Josephine Network sorprenden con un excelente y mágico disco de queer-country-folk que es el tesoro oculto del año
Probablemente «No One’s Rose» es el disco más inesperado y tremendamente bueno con el que me he topado en lo que llevamos de 2023. No voy a ponerme flores porque no me he topado con él por casualidad. No. Leí al genial Brent Rademaker (Beachwood Sparks, GospelbeacH) comentando maravillas del nuevo disco de Josephine Network. No sabía nada sobre ello. Ni qué tocaban, ni a qué sonaban, ni qué pintas tenían. Si lo decía Brent tenían que ser buenos y, claro, fue ver la portada y me lancé a por el artefacto en cuestión.
Josephine es una cantautora y multi-instrumentista asentada en NY. Define su estilo como «power-pop queer ultralounge», así que sobran las palabras y adjetivos sobre su espectacular y genial aspecto, somos mayorcitos. Venía siendo acompañada por Toni Lynn (Apache, Motorgirl), Saara Untracht-Oakner (SUO, Boytoy), Nat Brower (Brower, Nancy), Keith Cayea (Brooklyn Bluebirds), Dorian Deangelo (Darien Rectangle), Max Hiersteiner (Dirty Fences, Hershguy) y Jay Pluck (EKP).
La banda la formaban ocho miembros que han parido ya un par de discos: «Music is easy» que ellos comentan se centraba en un estilo «soul-gum», y «Stocky Tunes» que rozaba el glam-punk y que realmente al escucharlo sorprende y seduce. Josephine saca varios singles, gira con The Lemon Twigs, auto-edita un «cassette» de música bailonga…
…Y entonces decide cambiar la formación de la banda, entrando Alana Amram de The Rough Gems, Adam Amram, Jon ‘Catfish’ DeLorme (Woods, Cut Worms, Young Guv), y el violín y chelo de Ben Wetherbee, lo que otorga a las nuevas canciones un toque countril psicodélico con regusto a Bolan y Donovan. El cambio, si has podido escuchar sus anteriores discos es gigantesco. Reconozco que su estilo pasado no es lo mío pero este «No One’s Rose» sí, rotundamente sí.
Es escuchar la inicial «All there is to say» y caer rendido a sus pies. Folk acústico, precioso y bonico, delicado y mágico que si tiramos un poco del hilo suena pastoral como una demo del mejor Cat Stevens para enseguida enlazar con una «Howdy Girl» simpática y tontuna que me embrujó a la primera escucha pues tiene algo de Bolan pero mucho, mucho más, del Donovan psicodélico de «Hurdy Gurdy Man», una mezcla infalible.
Sorprendente el cambio de sonido que ha dado la banda, incluso se atreven con un country clásico apasionante e hipnótico como es «Judge Judy» (sin duda una de mis canciones favoritas del disco) que destila humor y retranca, como también su hermana countresca «Shorts shorts, deep pockets» que es un despiporrre. En medio de ambas dos joyitas. Primero «Taken by this road» donde sale la vena folki, incluso roza aquella ensoñadora línea freak de Devendra y compañía. Y después «Sweetest song» que es perfecta de principio a fin. Clase, mucha clase.
La canción que da nombre al disco es simplemente sobresaliente. «No one’s Rose» es top. «Blueberry Pie» seguro que hace las delicias del bueno de Rademaker, algo Lennoniana, para terminar con «The last word is no» de manera sencilla y pura un disco corto pero excelso en calidad. Lo entregado en este artefacto sonoro es para no perdérselo, para escuchar una vez tras otra y convertirse en una imprescindible y joya oculta de este 2023.
Josephine Network – No One’s Rose (2023)
01.- All There Is to Say/ 02.- Howdy Girl/ 03.- Judge Judy/ 04.- Taken by This Road/ 05.- Sweetest Song/ 06.- Short Shorts, Deep Pockets/ 07.- No One’s Rose/ 08.- Blueberry Pie/ 09.- The Last Word is No
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Pues no la conocia pero el texto me lanza de cabeza en su busca. Saludos,