The Waterboys -Dream Harder (1993)

Especiales

Reivindicamos uno de los discos más pisoteados de Mike Scott y sus The Waterboys

Hace más de diez años me sentaba delante del teclado a escribir por primera vez la reseña de Dream Harder en mi antiguo y desaparecido primer blog Route Americana, uno de los discos más ninguneados de The Waterboys. Sucedía en abril de 2012 después de haber asistido a uno de los conciertos de la gira de An Appointment With Mr.Yeats, otro de los discos olvidados del grupo.

En aquella velada, la formación que por aquel entonces llevaba Mike Scott junto al mítico Steve Wickham ofrecieron uno de los mejores conciertos que recuerdo, ni la gira posterior de aniversario de Fisherman’s Blues, ni ninguna que haya presenciado hasta la fecha, ha logrado superar el recuerdo de una noche en la que, con la coartada de Mr.Yeats, The Waterboys ofrecieron un concierto vibrante, eléctrico y emocionante.

No faltaron sus míticas canciones, y su nuevo repertorio no quedó ensombrecido a pesar del poco recorrido en el subconsciente de una audiencia que mayoritariamente se quedó estancada en sus recuerdos de una juventud que no pasó de The Whole Of The Moon.

Pero entre todas las canciones, tal y como cronifiqué por aquel entonces, fue la interpretación de la monumental Glastonbury Song la que me dejó noqueado, en aquel directo The Waterboys la elevaron y la llevaron a algún lugar cercano a la épica de la mejor Big Music. Hecho que me llevó a publicar días después de aquel concierto la reseña que hoy recupero y actualizo.

Y es que es primordial desenquistar ciertos prejuicios que persiguen a Dream Harder y más en su 30 aniversario que se cumple hoy mismo. Que se lo pregunten a my mestre-friend Juanjo Mestre que hace poco tuvo a bien dedicar un especial al grupo de Mike Scott en su siempre recomendable espacio >Melodías Cósmicas< donde reivindicó entre otros discos este trabajo que hoy rescato del olvido.

Y es que Dream Harder tiene muy buenas canciones y muestra como pocos discos la capacidad de Mike Scott para reinventarse. El artista escocés siempre se dejó llevar por donde la inspiración le abría nuevos caminos, no digo que huyera de la fama, la fama y el reconocimiento son primordiales para un artista, pero si atendemos al recorrido de The Waterboys, el artista siempre tuvo claro que camino seguir aunque eso en ocasiones le llevara a lugares poco populares. Determinación que a día de hoy le mantiene vivo a un gran nivel en los escenarios, aunque bajo mi punto de vista puede ser que últimamente en el estudio haya entregado sus discos menos acertados hasta la fecha.

Reivindicamos a uno de los discos más pisoteados de Mike Scott y  The Waterboys
Mike Scott, el alma de The Waterboys

Bien mirado, era imposible que un disco como éste llegase a tener algún tipo de repercusión a principios de los 90. Por una parte, la banda salía de una de las épocas más populares de su historia con Fisherman’s Blues y Room to Roam en el que recuperaban el espíritu campestre de su querida Spiddal, creando un territorio común entra las diferentes vertientes folkies, inglesa, irlandesa y escocesa, que se daban la mano.

Por otra parte en aquellos años el rock alternativo y el brit-pop conquistaban el mundo. Así que ni los seguidores de la banda admitieron un disco como éste, ni los jóvenes de la época lo esperaban.

Pero como suele pasar, es el tiempo el que en ocasiones puede ser el perfecto aliado para poder reconsiderar posiciones y reconocer el encanto de Dream Harder, pues aquí hay mucho más de lo que te contaron.

Además, las premisas podían alimentar fácilmente cualquier argumento que quisiera finiquitar la marca antes de tiempo. Steve Wickham dejó la banda a los pocos días de editado Room to Roam, Anto tampoco estaba presente pese a la acreditación en uno de los temas, y el nuevo giro estilístico era un gran salto que no todo el mundo, entre sus seguidores, fue capaz de asimilar.

