Especiales Críticas Discos

«No es descabellado citarlo como la obra maestra que encauzó el soul hacia otros derroteros. El que fuera el Príncipe de la Motown daba un giro a principios de los 70´s con profundas letras y marcados posicionamientos sociales contra injusticias, pobreza, drogas o guerra de Vietnam» Juanjo Mestre en el libro «1050 Discos Cardinales»

Rezar es evitar que los pensamientos trepanen tu mente. Rezar, dicen los infieles, es convertirse en un robot que olvide. Se rezan oraciones y las oraciones son un conjunto de frases de re-petición de protección a un dios o a varios. Hay un momento en tu vida en que las abandonas porque no necesitas creer en nada y menos en modo de rosario inservible. ¿Dónde vas perdiéndote 35 minutos del día repitiendo avemarías?. Te sientes inmortal.

Pese a todo, uno siempre encuentra su plegaria perfecta donde rezar porque cada vez me siento más frágil que no viejo. What´s Going On (WGO) cuenta con la suficiente dosis religiosa que lo meta en cintura gospel pero que trascienda a todo tipo de creencia y no huela a incienso. Más terrenal, algo que te hace confiar en la posibilidad de transformación del género humano cuando compruebas que erre que erre éste entra como elefante en cacharrería en su propio medio natural/ social si su estatus económico y posición está en peligro.
WGO es el misal del cambio de la década de los sesenta a los setenta: las flores se marchitaron con la metralla de la guerra del Vietnam y sus terribles consecuencias en el orden internacional y social. Todo se volvió egoísta tras la disolución de los Beatles, símbolo supremo de que ya el paso de cebra no se volvería a cruzar todos juntos.
Marvin tuvo su epifanía y luchó por ella: él quería crear la jaculatoria más hermosa para tratar de parar toda aquella sinrazón desde el Detroit hasta Saigón. También abanderar el cambio de la Soul Music junto a su colega Curtis Mayfield para luego seguirles Stevie Wonder y Donny Hathaway. Y se obró el milagro contra viento y marea y con unos músicos, los Funk Brothers de la Tamla Motown, en pleno estado de gracia y sofisticación,  Nadie daba un duro por el sueño, que se lo digan al capo del sello de Detroit Mr Gordy al que todo le pareció una suerte de majarada invendible producto del consumo de drogas de su gallo ponedor de huevos de oro.
Tengo muchos discos, creedme, pero no creo que exista uno más pluscuamperfecto: no son canciones (que lo son), no es un sonido único (que lo tiene), no son unos textos (sublimes en su simplicidad tan Nuevo Testamento) sino es su discurrir, su groove, una sensación celestial de levitar dentro de su duración que nunca, en serio, nunca se ha vuelto a reproducir. Es como si Dios, según palabras del genio de Washington D.C. así fue, le hubiera poseído durante todo el proceso de composición y montaje de éste rezo paranormal.
Hoy, tras varios fallidos intentos por mi solemne respeto hacia tan magna obra (nunca me perdonaré que tenga un capítulo dedicado en mi libro aunque esté en toda su base) os quiero hablar de lo que siento por él o mejor cómo hace sentirme. El arranque de estos párrafos deriva de que mi madre lleva dos semanas y media en el hospital tratando de salir de su más que posible final. Necesito de alguna manera rezar y no se me ocurre mejor oración, pese a que ésta oración es generosa , como ella ya que abarca a toda la Humanidad tan malita como mi madre pero por otras razones. Quizás me gustaría que el ejemplo que me ha dado ella, se inserte dentro de las estrofas de ésta hermosa letanía, interrelacionar un milagro de disco con un milagro de madre y así arrancar de una vez por todas a llorar.
Es muy curioso que un rezo de 1971 suene todavía tan actual y moderno pese a sus referencias a los tiempos del pelo largo (hippies) y la transición setentera de la que hablábamos pero siempre me ha llamado la atención eso, su brutal atemporalidad. A su vez lo cool que resulta, casi como si Miles Davis o Coltrane hubieran sido cantantes. También la forma revolucionaria en la que grabó su voz en multipistas, lo que le da ese efecto de catarsis colectiva, de que el clamor de preguntarse «¿qué cojones está pasando?» se filtra por todos los frentes.Y también que no haya interrupciones entre canción y canción como con el Rosario. El único silencio sepulcral llega cuando tras el último segundo de los Blues de la Inner City concluye con esa coda final donde se vuelve al inicio para completar el círculo. A mi realmente en ese momento me apetece ponerme de rodillas y agradecer este tipo de religión. El bajo de James Jamerson, todo sea dicho, representa al espíritu santo.

Mi ama trataba de escuchar la misa de la TV en el hospital con unos auriculares pequeños aunque  nunca haya sido muy meapilas, ella lo hace por una tradición a unos valores transmitidos desde niña pero sabe de la transformación y lo importante de la libertad; nunca ha tratado de imponer nada a nadie y menos a sus hijos. Me comentaba, antes de llegar esa cena precintada que nunca se come, que si a los hijos nos los dejas sueltos vuelan de ti y nunca regresan. Qué magnífica pero cierta contradicción. A Marvin su padre, reverendo estricto, de alguna manera nunca le dejó volar y luego cuando su vástago volvió a él, desarrapado, drogado y violento, se lo cargó. Qué suerte mamá que me educaras con tus propias liturgias tan poco rígidas.

