Críticas Discos

No me iba a quedar yo sin dar mi propia visión de Nirvana en el aniversario de marras, más bien tarde que otra cosa. Para ello veo necesario recuperar un disco y en este caso me agarro a Incesticide, aunque sea sólo por el recuerdo de juventud y lo que en su día significó para mí.
De Nirvana ya se ha dicho todo o casi todo. En su día se vertieron toneladas de tinta, y en su breve existencia posiblemente se vendieron más camisetas y pósters que música, un estatus mediático comparable a otros artistas, pongamos a Lennon salvando todas las distancias musicales, claro. Tal desmedida popularidad tanto en activo, como a posteriori, les convirtió en objeto de intenso amor incondicional por parte de los fans que aún mantienen su divinidad a día de hoy (club del 27 y demás pamplinas), como odiados por las élites de entendidos sibaritas con el «sobrevalorado» a punto en el gatillo.

Pero podríamos decir que Nirvana fue a Pearl Jam, lo que una década antes los Sex Pistols fueron a The Clash, y a mi modo de ver no fueron ni mejores ni peores que nadie, fueron lo que fueron, un grupo generacional de guitarra, bajo y batería que sonaba en la radio con unos esquemas rock conocidos, pero a su vez con marcado carácter propio y original pese a quien pese y tuvieran las claras influencias de quien las tuvieran, se llamen Pixies, REM… etc. tengo claro que los noventa no fueron sólo grunge y brit-pop, por supuesto, si acompañó cierta euforia general y de algunos de los artistas clásicos que se habían perdido por senderos de calidad cuestionable años antes y que volvían a primera línea con obras revitalizantes que incluso en ocasiones superaban a los mismos jóvenes en escena, pongamos a Neil Young, que por cierto dedicó un muy buen disco a Cobain en el 94, Sleep With Angels, palabra de Shakey, te alabamos señor.

Se les consideró el pistoletazo de salida de una regeneración de la industria discográfica, posiblemente manejada a altos niveles, que pretendía llevar a primera línea el underground que durante la década anterior había encontrado caminos alternativos y más excitantes (década la anterior que por cierto había escapado con mejor suerte a los parámetros y reglas del propio bussiness), y también como contrapartida al estancamiento de la música en circulación por los canales comerciales. Bien es cierto que a partir de que Smells Like Teen Spirit sonara día y noche en la Mtv, muchos jóvenes empezaron a pensar en la posibilidad de ganar millones siendo «indies» más que intentar ofrecer una propuesta original y sincera desde la más absoluta independencia artística, digamos que es más que probable que el boom Nirvana se cargara el rock-alternativo tal y como se conocía hasta ese momento, y eso muchos no lo perdonaron.

Aunque realmente no fueron para nada conscientes de lo que estaba pasando, el propio Cobain, aún en vida, no paraba de contar por todas partes que el no quería fama, repetía el nombre de sus grupos favoritos siempre que le dejaban, él sólo quería hacer canciones de punk-rock y ser segundo guitarra de un grupo. Allí entró en escena el avispado ejecutivo David Geffen que la década anterior había conseguido sacar máxima rentabilidad a la rebeldía juvenil con Guns n’Roses, gallina de los huevos de oro que curiosamente en 1991 empezaba a ser más puta que artista, ya nadie les reía las gracias e imperaba encontrar un grupete moldeable y perfecto para relanzar la siguiente franquicia de rebeldía juvenil, suena duro, pero entre bambalinas el mundo del rock es un fiel reflejo de todo lo demás. Y allí que encontró a Nirvana, y allí que Nirvana empezó su final.

Bleach es un disco muy descompensado y con sonido casi-demo, pero ya dejaba entrever algunas de las virtudes de la banda, con canciones con pegada como About A Girl, una gran canción, aunque también hay que decir que Sub-Pop les presionó para que sacaran un sonido concreto, en todos los sellos cuecen habas. En contraposición Nevermind es un disco que para mi es demasiado limpio y producido, con las canciones del superventas y un sonido más Inscesticide el resultado hubiera sido infranqueable. Así que llegamos a esta recopilación no muy valorada en su día, ni ahora, pero que es reivindicable como la que más.

