Discos Críticas

¿Cuál es la diferencia de The Unseen In Between de Steve Gunn con
sus trabajos anteriores y sobre todo respecto a su obra magna Way Out
Weather (2014)? Insistimos, la lente de su cámara. Ha cambiado a Leica y
eso se nota. Estamos, brothers and sisters, ante el primer candidato personal a disco del año 2019
Steve tiene un talento fuera de lo común. Es un gran guitarrista pero un vocalista del montón aunque resulta perfecto para sus propias canciones porque son suyas y las carga así de personalidad, son reconocibles al instante. Pero hace falta tener mucho gusto para con tan poco registro adaptarse a su sonido txirimiri, hecho de capas de humedad folk-rock con los efectos de sus guitarras, la marca de su casa.
No puedo estar más orgulloso de haber incluido su Way Out Weather en mi libro. La reseña exiliada luego maqueada para la edición física la podéis leer pinchando. Quiero únicamente destacar una conclusión de la misma que se convirtió en título del capítulo: «el disco es un despliegue de tratados de guitarras cartesianas, de viajes de Gulliver»
La música de este nuevo genio empapa y solo surte los efectos si la dejas que penetre por todos tus poros con mucha tranquilidad y si es en mitad de un viaje mejor.
La novedad de propuesta que considero cuarta-aunque él tiene algún disco más y varias colaboraciones- no deja de ser un intento de traspasar la barrera de exclusividad del club de los sibaritas, o mejor dicho, llegar a un mercado más grande y hace que The Unseen In Between cuente con canciones más acotadas en estructura y minutaje al esquema del pop, digamos ochentero, pero eso ocurre con Vagabond, donde Johnny Marr o los Go Betweens aparecen como fantasmas o New Moon, ambas con trampa ya que tampoco se ciñen a los tres minutos pasados ya que llegan a los cinco. Y eso es porque la guitarra de Steve tiene que buscar un intervalo o crescendo en el que quemar pastillas porque sin ello no podría completar su necesidad de expresión.

Para sus dos gloriosas baladas-si es que se las puede llamar así- se queda en de los 3 a los 4 minutos y están secuenciadas perfectamente: Stonehurst Cowboy (dedicada a su difunto padre y estremecedora) y Moning Is Mended, ambas cortan la respiración. El tono general es muy tranquilo, pero misterioso, no solo en estas dos gemas. Él ya lo dice en las entrevistas: el enfoque es más en esta ocasión desde la guitarra acústica sin ser un disco acústico.
La grabación y masterización también es más pulcra sin que signifique esto sinónimo de blandiblup. En formato cd original que es el que tengo (no es normal que te soplen 30 pavos por la transformación vinílica de algo digital desde el inicio) suena que asusta de claro y profundo, de crujiente y con alma. Se llena toda la estancia de niebla, de gotas frías que casi son nieve como cuando el sábado bajaba solo en el coche por la peña Angulo a Bilbao, escuchando esta soberbia colección de canciones.
También sorprende su variedad: son nueve y hay alguna que es típica Gunn, es decir, sobre una figura de guitarra generar un mantra tántrico que te enmaraña al estilo Yo La Tengo, como por ejemplo New Familiar que bien pudiera ser de los dos discos precedentes. Pero para que eso te moje se requiere soledad, pinchar suelta Vagabond-lo puedes hacer con cualquiera que le va a encantar-pero el disco completo mejor tú mismo. Digamos que como nieto de la Velvet y de los santos folkies acústicos británicos, sabe que la paleta tiene que tener varios colores si quieres componer un Turner, que es un poco a lo que suena. Y tiene que ser el hito que suponga su escalada a otro estadio, el del reconocimiento en la medida de su calidad que para el autor siempre es el más gratificante. Pero para nada se ha vendido, digamos que Steve ha enfocado y ha encontrado una lente que capta mejor el detalle.

Vamos con el set:

En los tacones del mejor John Martyn época Island Records y el David Gilmour más romántico de su primer trabajo tras la bronca del Animals, comienza la aventura con New Moon. Los acordes de acústica trazan la madeja y al fondo una melódica o armónica le da toda la panorámica al encantador viaje lunar. Los solos juguetones se hacen esperar pero llegan en unos segundos de plena clase.

Vagabond, el perfecto single, es un homenaje indirecto a los Smiths o mejor dicho, al indie de los ochenta, australiano incluido, en el que todavía la melodía era reina. Es la primera canción realmente pop de su carrera, es simplemente preciosa.

Chance pertenece a las tapadas, esas que crecen en tí con las escuchas y lo que más destacaría de ella es su clase, sus ganchos y que realmente me recuerda a los discos mágicos de Real Estate o de su señor líder Martin Courtney. Capas de fina lluvia que llegan con rima y gracia.

La intro de cuerdas sobre caja de madera noble de Stonehurst Cowboy ya te deja catatónico y ese aire al Led Zeppelin III y lo sentido de su interpretación (estamos cantando al padre que se ha ido para siempre) la convierten en un clásico instantáneo y es que The Unseen está cargado de ellos…si esto parece con varias escuchas…al tiempo.

Luciano que aparece en el mismo tono acústico en sus primeros dos minutos, va poco a poco enriqueciéndose en matices y arreglos celestiales, sutiles hasta que surge el nombre italiano. Es pura belleza, belleza infinita.

Pero lo suyo, el expertise de Steve Gunn, es generar un mantra de una figura de guitarra aparentemente sencilla y en círculos generar una bola de fuego. Eso que en Way Out Weather nos dejó sin habla. Aquí se llama New Familiar y es la más larga, casi llega a 6 minutos y según pasan los mismos recibes por ambos canales del estéreo la avalancha de la electricidad de sus pedales con efectos y entre ellos te da tiempo a montarte tu propia historia que es lo que este tipo de canciones deben generar: que pienses para bien y no mirando atrás.

Lighting Field es muy discreta y puede llevar a conclusiones como las de mi camarada exiliado Johnny de que, en muchos pasajes, éste disco puede ser un tanto previsible. Pero no es un disco para escuchar y nunca volver, es un disco que como un fantasma te llama para que repitas experiencia. Eso al menos le ha pasado a un servidor desde que lo escuchó y no hace más que crecer su calidad.

Balada hermosa donde las haya es Morning Is Mended donde Roy Harper o su amigo y maestro Michael Chapman son el reflejo donde valorarla. Porque es tan difícil ya componer con ese talento… Steve lo hace. Quedáis avisados. Esta joya me tiene atrapado como si hubiera salido de uno de esos discos del sello Harvest allá por 1972 sin ser revivalista, con sonido moderno. O mejor atemporal, porque la first class es eso a lo que debe aspirar.

La canción cierre es un himno y se llama Paranoid y parece del final de un disco de Kevin Ayers (¿Hablábamos del sello Harvest?) o del, otra vez lo menciono porque me lleva a él, maravilloso debut del guitarra solista de los Floyd. Majestuosa.

¿Cuál es la diferencia de The Unseen In Between de Steve Gunn con sus trabajos anteriores y sobre todo respecto a su obra magna Way Out Weather (2014)? Insistimos, la lente de su cámara. Ha cambiado a Leica y eso se nota. Estamos, brothers and sisters, ante el primer candidato personal a disco del año 2019, el del mes de enero junto al de los Delines.

No nos vamos a olvidar en diciembre porque me temo lo vamos a tener cerca forever.

File under:

David Gilmour- David Gilmour
Hejira – Joni Mitchell
Atlas- Real Estate
Led Zeppelin III
Michael Chapman – Deal Gone Down


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