Sotomonte en la sala Azkena Bilbao

Conciertos

Sotomonte vuelve a marcar los márgenes entre lo energético y lo sensitivo en una noche de excepción.

Nos contaba anoche Jokin Salaverria desde el escenario de la Sala Azkena, donde representaba en Bilbao por vez primera en un evento en solitario su impresionante ópera prima «From Prayer to the Battlefield» (pinchar reseña), primor sonoro que presentó en sociedad hace dos ejercicios bajo la floreciente nomenclatura de Sotomonte, nos contaba decía, que cumplía «27 primaveras» y lo celebraba en el entorno natural de cualquier músico: es decir, en el escenario. Vaya desde aquí nuestra felicitación.

Felicitación que hacemos extensible no solo al siempre bienaventurado ejercicio de cumplir años, también lo que vivimos allí los muchos asistentes (otro motivo de celebración) que acudimos a la sala de Ibáñez de Bilbao es digno de agradecer, y por tanto felicitar a los cinco músicos que anoche oficiaron de anfitriones ya que ofrecieron un auténtico despliegue de rock sesentero de la más alta calidad.

Sotomonte
Sotomonte

Junto a Salaverria, que cantó con intención y sensibilidad, además de hacer vibrar al personal con la influyente sonoridad de su bajo Fender, fueron partícipes y responsables de una gran noche los guitarristas Xabier Badiola y Miguel Moral ambos certeros y entregados en sus solos, el trepidante baterista Unai G. de Kortazar y completando el colorido panorama sónico el teclista Alberto Trigueros.

Armonías vocales perfectamente colocadas que hicieron aún más extensible el mantra estilístico pretendido, que evoca al verano del amor, a la influyente liturgia de las mareas que acarician la bahía de Oakland o a los lisérgicos modos y maneras de referentes como Joplin, Greatful Dead o George Harrison. Los temas de «From Prayer to the Battlefield» sonaron con la perfección que se alcanza con la concatenación de actuaciones, pero con sutiles impulsos de energía y vigor que se suman al acariciador encanto que tan inquietas composiciones llevan consigo y que la banda no dejó en el olvido.

Desde el comienzo con «Words» y «Culture for Vultures» – temas que también abren el álbum – hasta el colofón con la excepcional «For what is done of darkness» se mantiene un nivel de intensidad, magia y virtuosismo que encandiló a la parroquia congregada que puedo dar fe de que se mantuvo enganchada a lo que sucedía en el escenario durante la hora y media que aproximadamente duró el concierto.

Se completó el setlist con algún tema nuevo que parece ser que formará parte de un futuro segundo disco amén de revisiones de temas como «Lazy lady» de Pentagram o un desconocido (para mi) corte titulado «Vehicle» de la banda ‘One hit wonder’ Ides of March.

En resumidas cuentas, que Sotomonte volvió a triunfar llevando al directo su fantástico debut discográfico. Añadir que pocas formaciones actualmente se me ocurre que puedan presumir de practicar un sonido así: geométrico y al tiempo intuitivo, energizante a la vez de sensible y sedante. Una gran celebración de cumpleaños y de vida.

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