Con este disco Mike Scott rompía con todo, primero cambiando de resisdencia al Greenwich Village de New York donde se gestaron discos míticos y donde se forjaron gran parte de los heroes musicales que tanto le habían marcado desde su inicios, generación alrededor de CGBC incluida. Así que, como siempre, siguió su impulso y se marchó donde su querida Patti Smith, la reina del underground, dió forma a sus obras más representativas.

Aquel idilio urbano duró poco, tan sólo medio año después el ruido de la gran ciudad no le dejaba oir lo que andaba buscando, y lo que andaba buscando es lo que quedó plasmado en Dream Harder.

Su vuelta a UK estuvo más relacionada con su desencanto con New York que por la repercusión que no estaba teniendo el disco, por supuesto, algo le afectó. Hay otros detalles que siempre leí en reseñas, como que el álbum había sido grabado con músicos de estudio, aspecto que según quien, es considerado correcto o no.

El disco tiene momentos de alto nivel. El gran gancho de «The New Life» te pone en situación, avisa de que esto es rock, y que aquí empieza el camino, cadenas fuera. Es la hora de sentirse libre, la nueva vida empieza aquí. «Preparing to Fly» tiene un sólo de guitarra antológico y «Corn Circles» es un country-blues de biblioteca con una guitarra en segundo plano deliciosa, la letra habla de los fractales en los campos de maíz, plantea el misterio entre la broma y la hipotésis más meta-física. 

«Suffer» está entre el fraseo de Dylan y Tom Petty y con una guitarra omnipresente y chirriante. «Spiritual City» es una especie de mantra-redneck acompañado de sitar curioso y simpático. Mike Scott recurre de nuevo a la sabiduría mística de Yeats en «Love and Death» en otro de sus poemas musicados que perfectamente no desentonarían con en el disco dedicado a Mr.Yeats.

Su particular visión de la vuelta a los bosques, a la simplicidad y a lo pasional y limpio, el retorno del dios Pan planteado como un gran fracaso de la modernidad en «The Return of Pan» con un sólo de guitarra sobre la melodía de The Pan Within entre el autohomenaje y el autoplagio que no obstante me resulta genial.

Mike Scott siempre insufló a la música de The Waterboys de poesía y espiritualidad, y es que encima nunca se le ha reconocido como el gran letrista que es. En Dream Harder nos habla de la importancia de no dejar de soñar a pesar de las dificultades. Una profunda crítica a la falta de espiritualidad y de valores en la sociedad actual, enfatizando la importancia de recuperar el espíritu y de buscar una actitud más positiva y compasiva hacia el mundo. Así como la urgencia de alejarse de las poses y las imágenes superficiales. Como véis, un discurso que aún hoy no ha perdido vigencia, diría más, está a la orden del día.

Busca la alianza cósmica de otros soñadores como fue el escritor C.S.Lewis en «Wonders of Lewis», de mis preferidas, uno de los momentos más relajados y orquestados, o de otro soñador como Hendrix en la epístola recitada de «The Return of Jimi Hendrix», en la que imagina que le pasaría al mundo si Hendrix se hiciera carne por un día y volviera a la vida. Y por supuesto una Glastonbury Song remarcable que busca su particular actualización de la Big Music.

En aquella nueva década en ciernes la consigna fue clara: The Waterboys ya no interesaban. Una nueva generación con sus propias reglas empujaba con fuerza y la rueda giraba en su favor, también necesario, y en esas, discos como Dream Harder no entraron en los planes de nadie.

Mike Scott dejaría de usar el nombre de The Waterboys en sus dos siguientes trabajos, también injustamente olvidados, y no volvería a presentarse como grupo hasta A Rock In The Weary Land en el año 2000, pero esa es otra historia. Lo dicho, nunca es tarde para redescubrir la obra de un artista que quedó encasillado en el esterotipo musical de sus discos más popualres, pero que merece la atención con discos como este. Ah! y recuerda soñar con más fuerza.


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