Conciertos

Crónica de los conciertos de Tropical Fuck Storm + Johnny Casino en Sala Mon de Madrid el 27 de agosto de 2025.

… ahí estuvo el concierto, en la actitud de un Gareth Liddiard inmenso que, a pesar de los problemas técnicos y de la escasez temporal del set, manejó su instrumento como una pavimentadora fuera de uso, caducada pero furiosa ante una noche inicialmente problemática y corta…

Han pasado ya cerca de dos días desde la celebración del concierto y todavía me encuentro en vías de recuperación. Lo comento abiertamente porque la jornada comenzó así como algo chunga. La plataforma digital me sacudió una entrada de más y no fui capaz de encontrar acompañante, tampoco nadie que la comprara por más que empleé una buena hora en los aledaños de la Sala Mon para intentar revenderla.

Total que cuando escarmentado me introduje en el recinto Johnny Casino, telonero de lujo en este caso, ya llevaba prácticamente culminado su set. Apenas aproveché la ocasión para asistir (desde una posición muy favorable gracias a mis contactos con los encargados del local) en directo a sus cuatro últimos temas. Nothing Left To Hide”, “Twenty Twenty”, “Trick My Boat Wrongy September Crush, estos dos últimos correspondientes a su colaboración con The Secrets y al repertorio de su formación paralela Asteroid B612.

Johnny Casino es un tipo entrañable, su música también lo es. Guitarrista de origen australiano establecido desde hace tiempo en la Comunidad de Valencia , practica un rock de corte clásico en el que aparecen retazos de high energy, power pop elegante y garaje de moldura grasienta que sabe dosificar adecuadamente. Escucho ahora de nuevo su “High Stone” —último Lp que tuvo la gentileza de dedicarme— como desagravio personal ante mi ausencia en buena parte de su actuación.

Concurren los miembros de Tropical Fuck Storm inmediatamente después en el escenario. Desde mi privilegiada atalaya observo como ajustan su set y prueban sus instrumentos. Me gustan mucho esas bandas que se muestran con anticipación, a ras del público asistente – el aforo prácticamente al completo – su lado de llaneza, no somos rock-stars, caldea el ambiente más que cualquier fondo musical que pudiera programar el dj de turno en la sala.

Apenas 9 temas propios más un bis (alguien escribió la palabra “Hearts” al final del tracklist) que se hicieron cortos. Canciones de sus primeros trabajos de 2018 y 2019, Tyres”, “Eugene”, “Paradise y Braindrops, combinadas con últimas piezas del 2024 y 2025, Irukandji”, “Bloodsport”, “Goon Show”, “Ann”, “Moscovium yTwo Afternoons”.

Un concierto marcado inicialmente por los problemas técnicos en los pedales de la guitarra rítmica Erica Dunn y los costalazos constantes de los stands para los platillos de la batería de Laurel Hammel, los ayudantes de escenario corrían como locos de un lado a otro. El líder Gareth Liddiard se ve obligado a parar el concierto en un par de ocasiones mientras la bajista Fiona Kitschin sigue incomprensiblemente empeñada en actuar gran rato de espaldas a la audiencia.

¿Lástima? No. Porque el sonido – cuando eso sucedía – de Tropical Fuck Storm se asemejaba al de un taladro empeñado en desatascar una tubería llena de cieno. La guitarra solista de Liddiard, liberada de los rigurosos cánones clásicos (ajena también a las pautas de cualquier estilo “actual”, post- punk, stoner, doom, new-metal…) iba a su aire. Como si se encontrara desprendida del portador, acompañada de una base rítmica que intentaba contenerla, su mástil ascendía hacia los focos del techo, se apeaba cercana a la línea de los puños en alto de los espectadores más cercanos para provocarlos, parecía no querer volver.

Ahí estuvo el concierto, en la actitud de un Gareth Liddiard inmenso que, a pesar de los problemas técnicos y de la escasez temporal del set, manejó su instrumento como una pavimentadora fuera de uso, caducada pero furiosa ante una noche inicialmente problemática y corta.

Ya lo dijo Robert Fripp cuando dio por finalizada la primera etapa de King Crimson. A partir de entonces (1975), la música debería funcionar a través de células independientes, pequeñas y autónomas, eficientes ante un mundo viejo y en declive. Tropical Fuck Storm lo lleva haciendo desde su creación. Atención a ellos.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar