Mark Linkous resucita con Sparklehorse y su nuevo disco Bird Machine

Discos Críticas

Reseñamos Bird Machine, el disco que resucita Sparklehorse trece años después de la partida de Mark Linkous

…con sus subidas y bajadas, sus infiernos y sus cielos conviviendo y compartiendo versos. Con sus riffs saturados, sus medios tiempos de alt-country, sus desfases y salidas de tono y sus pequeñas tonadillas casi infantiles.

La primera vez que escuché este vinilo de Sparklehorse una lagrimilla recorrió mi mejilla. Quizás sea algo difícil de entender para quien no haya sido testigo de la vida, obra y muerte de Mark Linkous.

Sparklehorse fue una de las propuestas artísticas que mejor me acompañaron a lo largo de mi despertar musical en mi juventud y sus canciones se han acercado a mí como pocos artistas han logrado nunca. El aura de Mark Linkous era transparente, sin pretensiones, sin poses, fràgil y valiente a la vez. Luchando siempre contra sus demonios y en eterna búsqueda de algo que se le negaba constantemente: ser feliz.

Un héroe para aquellos que en algún momento hemos transitado los fríos prados de la oscuridad existencial. Sus canciones al frente de Sparklehorse fueron una hoja de ruta hacia la esperanza y un amarre al que cogerse. Por eso su fallecimiento, como la de Vic Chesnutt, para mí fue como una amarga derrota, muy dura a pesar de no haberle conocido personalmente.

Entiendo que este disco que llega años después de su muerte puede suscitar ciertas sospechas. Solo os puedo decir que no hagáis caso al hater que lleváis dentro y que abracéis estas canciones pues lo que ha hecho su hermano Matt Linkous junto a Melissa Moore Linkous por la obra de su hermano es un acto de amor total. Nadie más podría haber dado en la diana de una manera tan precisa.

Según cuenta su hermano, Mark Linkous fue anotando lo que tenía en mente para Bird Machine, abarcando tanto el orden de las canciones como el título. Indicaciones que le resultaron lo bastante detalladas como para atreverse a llevar a cabo la complicada tarea de finalizar el disco.

Es importante apuntar que pretendía desmarcarse del caos que suponían sus procesos creativos y de producción, y que este iba a ser el primer disco en el que ponía su obra en manos de un productor. Para el caso fue con la ayuda de Steve Albini, y lo cierto es que ya llevaba mucho trabajo avanzado. La otra clave para que se haya logrado un resultado tan notable fue la acertada decisión de Matt Linkous y Melissa Moore Linkous de rodearse de un círculo de conocidos que ya habían trabajado con él estrechamente y le entendían a la perfección.

Pero más allá de todas estas justificaciones circunstanciales, percibo Bird Machine como un disco consistente, mucho más que un disco inacabado. Coincido con Susana Monteagudo en su muy recomendable y detallado artículo (<link>), Bird Machine es un milagro.

Ya de entrada, cuando el diciembre pasado su hermano Matt lanzó la canción «It Will Never Stop«, supuso un chute de optimismo, una de esas tonadas enérgicas de guitarras saturadas y riffs cargados de fuzz, cantada con su voz filtrada hasta límites insospechados tal y como él solía hacer, sí, era puro Sparklehorse cuando le entraba su vena más indie-rock. Pero aún no estaba claro si vendrían más canciones.

Foto de Danny Clinch

Junto con «I Fuked It Up» y «Listening to the Higsons«, esta última una versión de Robyn Hitchcock, representan la parte más guitarrera del disco. Ya con «Evening Star Supercharger» adelantada el pasado junio se constataba la solidez del proyecto y aparecía el título Bird Machine como una realidad palpable, un hit a considerar entre sus mejores canciones, un soplo de aire fresco y optimismo, maravilla reconfortante con una letra de alguien que nunca cesa en su empeño por dejar atrás la oscuridad. Fantástica. Adoro esta canción.

El resultado es quizás lo que más me preocupaba teniendo en cuenta cómo le gustaba jugar con mil y un cachivaches analógicos para lograr ese toque que lo hacía tan especial. Y a decir verdad, aunque estamos ante una de sus producciones más refinadas, con tonadas minimalistas como «O Child» uno se da cuenta de la gran labor de Matt Linkous para lograr que no se perdiera ese toque tan inconfundible de baja fidelidad. Momentos para mi destacados en el disco también son tonadas cómo «Daddy’s Gone» y «Chaos of the Universe«, con un sabor a clásico que ni el Now and Then de los Beatles.

El disco tiende por lo general hacia territorios amables, menos tristes, incluso diría que por momentos me parece hasta optimista, pero no olvidemos que estamos hablando del ángel de las almas rotas y que siempre nos puede pillar desprevenidos con una canción tan bonita como desoladora como es «The Scull Of Lucia«, donde por cierto hace las armonías vocales Jason Lytle, y que guarda versos tan potentes como «Some are born to sweet the light and some are born to endless night«, define a la perfección a Mark Linkous.

Mark Linkous se despide con una coda sencilla, «Stay«, y no puedo más que llorar. Unos pocos versos que desde que los escuché por primera vez me parecieron una súplica a sí mismo: «Quédate hoy, quédate durante el día, va a ponerse más brillante. Quédate«. Lo cierto es que Matt Linkous siempre cuenta este periodo cómo un momento de mucha ilusión para su hermano, pero quizás la noche le asaltó de improviso, lástima.

Como sucede con la amistad, si es verdadera, da igual el tiempo que transcurra sin apenas contacto porque la sensación de apego volverá a regenerarse al instante del reencuentro. Y precisamente eso es lo que me ha pasado con Bird Machine como para considerarlo un auténtico disco de Sparklehorse. Con sus subidas y bajadas, sus infiernos y sus cielos conviviendo y compartiendo versos. Con sus riffs saturados, sus medios tiempos de alt-country, sus desfases y salidas de tono y sus pequeñas tonadillas a modo de canciones de cuna infantiles.

Esa es la esencia de su música y la vara de medir apropiada con la que valorar el presente disco a trece años de que decidiera irse de vacaciones permanentes, y por lo que a mi respecta cumple sobradamente como para situarse entre sus mejores títulos y a considerar uno de los discos destacados del presente año.

Por siempre Mark Linkous, por siempre Sparklehorse.

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