Dive es una buena manera de empezar, típica canción nirvanera que podría haber entrado en cualquiera de los dos discos anteriores, aquí la producción es perfecta, bajo ochentero en primer plano, sección rítmica contundente, riffs simples y pesados, y la amargura existencial de Cobain haciendo acto de presencia. Sliver continúa la misma dinámica pero aquí Cobain ya muestra su capacidad para el fraseo con gancho pop y la melodía en la parte relajada del verso, Kurt Cobain tenía más allá de su amargura existencial una capacidad para hacer canciones con pegada fuera de toda duda. Así pues, independientemente de consideraciones extramusicales, canciones como Stain son realmente buenas, rock alternativo (de verdad) y muy digno, con su correspondiente solo disonante absorvido de sus influencias y que tanto se copió a lo largo de la década. Been A Son mantiene un muy buen nivel, lo bueno si breve dos veces bueno, tres acordes y al grano, como casi todas las canciones en este recopilatorio que no se extienden mucho más allá de dos o tres minutos.

Se atreven con una versión de Devo, el Turnaround que se traen a su terreno de manera asombrosa, y si atendemos a la original uno perfectamente pudiera preguntarse cual fue primera. Se marcan otras dos versiones del grupo The Vaselines, formación que le encantaba a Cobain y no es de extrañar con canciones pop tan redondas como Molly’s Lips, una de las joyas del disco y de mis preferidas, como también lo es Son Of A Gun, y que de alguna manera marcaba sus querencias más power-poperas hacia los derroteros de los Teenage Fanclub, de ellos también rescataría Jesus Doesn’t Want Me for a Sunbeam para el unplugged.

Y llega (New Wave) Polly que no cambio ni harto de vino por la original, una joya de punk-rock ramoniano que en cierta manera viene a mostrar lo que hubiera pasado si no se les llegan a meter hasta la cocina con su Nevermind. Beeswax es despiporre punk de distorsión desatada, no menos urgente es Downer despachada en menos de dos minutos como Mexican Food, y Hairspray Queen una de mis preferidas, con el bajo jugando a protagonista, y ritmo original, que bien nos podría remitir a Primus si se quiere, como Aero Zeppelin que no se si por el nombre, pero guarda cierta cercanía en su desarrollo y cambios de ritmo a los padres del hard-rock, aquí en su versión más deslavazada. Big Long Now es un medio tiempo que se escapó del Bleach por los pelos, la más larga, podríamos encuadrarlo por igual en un universo más gótico si cabe, y cerrando otro de los highlights del disco, Aneurysm fue una de las fijas en su repertorio de directo y de las preferidas de sus fans, canción perfecta en el propio universos sonoro de Nirvana, riff reconocible a la legua en su arquetípica tormenta-calma, contundencia rítmica y gancho de estribillo berrido-coreable.

Dejando a parte cualquier tipo de consideración coyuntural y el hecho de
que fueron exprimidos hasta decir basta, víctimas
de los tejemanejes en los despachos y del merchandising atroz, y para colmo ninguneados por los
«entendidos» a nivel artístico por su condición de superestrellas,
Nirvana fue un buen grupo de rock si es que se trataba de agitar
guitarras con energía y conectar con la juventud. Hoy por hoy no puedo decir que sea una de las bandas de mi vida, el camino recorrido es largo y amplio, aunque en cierto momento fuimos juntos y sentí todas sus canciones y letras como propias y extensibles a mi propia juventud, por supuesto también lloré la muerte de Cobain, cogí una buena cogorza en su honor y me escuché del tirón todas sus canciones, pués fue la voz generacional para muchos que entonces empezábamos a descubrir la grandeza del rock entendiéndolo como la mejor arma de expresión de nuestra propia condición juvenil o simplemente del sentirse diferente, con el gran aliciente que supuso el hecho de experimentarlo al igual que los jóvenes de finales de los 70, el rock volvía a sonar en las radios, y aún hoy me resulta increible que Nirvana con su esquema simple y guitarrero adornado de berridos, compartiera programación con todas aquellas propuestas que no salían de la zona de confort, fue muy grande, y ante tal consideración no me queda más que guardar el mayor de los respetos independientemente de las pelusas, con razón, de los que ya estaban allí cuando ellos se comieron la pantalla del televisor y el pastel de la popularidad, es incuestionable que en su repertorio hay un puñado de canciones que merecen estar en el olympo del rock cerca de los Pistols.

