Conciertos

…la enésima lección de integridad rocanrolera por parte de todo un referente a seguir y admirar… 

Cómo pasa el tiempo, casi un lustro sin ver en directo a Lapido con su banda, concretamente desde la presentación de aquel fenomenal disco que llevaba por título «Formas de matar el tiempo«. Eso sí, algunas cosas destacadas en ese intervalo, sobre todo la fabulosa gira «Maniobra de resurrección« con los Cero que tanto nos hizo vibrar a los suficientes privilegiados que asistimos a algunos de aquellos legendarios eventos.

Con José Ignacio Lapido Crónica concierto Loco Club de Valencia 2
La Sala Loco Club de Valencia exhibió un aforo considerable, digamos que casi lleno aunque nunca lo suficiente dada la magnitud de lo acontecido, un ‘sold out’ hubiese sido justo y razonable. Ahora bien, me atrevería a poner la mano en el fuego de que ha sido la vez que más me ha parecido abarrotado un garito entre los conciertos que un servidor ha visto de The Grandmaster.
En cuanto a la actuación no hubieron excesivas sorpresas, al menos para los más fieles. Como es costumbre el granadino no falla en estudio ni en directo y, en este último apartado, siempre da la sensación de que todos los aspectos que lo rodean están meticulosamente calculados, desde el orden del repertorio a cualquier detalle de sonido.

«No soy mejor ni peor que cualquier vino malo del 62«, toda una declaración de intenciones, podríamos decir que ese verso sirvió de pistoletazo de salida y que con los «Pájaros« incandescentes dejamos sonar su música una vez más. Después, «Nuestro trabajo«, además de reivindicar su dilatada trayectoria, fue la primera del que sería, lógicamente, el plato fuerte de la actuación, su flamante último álbum «El alma dormida«. A lo largo de la velada sonarían posteriormente «Mañana quien sabe«, «¡Cuidado!«, «Como si fuera verdad«, «Estrellas del purgatorio«, «Dinosaurios«, «Lo que llega y se nos va» (seguramente una de las que más hizo vibrar a la concurrencia), «La versión oficial«, «No hay prisa por llegar« y «Escalera de incendios«.

José Ignacio Lapido Crónica concierto Loco Club de Valencia 1

No faltaron clásicos de todos sus discos, desde la siempre extraordinaria «Luz de ciudades en llamas» hasta «Cuando el ángel decida volver» como colofón a modo de himno trascendental. Entre ambas discurrió el espíritu más vibrante y rocanrolero marca de la casa con «Lo creas o no«, «Noticias del infierno«, «El dios de la luz eléctrica« o «Cuando por fin«. Se sumaron baladas cartográficas o celestiales como «Algo me aleja de tí«, «No queda nadie en la ciudad« o «En el ángulo muerto«, y retumbaron inolvidables coplas que representan a los perdidos y desencantados como «No digas que no te avisé«, «La antesala del dolor«, «El más allá« y «La hora de los lamentos«.

En la chistera de Lapido quedaron varias docenas de temazos que nos habría encantado escuchar. Otra vez más el que suscribe se quedó sin “El carrusel abandonado” aunque resulta obvio que todas no podían estar. Con el oficio y actitud del granadino y sus acompañantes se produjo la enésima lección de integridad rocanrolera por parte de todo un referente a seguir y admirar. Ojo, pero reducir todos los elogios al maestro sin insistir o realzar la labor del resto de miembros de su banda sería tremendamente injusto porque ya les gustaría a muchos llevar consigo en directo tales complementos. Un guitarrista como Víctor Sanchez es sentimiento, técnica y adrenalina, un teclista como Raúl Bernal es tensión y pasión, un batería como Popi González es garantía y convicción, y un bajista como Jacinto Ríos es seguridad y elegancia. Pues eso, que la música de Lapido continúa sumando. Y que dure, nos hace demasiada falta, nos permite sacar pecho y sentir orgullo de algo nuestro.


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