Críticas Discos

La primera y más temprana influencia de Randy fue Ray Charles. Quien a su vez, tiempo después, haría su propia y maravillosa lectura de «Sail away». Y cómo me gustan estos «cambios de cromos» en lo más alto del Olimpo. Para encontrar algo de ese nivel, eso sí,  tenemos que retroceder hasta la epifanía de Cooke, saliendo definitivamente de la inocencia  gospel gracias al «Blowin’… » del maestro de Duluth… quien, por supuesto, haría su ulterior versión (descomunal slow burn) de «A change…» de «el hombre que inventó el soul».  En cualquier caso, que como introducción ya estaría bien la cosa, hoy nos quedamos con el primero de todos y su quinta referencia -estándar- de estudio de 1977 y que, adivinaron, no tiene absolutamente nada que ver ni con punks ni con new waves: Los «pequeños criminales» del gran y sinpar Randy Newman… casi nada.
Recordando ahora que ya puse la entrada sobre los «Good old boys» tiempo ha en esta casa y que, como le ocurre a mucha gente, cuando me da por este tipo entro en una especie de trance newmaniano que no me permite escuchar otra cosa hasta pasados unos días, toca ya ir perfilando lo que sería abarcar el álbum en si huyendo, en la medida de lo posible, de los tópicos que envuelven al creador de «Lousiana» (lo que no es correcto del todo a dos bandas: si le suman 1927 es canción y si le quitan las comillas es dato biográfico del artista). Cuestión que, claro está, no me es precisamente sencilla… Cuesta demasiado el no perderse en lisonjas y parabienes con la obra y arte de este hombre… Sin ir más lejos, comentaba el otro día en cierta red social que con Randy Newman tengo la tendencia natural de despejarlo del ámbito pop-rock para, de esta forma, no tener que compararlo con mis mayores ídolos y que estos, de repente e ipso facto, pasen a parecer más -póngamos- vulgares o terrenales. Y marcado ya el nivel que me suscita el músico, a fin que sepan a que atenerse y para no extenderme más, a por el disco.
Nuevamente, cómo no, tenemos una inacabable colección de ilustres echando restos en estudio (repite Cooder o, por ejemplo de muchos posibles también, tenemos a los Eagles al completo por ahí en medio), envolviendo el eterno discurso voz-piano de nuestro protagonista. Seguramente, además, «Little criminals» representa un crossroads inigualable en el opus de Newman, resultando el último de la serie inicial (con las cuatro masterpieces obligatorias que preceden) a la vez que un marcar territorio para lo que vendrá en adelante… Sí, pienso en verdad que este es el álbum que recomendaría en última instancia a todo el que no se haya acercado nunca al músico y quiera hacerse una idea orientativa de su carrera de la manera más rápida y feaciente posible. Además que, soundtracks al margen, es su disco que mejor funcionó en cuanto a popularidades… Y buena culpa, está claro, la tiene/tuvo el single y pieza inicial del asunto: «Short People«… Que no poca bronca le supuso por parte de algunos reductos enfermizamente mogigatos y tocacojones de la sociedad (pero cómo narices se puede tener tan poco sentido del humor como para tomarse en serio una frase como «los bajitos no tiene razones para vivir», es de locos !). Además con ese marchamo buenrollista que se gasta el tema… De verdad que hace salir el sol a medianoche y si alguien está jodido de ánimos que se deje de automedicaciones y homeopatías garraferas y se la ponga al descuido y sin cuidado hasta la mejora asegurada que representa. Por si fuera poco, ya de inicio, «You Can’t Fool The Fatman«, que mantiene formas y tono… «No puedes engañar al gordo, no eres más que un estafador de tres al cuarto y eso es todo a lo que puedes llegar», que le espeta a su falsario compañero de conversación en plena calle… Esa vieja conocida sensación con el conocido/amigo/familiar agonías que pretende generar compasión pero que, por otro lado, tú conoces de sobras y  no te queda sino lo de: «a ver qué te conozco muy bien, qué cuento me estás contando ahora»… Normalmente te callas, y/o hasta transiges, pero (ja) Randy dice en voz alta lo que por educación nos callamos (por lo menos a veces) para nosotros. Bravo y seguimos. Y lo hacemos, al tanto, con el tema titular: «Little Criminals«, la canción. Con este delincuente de pacotilla que no necesitamos a nuestro lado para nada… Viñeta urbana sobre una rata callejera, buscadora de problemas que no queremos cerca de los nuestros con el asunto de las drogas de fondo. Sin embargo llega el momento de regresar al país de los crooners, que nunca abandonará y que es lo que más marca y define sus gigantescos primeros pasos, para recordarnos que es realmente difícil encontrar un songwriter con la misma pericia sangrante a la hora de hacernos llorar cuando de según que guisa se viste… No me extraña que un maestro, a la hora de plasmar en palabras las sensaciones que derivan de lo musical, del nivel de Joserra tenga «Texas Girl at the Funeral of Her Father»   en un pedestal… La canción es ni más ni menos que los pensamientos de la muchacha en el lugar que reza en título, se recupera el acompañamiento clásico tan solemne como siempre y ese final («Está empezando a llover. Papá, salgamos a navegar»), con la música tan mínima como retuerce entrañas, logra que (sin duda) todo -o poco menos- parezca una broma al compararse (¿recuerdan lo que comentaba sobre evitar ponderar a este músico en base a los valores habituales del «artista pop-rock tipo»?). Para «Jolly Coppers on Parade» ya el tipo ha dejado de tocar suelo. Y es que aprovechar la inocencia