Crítica disco de la banda californiana Pacific Range firma un disco hermoso, soleado, positivo y marihuanero. Sonidos retro-vintage de country-cósmico y americanismos varios.
Realizadas las presentaciones sería el momento de ponernos con este soberbio artefacto musical. De esos que van calando y se hacen imprescindibles. De esos que gusta escuchar mientras el sol nos golpea el rostro y la cerveza fría se desborda espumosa. El sonido Laurel Canyon está ahí, es evidente. Como también lo es la influencia de Brent Rademaker (Beachwood Sparks, Gospelbeach) quién impregna su sabiduría y buen hacer en cada tema. Otro tema, para nada baladí, es la secuencia de las canciones. Increíblemente bien escogidas, haciendo de este disco una experiencia vintage casi imprescindible por todo lo que conlleva: portada, vinilo (creo que doble), secuencia de canciones….. sonido… Brutal. Sí, este disco se ha convertido en poco tiempo en un favorito personal, y a todo que le dediquéis tiempo, fácilmente se convertirá también en un favorito para todos vosotros.
Difícil me resulta analizar canción a canción el disco. Todas. Absolutamente todas ellas. Todas las canciones, son sobresalientes. Como decía, la secuencia hace que sea un viaje placentero y memorable. Claro está que tengo mis favoritas pero es un disco para escuchar del tirón, vinilo en mano, y respetando cada canción, de principio a fin. Abre la maravillosa «High upon the mountain» que da nombre al disco. Qué queréis que os diga. Es excelente. Trontona, positiva y emporrada…. Singing the breeze, singing the breeze… La herencia de los Grateful Dead siempre está presente pero por ejemplo en «Heartbeat of change» es obvia. Otra delicia de dimensiones siderales. «Studio Walk» es mi favorita instrumentalmente… es sensacional…. y qué decir de «Rainbow song»… preciosa hasta morir. Otra favorita personal es «Santa Monica (Through the canyon)» donde sin tapujos la alargada sombra de Tito Neil cobra vida. POM. Y así podría estar todo el santo día. Intentando venderos el disco, sus canciones. Claro, que está vendido de antemano porque es tan bueno que a quienes no les gustase deberían invitarles a abandonar el planeta. Es imposible no destacar la muy Allman «Coming after you», el boogie de «Swamp Meet», o el impresionante final con «Nothing else more» que resume ese espíritu hippicaliforniano donde pueden entrar los CSN, los Dead, los Allman y todos los grandes de esa época. «Pacific Range» es retro, es vintage. No tiene nada nuevo, ni por supuesto ni un fallo. Todo excelente. Todo bien mezcladito, su country-rock cósmico, su bluesjazzero, su rocanrol trotón y marihuanero. Sí, disco sobresaliente. No se lo pierdan.
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No tengo ni idea, pero queda apuntado para catarlo a la mayor brevedad, buenos referentes y referencias.
Abrazos.