Necesitamos algo en lo que creer, un instrumento que automáticamente nos lleve hasta el interior de nuestros fundamentos acerca del respeto al prójimo y que con él encontremos la paz o la conformidad y que nos oriente en nuestros pasos. What´s Going On pertenece a esa ralea. ¿Y no es ese todo el sentido que debe tener una oración que en vez de dejarte atontado te ponga en acción?
Como todo concentrado de obviedades inspirado, receta al alcance de tan pocos, WGO tiene tantos prismas como emociones, culpas, sentimientos, propósitos de enmienda y altibajos tienes en un día de existencia. Quiero pensar que esa respuesta que Bob Dylan encontraba flotando en el viento y que Sam Cooke esbozó en A Change Is Gonna Come para que Curtis la sublimara con o sin sus Impressions, no es otra que la desarrollada en una pieza más larga como WGO. Ay si la realidad y el devenir de los tiempos cumpliera esos plazos y expectativas de la cultura en los círculos de quienes rigen nuestro Mundo y se hiciera caso a los apóstoles.
Mother, mother…es su primera palabra: madre de madre, madre de Tierra, madre del entendimiento y solidaridad entre iguales. Las oraciones para ser útiles tienen que servir para diferentes usos. «Ya sois demasiadas (las madres) las que estáis llorando/sufriendo» y «demasiados hermanos los que están muriendo» (conexión con Blowin´ in the Wind) mientras los padres no encuentran la solución fuera del apoyo a la confrontación y la guerra mediante su voto. Qué hermoso triplete donde solo faltan las sisters.
Y es entonces, cuando empieza el vacile callejero rapero de los primeros segundos, cuando le veo a Marvin con su gorrito de lana en las esquinas de Detroit y a mi madre luchando por descansar de tanta felicidad que nos ha dado y ha recibido por su único interés: dar sin pedir nada a cambio.

Y así sumido en WGO llegó a una conformidad con mi propia pena y empiezo a relacionar las cosas, a entender que hay que seguir hacia adelante y a sentirme en paz. Claro que me transformo en un robot pero con corazón, repitiendo sus frases, right on right on, como el efecto de una benzo sublingual.
Cuando llega Save The Children pienso en una terapia hermosa con la arruga bella de nuestros mayores que he visto practicar a mi sobrina con su abuela: enseñarle unas fotos de una preciosa bebé que ha tenido una amiga, lo cual le alegra la vista a mi madre, le enternece y explica el sentido de la vida y su necesaria renovación.
Little children today are really gonna suffer tomorrow
Oh what a shame, such a bad way to live
All who is to blame, we can’t stop livin’
Live, live for life
Y luego pasamos a la rabiosa actualidad con What´s Happening Brother donde me estremece siempre mi verso favorito y cómo lo canta:
Can’t find no work, can’t find no job my friend
Money is tighter than it’s ever been
No encuentro curro, no encuentro en que ocuparme, amigo mio
La pasta nunca me ha sido tan escasa
Lo veo tan actual y definitivo. El minesotarra de la respuesta en el viento actualizó el verso con la nueva crisis económica del XXI que asomaba la cabeza en 2006: money is getting shallow and weak/ la pasta se vuelve escasa y débil.
Y esta clase de verdades como puños bien hilados se tejen en WGO con hilo de seda china lo cual resulta mucho más evocador. Desde The Times They Are A-Changing no hubo disco de protesta semejante. La diferencia: el refinamiento es infinito, la trinchera el Cielo. Protest soul in action. Las líneas melódicas, las codas, se repiten en diferentes registros, los diferentes Marvins te van enredando por los canales del estéreo o los auriculares y llega ese cambio drástico como de despegue con las congas de Mercy Mercy Me (The Ecology) que te pone la carne de gallina con sus congas y ese saxo rabioso y fino del final que tanto influyó a Andy Mackay de los Roxy. Su Global Warming Blues tan tristemente premonitorio.
Mi parte favorita llega al final de la oración y no porque se acabe: Inner City Blues o la canción con el groove más espectacular de toda la Historia. Make me wanna holler…esta no es forma de vivir mamá. Un plano secuencia en toda regla: le veo y me veo transitando por las calles de la filantropía, con una abrigo de paño usado bien atado, soñando con un mundo mejor como ese que me sigue entregando mi madre basado en el respeto al semejante y la lucha por vivir, con un gorrito de lana, con una ilusión tremenda por disfrutar de aquello que solo te reporta amor a raudales: así es WGO, una oración de 35 minutos que me eleva a la aceptación de los hechos mediante nuestra religión, la única y verdadera, la que predicó el apóstol Marvin Gaye.

Por Joserra Rodrigo.


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