Calero - En la ciudad

Críticas Discos

El valenciano Javier Calero publica un disco en el que observa y cuenta su entorno y paisaje urbano.

Los adoquines de las calles por las que Javier Calero suele pasear son testigos y también juez y parte de sus canciones, de su sencillo y sabio vagabundeo…

En las primeras notas y sonidos que escuché de la canción de título homónimo del artista valenciano Calero (Combo Potombo, Stilo Gráfico) titulada «En la ciudad», volví a sentir algo que ya me es familiar cuando me acerco a ciertos autores mediterráneos, me refiero a ese sonido propio de su ubicación geográfica.

También el origen o entorno que rodea a Calero se hace notar en su música, tras varios temas escuchados, como la ya mentada o el corte titulado «En el barrio» cantada por Payoh SoulRebel, entiendo el arte de Calero como el propio de un creador de paisajes (urbanos) y micro-humanidades muy concretas y no demasiado extendidas. Igual hay quien piensa que peco de exagerado, pero me atrevo a concretar que Calero es una especie de Juan Marsé en valenciano y en cantautor.

Los adoquines de las calles por las que Javier Calero suele pasear son testigos y también juez y parte de sus canciones, de su sencillo y sabio vagabundeo, de su noble mirar al rostro de sus vecinos, amigos, amantes… Actúa como un testigo de la vida que recorre su entorno y zarandea a su gente, y los sonidos con los que adorna su diario de vivencias es el más apropiado, gracias a la atinada producción de Pepe Cantó, teniendo en cuenta sus coordenadas vitales y geográficas.

Estilos puramente vecinales y callejeros como el son cubano, el reggae u otras arengas caribeñas, tiñen de paisanaje y cotidianidad sus soflamas vitales y se muestran idóneos para estas canciones, que no pueden sino recordar a otros referentes que pueden servir de espejo como Manu Chao, Pata Negra, o Jarabe de Palo.

Pero no todo es marino ni caribeño. Un atmosférico jazz/pop en la sugerente voz de Carolina Driemel nos embauca en «Noches de calor» y en «Odisea espacial», cantada por el propio Calero, un pop/folk cósmico se adjunta a un tenue recordatorio de los menajes de los ochenta, con ambiguas texturas a lo Radio Futura.

El saxo de Tomás Genís remata un estupendo tema de sortilegios hippys y playeros titulado «En la playa». Congas y sección de viento para la caribeña y decididamente reggae «Las leyes de la conducta animal» que aporta color, calor y sensualidad al conjunto.

«Me meto en los charcos» mantiene vivo el espíritu vitalista y observante de todo el disco con una estructura más narrativa con Calero de nuevo en el micro. La más sofisticada «Hago y deshago», la melancólica suerte de Habanera «De paso» cantada por Javier Baeza y que tal vez sea mi momento preferido del disco o el colofón disco/funk «Nuestro momento» con la voz de Patty Kritten dan carpetazo a un álbum que parece llegado de un pasado feliz y lejano, como la fotografía amarillenta de aquél verano, de cuando hablábamos, y no por WhatsApp, nos besábamos y no por emoticonos y el disfraz que portábamos era indisuluble a nuestra personalidad y no marcado por un o una influencer.

El sello valenciano Bonavena Música en su apartado Infinito Discos distribuye y pone a vuestra disposición «En la calle» en el siguiente enlace y desde Exile SH Magazine me permito recomendarlo.

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