente, un guitarrista excelso y unas coristas que ponían la piel de gallina. Lo de Kiwa es la emoción, es la delicadeza, la belleza y el llegarnos al corazón. Cuando se pone mimosín nos viene a la cabeza Withers, cuando mezcla.. Otis está en nuestros pensamientos pero si le diese por darle sin complejos a las seis cuerdas seguro que otro de sus ídolos, Hendrix, aparecería fantasmalmente.

No traía una puesta en escena apabullante. Más bien simple y bonita, con efectos de luces y flores por doquier. Lo suyo era el contenido y no el continente, y a pesar que se centró, como ya hemos comentado, en las canciones de sus último y homónimo disco, no faltaron joyas de «Home Again» (2012) y «Love & Hate» (2016). No hubo sorpresas, la verdad. Todo funcionó a la perfección y no faltó el «encore» para contentar al populacho.
Setlist:
Piano Joint (This Kind of Love) (Intro)
Piano Joint (This Kind of Love)
One More Night
You Ain’t The Problem
Rolling
I’ve Been Dazed
Black Man in a White World
Rule the World
Hero (intro)
Hero
Hard to Say Goodbye
Light
Final Days
Solid Ground
Encore:
Falling
Home Again
Cold Little Heart
Love & Hate
Esta vez la sala le vino como anillo al dedo. Su visita en 2016 a Barcelona en sala Bikini se le quedó pequeña, y Razzmatazz sí fue lo que necesitaba aunque verle en un teatro podría llegar a ser lo más deseable. El inicio con «Piano Joint» abrió un encadenamiento de temas indiscutibles hasta el éxtasi con «Hero». Todo más que sobresaliente para luego entregarse a la parte final de su último disco mucho más calmada y delicada para desvanecerse en el escenario y volver para dejarnos un gran sabor de boca.
El «encore» fue un regalo: Falling, Home Again, Cold little heart, y Love & Hate… y a dormir con una sonrisa de oreja a oreja y la impresión que Kiwanuka tiene mucho más que darnos y seguramente mejor. No tiene techo. Posee el mojo, tiene ese intangible que le hace diferente. Esperamos ya su próximo disco y deseamos que su visita no se alargue tanto en el tiempo.
Michael Kiwanuka Official Site
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… buf, hemos estado en un concierto diferente. Menudo rollo de space-soul-atmosferico me trague ayer en La Riviera. Salvo en los momentos mas tarareables me pareció un poco rollero. Saludos,