de los recuerdos de un niño viendo «desfilar», encantado, a la pasma sin reparar en lo que de ello deriva (no tiene edad para percatarse) es juntar significado y significante a un nivel que hasta la palabra «genio» parece cojear. Por supuesto, con lo bonito de la música y demás, se puede tratar todo de un «mal pensamiento» algo mezquino y que estemos (realmente) asistiendo a un recuerdo de un desfile sin más pero, conociendo algo al tipo, ese «now they’re doin’ tricks for the children», por ejemplo, tiene una lectura colateral bastante abierta y en la que conviene reparar… Además, no me cuadra nada Randy haciendo una canción de gratitud tan transparente hacia el estamento policial sin retranca que medie, la verdad. Para cerrar la primera cara tenemos «In Germany Before the War» … Regresa la orquesta, qué preciosidad de música y letra (ese final:  «Nos acostamos bajo el cielo de otoño. Mi niña de oro y yo. Y ella está muy quieta»), ¿verdad?… Hasta que te enteras o alguien te explica que esa canción es sobre Peter Kürten: el mismísimo Vampiro de Dusseldorf que Lang inmortalizó en una de las mejores películas que nadie haya realizado jamás… Y la sonrisa se torna en sudor frío, y nos percatamos (por enésima) en lo inabarcable de las profundidades de carga de Mr. Newman. Qué pongan de una vez su cara en todas las enciclopedias del mundo existentes al lado del término «songwriter» y dejémonos de leches ya !.
Para empezar la B side conviene ahora recordar, y más a tenor de la última frase del anterior párrafo, que esa (bendita) costumbre a la hora de enfocar los temas en primera persona pero partiendo de punto de visto ajeno no le ha traído precisamente pocos problemas o Randy… El es un hacedor de canciones con todas sus consecuencias y hasta el finalizar de éstas, no se guarda nada ni se refugia en políticas correctas a la hora de contar historias. «Sigmund Freud’s Impersonation of Albert Einstein in America»  es una gloriosa chaladura en la que se pone en la piel del científico más famoso del S.XX en un viaje a las américas… para hacerlo quedar como un racista hijo de puta con problemas de envidia fálica («apéndices africanos que casi llegan hasta el suelo «) !. Tremendo, más integrando la intro (como lo hace) con un ritmo de marcha militar e interpolando notas de los himnos germano y yanqui por en medio. Y ese destacar el reverso más intransigente y retrógrado de la sociedad que se encuentra en el new world como algo bueno, rematando con un final «que tus Navidades sean siempre Blancas» (con marcado denuedo en el adjetivar final). Debilidad infinita esa «Baltimore» que sigue, todo un canto desesperado a un lugar querido que se está perdiendo y dejando perder. Con su ritmo contenido, aguantado hasta el límite, hasta que estalla en un chorus que brilla en la oscuridad y que es la muerte por envidia inmediata de los gloriosos Fleetwood al completo en su intachable periplo 75-79… «Nunca volveré aquí hasta el día que muera…» (me tengo que largar para sobrevivir pero que me entierren aquí, vaya). De ahí, en contraste con el lamento del que se tiene que marchar encontramos la nostalgia del que quiere regresar con esta nueva preciosidad que es «I’ll Be Home«: «Dónde quiera que vayas, y donde quiera que vagues, puedes volver que estaré esperándote». Todo un qué, para un tipo que ha cantado al país de arriba a abajo y de izquierda a derecha (ruego se repare en que omite muy claramente mentar ciudad o pueblo que valga)… Tú lugar no es geografía ni una franja horaria, son las paredes de tu hogar y ahí las banderas son paños de cocina. Sí señor.  «Rider in the Rain»  es un country western a ritmo de atardecer en el porche y oyendo el piano de la cantina de fondo (aprovechando muy claramente el pasar de «los águilas» por el estudio en los coros, además). Ya suele calzar alguna de estas de vez en cuando, ya… Y hasta aquí llega la sombra de la saga Williams, sí. Lo de «Kathleen (Catholicism Made Easier)»  tiene su coña marinera con ese chapurrear italiano por en medio y esos coros reverberados para la madre todos los blueseos en el álbum. Y es que siempre «ha enloquecido por las irish girls» y aunque ha recorrido todo el mundo se quiere volver a casa para casarse con la idealizada chica (o tipo de chica) que de ahí recuerda. Aunque, claro, hasta eso palidece ante una despedida tan sentida como la de «Old Man on the Farm» … Recupera las maneras de la muchacha que acude a enterrar a su padre en sentimiento (de nuevo ese ténue piano desnudo, minimizado hasta el llanto) para este anciano que barre el granero y se disculpa si ha permanecido en pie demasiado tiempo… Es su forma de vivir y la vida que conoce. Y puede que haya quedado atrás pero, joder, le sigue encantando «la manera como canta esta canción». Perdón, finalmente, por ponerle nota Mr. Newman… Pues quién cojones es nadie, no aquejado de una megalomanía malsana recalcitrante, para osar puntuar tan evidente e impagable grandeza y pretender que, para más narices, se le tome un mínimamente en serio.
Randy Newman – Little Criminals (1977) : 10/10
01. «Short People»/ 02. «You Can’t Fool The Fatman»/ 03. «Little Criminals»/ 04. «Texas Girl at the Funeral of Her Father»/ 05. «Jolly Coppers on Parade»/ 06. «In Germany Before the War»/ 07. «Sigmund Freud’s Impersonation of Albert Einstein in America»/ 08. «Baltimore»/ 09. «I’ll Be Home»/ 10. «Rider in the Rain»/ 11. «Kathleen (Catholicism Made Easier)»/ 12. «Old Man on the Farm».
Por Guzz
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15 respuestas

