Conciertos

Crónica del concierto de Echo And The Bunnymen en la Sala Repvlicca de Valencia durante el 24 de septiembre de 2023.

… un cómodo paseo por los grandes éxitos con protagonismo en la voz de Ian McCulloch, tan cargada de registros y tan heredera de Jim Morrison de los Doors, junto a las atmósferas guitarreras de un Will Sergeant en perfecto estado de forma…

Volvieron los Echo & The Bunnymen a la capital del Turia, cuatro años después de la última visita, repitiendo el patrón habitual de los últimos tiempos y, en general, de esa leyenda musical que, durante la década de los ochenta, levantaron a pulso con cinco álbumes que actualmente siguen considerándose fundamentales para buena parte de fans y crítica.

Me atrevería a afirmar que el buen sonido en la sala Repvblicca resultó clave, tanto que acrecentó un concierto que podría resumirse como correcto, solemne, disciplinado y cumplidor, sin aspavientos, un cómodo paseo por los grandes éxitos con protagonismo en la voz de Ian McCulloch, tan cargada de registros y tan heredera de Jim Morrison de los Doors, junto a las atmósferas guitarreras de un Will Sergeant en perfecto estado de forma.

echo bunnymen repvlicca

Por enésima vez Ian demostró que no es el arquetipo de simpatía, que se halla más cerca de Lou Reed que de Robert Smith o Ian Curtis, y que parece que no se haya cambiado de cazadora ni de gafas oscuras durante, al menos, el último lustro, indumentaria que probablemente refuerce el secreto y el hechizo que lleva consigo la magia e intensidad de unas melodías ensoñadoras, llenas de contrastes, tan oscuras como luminosas, tan elegantes como retorcidas.

echo bunnymen repvlicca

“Going Up”, “Rescue” y “All That Jazz”, tres temazos del glorioso álbum debut “Crocodiles”, fueron los encargados de destapar el tarro de las esencias. De aquella época dorada inicial de los de Liverpool se sumaron la etérea “Zimbo” (para mí siempre será “All My colours”), la apasionada y bailable “Never Stop”, la equilibrista “Seven Seas”, la archifamosa “The Killing Moon” que provocó un desmesurado alzamiento de teléfonos móviles en modo grabación, y la suplicante “Bedbugs and Ballyhoo” que siempre ayuda a conectar con las especies que habitan en nuestra muy sufrida Madre Naturaleza.

Pero si tuviera que destacar tres piezas del concierto me quedo en esta ocasión con el corazón y alma de “Bring on the Dancing Horses”, con la esotérica y lisérgica “The Cutter” y, por supuesto, con la siempre apoteósica en directo “Over The Wall”. A ellas se sumaron la noventera “Nothing Lasts Forever» (que formó medley con el “Walk On The Wild Side” de Tito Lou y con el clásico sixtie “In the Midnight Hour” de Wilson Pickett), y “Flowers”, que dio título al álbum de 2001.

El bis de rigor con el hit “Lips Like Sugar” evidenció la escasez de ganas de más, que Ian y los hombres conejo siguen viviendo de rentas y que habían venido a cumplir con la papeleta de mejor manera que nos cuentan sucedió el día anterior en el Visor Fest de Murcia. Benditas rentas, por cierto, todo sea dicho.


3 comentarios

  1. Concierto más que correcto, repertorio diría que perfecto con temas de toda su carrera, desde el principio de los tiempos hasta sus últimos trabajos del 2014; pero un concierto demasiado corto. Sólo 55 minutos de concierto y un sólo bis. Por ello quedaron muchos temas por tocar, e hizo que el concierto se volviese caro respecto el importe de la entrada. El minuto salía a 0.70€ el minuto.

    Sonido potente y claro, muy producido eso sí, con los ecos en la voz de Ian en ocasiones.

    Dejaron claro que hoy ya sólo son un par de hombres conejo, porque a los demás componentes (batería, bajo y guitarra acompañante) ni los presentaron ni pusieron focos; aunque a Ian tampoco se le alumbraba demasiado. Aún conservan aquella sombra del post punk y toda aquella siniestrabilidad aunque sea de una forma más artificial que creíble en el 2023.
    Will Sergeant continua tocando la guitarra cómo el sólo sabe, manejando los tiempos a la perfección e Ian McCulloch conserva la misma voz que en aquella actuación en La edad de oro de la honorable Paloma Chamorro.

    Ian nunca ha sido la alegría de la huerta y sus temas tampoco son de dar saltos, ni siquiera de corearlos, así que tampoco tuvo demasiada razón cuando dijo aquello de que: -«¿aquí sólo canto yo?» y se giró de forma anodina haciendo una cobarde peineta al publico y dándonos la espalda. ¿Sólo yo vi aquél despectivo gesto?.
    No es lo mismo que por ejemplo Marilyn Manson, Iggy Pop, Axel Rose u otros tantos te hagan una peineta, a cómo vi que la hizo este tipo. Bien haría en recordar que está ahí por los que fuimos a verlos y que sólo está ahí para pagarse una jubilación. En fin, allá él y su personalidad.

    Buen concierto, buen sonido, buena sala (cada vez me gusta más), buen setlist.

    Ciao, ciao, Echo & the Bunnymen, os he visto tres veces y ya no repito más.

    Próxima parada, Greta van Fleet.

  2. Juanjo soy Julián no sabia tu faceta de critico musical comparto todo lo dicho hay que decir que fue el concierto más corto que he visto en todos estos años un saludo enorme estamos en contacto

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