Vale, este disco es producto del ansia mercantilista y sin escrúpulos de su compañía que intentaba aprovechar el tirón de la banda en pleno boom, compuesto de rarezas, grabaciones en la BBC y canciones perdidas en recopilatorios y EP’s, aunque para mí es el disco que mejor representa a nivel musical lo que Nirvana eran en esencia, digamos que junto a In Utero, antes de que la banda fuera absorvida por su propia popularidad desembocando en el fatal final conocido por todos. Incesticide es un buen catálogo de sus grandes bazas, urgencia punk-rock, guitarras sucias, estribillos con gancho y mucha verdad. Un disco que ha pasado muy bien la prueba del tiempo y que aún resulta muy recomendable.

Por Chals
Remaqueada levemente de ON THE ROUTE

 
Nirvana – «Incesticide» (1992) 7/10
1.- Dive / 2.- Sliver / 3.- Stain / 4.- Been A Son / 5.- Turnaround / 6.- Molly’s Lips / 7.- Son Of A Gun / 8.- (New Wave) Polly / 9.- Beeswax / 10.- Downer / 11.- Mexican Seafood / 12.-  Hairspray Queen / 13.- Aero Zeppelin /  14.- Big Long Now / 15.- Aneurysm
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4 comentarios

  1. A ver, Chals, expones bien lo de que la industria necesitaba un grupo así, pero no nos engañemos, era un grupazo de tomo y lomo.
    Lo que sucede es que como muy bien explicó Kurt algúna vez, cuando componía le salían sin querer jodidas obras maestras y claro, eso al final es lo que queda.
    Para mi Nevermind es un disco fundamental y este Incesticide una colección de rarezas y caras B de su primera época de lo más agradecido.

    Abrazos truferos…

    1. Amigo Savoy, nunca he discutido su valía, es más, si lees bien expongo que muchas de sus canciones no desmerecen estar al lado de otros clásicos de similar calaña, Además es un grupo que en su momento adoré y que guardo en buen recuerdo, pero resumiendo, a quienes les divinizan les digo que su éxito además de por su música tiene un componente circunstancial importante, que en la misma línea todos podríamos nombrar algunos candidatos a reyes del grunge si miramos unos años atrás, y a quienes les llaman sobrevalorados les digo que Nirvana, pese a su enorme éxito y popularidad fueron un muy buen grupo de rock, no admitirlo es pelusa pura y dura. Por su puesto que Nevermind pasará a la historia como su mejor disco, aunque a mi hoy por hoy me cuesta, no me gusta nada la producción, pincho Incesticide, In Utero y el Unplugged, a elegir, bastante más. Saludos

    2. Efectivamente, dudar de Nirvana es poner en tela de juicio multitud de nombres de la historia del rock. Para mí de la movida grunge fueron los mejores sin que sea un género que me mate. Estoy de acuerdo en que aquel año, que lo recuerdo como si fuera ayer, se daba un componente circunstancial concreto, unos meses antes habían puesto en boca de todo el mundo los REM con su "Out of time" aunque distara de ser su mejor disco, ello allanó el camino para una explosión rockera como la de Nirvana. Ojalá todos los meses hubiese un hit como el de Nirvana a nivel popular. Nunca le he prestado suficiente atención a este "Incesticide" pero lo haré. Abrazos.

  2. Nunca he sido nada Grunge. No me pirro por aquellos grupos ni discos. Pero sí es verdad que Cobain y Nirvana eran algo especial, tenían un plus que los demás no tenían, y dejando de lado memeces y manías varias hay que reconocer su importancia y su calidad. Dicho esto, reconozco, sin vergüenza alguna no escuchar casi nunca (sólo su disco que todos sabemos) un disco suyo del tirón.

    Dicho esto, y leído el comentario anterior, me voy a poner el "Out of Time" de REM

    Otra cosa: el post de Chals, como siempre, una delicatessen del Exilio. Abrazo!

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