
Mike Farris entrega en The Sound of Muscle Shoals canciones agradables pero faltas de punch, de garra y sudor. Disfrutables pero efímeras.
De uno de los fundadores originales y líder de The Screamin’ Cheetah Wheelies, grupo esencial de los ya lejanos 90s, poco o nada malo podemos decir, pero sí podemos decir algo que sea menos bueno, terrestre, mundano. Mike Farris lleva en modo jubileo bastante tiempo. En modo relax, apoltronado en su cómodo sofá. Sí, vale, firmó el estupendísimo «Shine for all the people» hace más de una década y, hasta hoy, el normalito «Silver and Stone» del 2018 vino para amenizarnos los días que no a provocarnos desfibrilaciones, pero poco más de rompe y rasga.
El de Tennessee nos regaló hace un par de años un regreso sobrecogedor con la banda madre con gira incluida pero fue un pequeño paréntesis en su carrera en solitario donde parece haberse entregado al soul, al gospel y al terciopelo. Ahora toca rendir homenaje al sonido Muscle Shoals, ese que parece haber sido creado para su voz, para su energía, para su magia. Y qué queréis que os diga, el disco le ha quedado de lujo y se escucha y se disfruta del tirón pero podía haber arriesgado más pues al caldero le falta sal, y al final queda en anécdota, en escucha temporal y pasajera.

La sensación es sí pero no, que podía haber hecho mucho más y poner toda la carne en el asador, pero bueno, qué voz! qué bien suena todo, qué gustazo de primeras! luego, es verdad, deja un sabor a precocinado, a recalentado y aún así nos gusta, cómo no nos va a gustar?! si es Mike Farris!!! Pues sí. Me gusta pero no me acaba de enamorar, hay algo que no, y queda por tanto como un entretenimiento al que no le veo mucho recorrido en mi humilde morada pudiendo escoger otros discos y canciones de ese mismo monstruo americano que maravilla con ese soul gospelizado pero que no acaba de embrujarnos últimamente.
Grabado en los FAME studios junto a músicos de nivel como Will McFarlane a la guitarra, el bajista Jimbo Hart o Clayton Ivey a los teclados nada puede salir mal como bien demuestran en la inicial y energética «Ease on», souleando y dotando de guitarras un temazo adictivo…. Si todo fuese así… pero se acomoda durante el disco, se hace previsible y porqué no decirlo, algo comercial. Hay tonadas que son la monda lironda como «Heavy on the Humble, «Bird in the rain» y «Bright Lights», y otras como «Swinging» (versión de Petty) y «I’ll come running» que gustarán a muchos pero a las que les falta un plus, un atrevimiento que aquí no encontramos.
Personalmente me he quedado a medias, ni fu ni fa, ni frío ni calor… 0 grados. No es que me haya decepcionado pero es muy plano y comercial en general, y cuando baladea como en «Her» o en «Learning to love» es cuando más vemos esa faceta comercial que quiere gustar y gustarse. Antes aún quedaba buen gusto con «Slow Train» pero la dupla final vuelve a caer en los mismos errores. Y bien, la vuelta de Farris siempre es una alegría, y siempre le escucharemos atentamente pero, sabe mal decirlo, a este disco no le doy mucho recorrido.
Mike Farris – The Sound of Muscle Shoals (2025)

01.- Ease On/ 02.- Heavy On The Humble/ 03.- Swingin’/ 04.- I’ll Come Runnin’/ 05.- Bird In The Rain/ 06.- Slow Train/ 07.- Bright Lights/ 08.- Learning To Love/ 09.- Her/ 10.- Before There Was You & I/ 11.- Sunset Road .
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Hombre, para gustos colores, pero para mi es un discazo. Uno que estará en mi top del 2025. Quiere gustar claro, como lo hacian los grandes del soul con sus hits y baladas. A nivel vocal, de arreglos y compositivamente para mi gusto sobresaliente. Cumple con lo que muestra, canciones para agradar, bailar y emocionarse. No se. En mi humilde opinión.