Conciertos

con la fabulosa tragedia suburbial que es «Tu nombre», con el soberbio recorrido vital de «Mis ayeres muertos» y con la mitológica «Arcadia en flor» a modo de colofón, se pudieron remediar los estragos de la primera parte...

Alrededor de medio centenar de privilegiados nos dimos cita en el Convent Carmen de València con el fin de presenciar el único concierto de este verano que tiene previsto el maestro donostiarra Rafael Berrio para presentar su flamante último álbum «Niño futuro«, del que aprovecho para decir que no me cabe la menor duda de que es el mejor disco nacional (y si lo meditara detenidamente quizás internacional) del año en curso.
Con Rafael Berrio - Crónica concierto Convent Carmen, 2

Un concierto sin banda, como se dice habitualmente en estos casos «a pelo», en un convento religioso histórico de la capital del Turia, transformado desde hace un año en un atractivo e interesante centro cultural y gastronómico. Pero no es oro todo lo que reluce, y lo cierto es que se debería estudiar y mejorar la acústica en una capilla habilitada para estos eventos, máxime si se apuesta por traer a nombres de tanto empaque como Rafael Berrio.

Fue por ese motivo que, enchufado al equipo de sonido, con una insana reverberación y entre crecientes cuchicheos críticos de un sector de la concurrencia, acabaron convirtiéndose en inaudibles algunas piezas maravillosas de la talla de «Cómo iba yo a saber«, «Las mujeres de este mundo«, «Como Cortés«, «Sé libre, sé mía«, «La alegría de vivir«, «Santos mártires yonquis« y «La desgana«.
Precisamente al finalizar todos los temas de sus álbumes «1971» y «Diarios» del 2010 y 2012 respectivamente se produjo un certero dardo en voz alta de uno de los asistentes que con buen talante por parte del compositor logró un giro de la situación y lo que parecía perdido se convirtió en un milagro entre esas paredes del antiguo convento de clausura de San José y Santa Teresa.
Con Rafael Berrio - Crónica concierto Convent Carmen, 3

Con la liturgia existencialista de «Niente mi piace« comenzó realmente otro concierto, seguramente el que a la mayoría de los presentes había motivado nuestra comparecencia y el que suspirábamos según el desarrollo de los acontecimientos. «El mundo pende un hilo«, ese sobrecogedor final de «Paradoja», resultó sumamente emocionante, y fabulosas raciones del plato fuerte de la velada como «Dadme la vida que amo«, «Considerando«, «Mi álbum de nubes del cielo«, y «Abolir el alma« sirvieron para demostrar una vez más que Berrio posee la más genial y profunda lírica rocanrolera del actual estado español.

Finalmente, con la fabulosa tragedia suburbial que es «Tu nombre«, con el soberbio recorrido vital de «Mis ayeres muertos« y con la mitológica «Arcadia en flor« a modo de colofón, se pudieron remediar los estragos de la primera parte. Sí, con Rafa Berrio continuamos en las lindes del edén y del infierno. Los suficientes continuamos agradecidos y algún día debería obtener el reconocimiento adecuado a su grandeza.



4 respuestas

  1. Una pena lo de la primera parte, siendo el único concierto del verano sería una pena que se hubiese venido abajo entero.
    Veo que se salvaron los temas de los últimos discos.
    Abrazos.

  2. Qué pena que la mala calidad de sonido del local equipo del mismo, casi arrasa el trabajo de un gran y nunca reconocido Rafael Berrio. Me alegro que en la segunda parte se medio solucionará. También me alegra del modo con que Berrio se lo tomó. Y felicitar a los asistentes por su actitud tan entusiasta.

    1. El sonido de la sala me fastidió el concierto. Tenía muchas ganas de verlo y escucharlo. Se oía mejor desde los baños. No deberían concertar ese tipo de conciertos si no están preparados. Una lástima

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