  1. Leido esto de desayuno, debo certificar que no hay un poro de tu cuerpo y alma que no este impregnado de randynewmanismo. Lo que me cabrea es lo bueno que eres cabrón. Me refiero a que cuando te infecta este puñetero genio , cuando habla uno de él balbucea y las piernas le tienblan, perdiendo fuelle como cuando se está locamente embobado y enamorado. Tú, como un Kubrick del comentario que eres, paseas tu camara de una manera precisa en una travelling perfecto que auna, contar lo que cuentas, compartir lo que emociona y entretenernos como a unos niños pequeños. Señor Guzz si hay alguien que deja pasar esta entrada sin interiorizar este disco, no merecerá la pena seguir dándole a este frikismo ong nuestro. Le aplaudo, me inclino y le grito un rotundo Amén.Esto es una POM como la copa de un pino americano.Gracias.

    1. Gracias a vos Master Joserra !. Al escribir sobre este señor me dejo conducir descaradamente por lo enorme de sus canciones (cada canción un mundo -o tres-) y procurar no cagarla demasiado por en medio abogando a la comprensión del personal. En caso contrario, desde luego, el mareo por vértigo está asegurado. Joder… La historieta del viaje de Einstein, el viejo de la granja, el chaval del desfile… Todo. En forma y contenido. Y "short people" con sus ganas de tocar la huevada evidentes… Un genio (pero de verdad y cualquier nivel, recordando lo que ud señalaba en la anterior entrada de "uno de los de los dedos de la mano") sin más, vaya… "Baltimore", por el amor de todo lo estimable en la fucking life… Abrazo guzzero !

