El peculiar Gurf Morlix vuelve con un nuevo trabajo.
…»Impossible blue» es otro notable disco; cierto que mantiene las habituales particularidades sónicas y melódicas de Morlix. Su sonido característico que contiene acentos folk, country, rock y blues…
Existe una casta de artistas que conducen sus carreras sin ceñirse a los dictados de la industria ni a lo protocolos de promoción habituales del mercado.
Músicos que proceden de forma independiente, como si las normas del negocio no fuesen con ellos. Su modus operandi suele consistir en componer canciones, escribir textos, encerrarse en un estudio con un grupo de colaboradores, grabar sus creaciones, publicarlas y recorrer tantos escenarios como les sea posible presentando su trabajo a un público, nunca masivo, pero siempre fiel y por lo general, satisfecho
El neoyorquino de Buffalo Gurf Morlix es un claro espécimen de esta especie: un productor y compositor que ha trabajado con lo más granado de la música americana de raíz, fiel escudero durante años de Lucinda Williams y productor de Slaid Cleaves, Robert Earl Keen o Ray Wylie Hubbard entre otros.
Hace años se decidió a cantar y grabar sus composiciones, y este recién publicado «Impossible blue» hace el número diez de sus trabajos en solitario.
Como es habitual en él, produce, compone, canta y toca todos los instrumentos excepto la batería, y lo hace en su propio estudio de grabación. El resultado también es el habitual: un disco excelente.
Pienso que como ocurre con otros artistas contemporáneos de Gurf que se caracterizan por un proceder similar, la costumbre de publicar discos notables y sobresalientes durante décadas, hace que sus nuevos trabajos, a pesar de rayar a la gran altura acostumbrada, pasen desapercibidos y no se vean bendecidos por los halagos generales y merecidos, se trata simplemente de otro gran disco de Hiatt, Hitchcock, Thompson o como en este caso, Gurf Morlix.
Porque «Impossible blue» es otro notable disco; cierto que mantiene las habituales particularidades sónicas y melódicas de Morlix. Su sonido característico que contiene acentos folk, country, rock y blues.
Con tendencia clara a los temas calmos y a los medios tiempos, las letras reflexivas que desglosa con su arenosa y cálida voz, con ese encantador aspecto quebradizo y un sonido que no por conocido de precedentes entregas resulta menos acogedor y óptimo.
Son nueve perlas las que componen este último trabajo, canciones llenas de alma y verdad, tanto musical como textual, su infarto de hace unos años le ha hecho más prudente y ponderado, actitudes que sientan genial a su música.
El disco es como una especie de sinfonía donde los temas de concatenan dando un resultado global de equilibrio y coherencia, por lo cual entiendo que es más interesante escucharlo del tirón y no hacer una disección del mismo por canciones, pero como muestra, me gustaría destacar la estupenda «Spinnin’ planet blues».
Probablemente no se hable demasiado de este trabajo, muchos dirán que se trata de un nuevo disco de Gurf Morlix, estupendo como siempre, y hablarán de otras novedades, pero ésto posiblemente sea parte del encanto que hace grande la carrera de algunos músicos.
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Me ha gustado. La voz de Gurf va ganando en matices, creo. Y eso me gusta.
Gracias.
El no quería cantar, y tardó un montón de años en hacerlo, componía para otros, tocaba todos los instrumentos imaginables y producía, pero no cantaba. Y no lo entiendo por qué me encanta su voz.
Abrazos.