    1. Sabiendo de sus buenos gustos por los sonidos yanquis añejos solo por "Rider in the Rain" y "Kathleen" este disco es para dar gracias berreando por la ventana. Pero es que cuando te zambulles en textos (y subtextos) ya es como entrar en la twlight zone, directamente… Sigamos machacando a Randy sin compasión, Archi !

  2. Hace dos días comentaba en otro blog (Mi tocadiscos Dual) lo poco que se habla de este pedazo de disco, Guzz. Mi favorita es "Jolly Coppers On Parade" (muy acertado tu comentario sobre su letra, por cierto), pero todo el elepé (que poseo en vinilo desde hace un cuarto de siglo más o menos) es tan sobresaliente como explicas. Cargado de razones y de pasiones en esta ocasión. ¡Bravo, querido!

    1. Es un discazo Gonzalo, sí señor. Me alegra esta coincidencia más pero, claro, no me sorprende: alguien con tanto respeto por la palabra escrita y apreciado narrador como vos tiene que disfrutar por fuerza con este monstruo. Es de cajón que tu tienes que "encontrar un amigo en Newman"…bueno vale, perdón por la gracieta con la Pixar de por medio y tal… pero hay que pensarlo, ojo, jaja… Abrazo Gonzalo !

  3. Ultimamente veo al señor Newman por todas partes, cosa cojonuda por cierto, no se que me da que te gusta el genio tanto como a mi, o mas.
    Gran reseña, como la de don bernardo en el tocadiscos dual que comenta Gonzalo.
    Abrazos

    1. En mi caso Addison es como una gripe más o menos semestral… Pero, está claro, bienvenida es poco y lo único, eso sí, que mientras me dura no tengo tiempos para otros artistas… Acostumbro a salir del mono con gente con cadencias muy suaves. Cosas del tipo Simon, Ira Kaplan o Elliott pero, joder, que difícil qué és aún por esas… Abrazo guzzero Mr. De Witt !

  4. Tremendo lp mezcla de sentido más comercial y de gran autor. completando un outtake de este disco GOING HOME 1918 aparece en el box set. Outtakes que se saben que exitesn LET IT RAIN, JUNKIE SONG , 1492, pHILADELPHIA, YOUN LIED MELODY y un tema que dicen buenisimo HARD HAT BLUES. Desgracidamente no los tengo ni he escuchado. De esa e´poca es la colaboracion de Randy con James Taylos en el disco de este Gorilla en el tema Ligthouse.El tema I'll be home es rescatado de antaño pues fué escrita para la cantante MARY HOPKINS y ofrecida aMccartney saliendo rebotada hacia el amigo beat Harry Nillson ( incluida en su discazo sings Newman).

  5. Gran postarro como es habitual, podría ya quitar eso de Subrerranean… y tal y tal y meter el In Guzz We Trust y quedarnos tan anchos. Soy ignorante al respecto, solo tengo Trouble In Paradise y 12 Songs, dos discos enormes también. Este lo apunto como siguiente referencia a agenciar, todo lo dicho y como, me suena a grandeza absoluta. Saludos Don Guzz

    1. No tengas el morror de decir que eres ignorante que como me pases la cuenta frego platos hasta navidad (y no de este año). Esos dos discos que dices valen por docenas de otros y comprarse un disco de Newman, aún a ciegas (y borracho), es para mi como pescar krakens en un barril… Error imposible ! Eso sí, dentro del putoamismo total, este de hoy, sail away y good old boys son de los de jugarse la vida en un incendio. Abrazo Chals !

  6. A mi siempre me gustó la de I love L.A., de hecho tengo la traducción en mi blog junto el hay un amigo en mi para que los mas jovenes lo situaran. Me gusta esa vertiente rockera tipo beach boys del tema, pero sin duda Randy dejó su sello en multitud de discos y bandas sonoras. Un grande.

    Saludos

  7. Coñe, es que es un temazo "I love L.A" ( y "trouble", insisto, un señor disco) con esos gritos de guerra cachondos como ellos solos y demás… Nada, que voy de visita a lo que comentas y saludos guzzeros !

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